Tres especialistas dan las claves para superar con éxito las primeras semanas de los recién llegados a la residencia MIR

Tres adjuntos especialistas regalan trucos y consejos para los R1 que se incorporan a la residencia MIR.
José María Fernández, Gorka de Frutos y Rubén Blanco.


10 may. 2024 7:00H
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Los nuevos R1 están a punto de completar su primera semana como residentes. Unos días que han estado llenos de caras nuevas, incertidumbre y mucha ilusión por arrancar su formación como futuros médicos especialistas. Contar con un apoyo dentro del hospital es fundamental para que estos residentes puedan empezar esta etapa de la forma más cómoda posible y por ello la figura esencial de los adjuntos especialistas de sus Servicios resulta clave para sentirse acompañados en el proceso. Varios adjuntos han recomendado en Redacción Médica sus consejos que ellos mismos aplicaron cuando fueron R1 y esperan que apliquen los nuevos MIR que llegan este año.

Rubén Blanco Herrera, médico de Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de Salud de Béjar, en Salamanca, tiene un consejo principal: dejarse guiar por todos los expertos del hospital o centro de salud, independientemente de la disciplina profesional a la que pertenezcan. "Se puede aprender de un celador, de una TCAE, de los de la limpieza y los R1 deben ser humildes en ese aspecto", explica. Otro de sus consejos es dejar hablar al paciente y escuchar bien lo que quiere decir: "No hay que interrumpir al paciente mucho porque es el que más sabe lo que siente y su experiencia va a informar muchísimo al médico. Mi último consejo es que aprendan a hacer buenas anamnesis y valoraciones y, a partir de ahí, todo vendrá rodado".

Gorka de Frutos Muñoyerro, facultativo adjunto especialista en Medicina Interna en el Hospital Universitario de Cruces, tiene una palabra para los nuevos R1: "disfrutar". "Deben tomarse esto como una etapa por la que han trabajado muchos años hasta conseguir una buena nota y la plaza que querían. Han hecho un gran sacrificio y ahora es momento de disfrutar, no de agobiarse, sino de disfrutar aprendiendo y trabajando", confiesa a este diario. De Frutos reconoce que el momento en el que terminan de hacer el examen MIR es el instante en el que "más Medicina saben", por lo que recomienda poner en práctica lo aprendido sin miedo y apoyándose en los compañeros.

Por otro lado, José María Fernández Rodríguez, adjunto de Medicina Interna en el Hospital Carmen y Severo Ochoa de Asturias y secretario del grupo de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) confiesa que lo más importa es ser observador, aprender de adjuntos y mayores y hacer una labor "de hormiguita" sin dejar de estudiar. "Lo que hagas como residente va a marcar cómo vas a ser de adjunto. En Interna rotamos desde R1 a R5, y son rotaciones más amplias, por lo que hay que hacer una formación muy exhaustiva y aconsejaría a todo médico que, cuando rote por una especialidad diferente a la suya, se repase todo aquello que estudió en el MIR", añade.

"Mi mayor miedo cuando fui R1 era enfrentarme a las guardias porque vas en contra de tus capacidades físicas y mentales, pero son turnos que te unen mucho a tus compañeros"



¿A qué tenían miedo los adjuntos cuando eran R1?


Para tranquilizar a los nuevos residentes, estos adjuntos han confesado cuáles eran sus mayores miedos al iniciar la residencia. En el caso de Rubén Blanco, cuando era R1 lo que más miedo le daba era cómo iba a responder a las guardias y esos turnos de trabajo "infernales" que, "como sospechaba", le iban a sentar "muy mal al cuerpo". "Poco a poco te vas haciendo hasta que llega el salto real, de R1 a R2. La gestión fue complicada, vas en contra de tus capacidades físicas y mentales pero lo gestionas porque tus compañeros pasan por lo mismo que tú y eso une mucho", comenta.

Cuando Gorka de Frutos empezó su etapa MIR su mayor inquietud era el miedo a llegar a un sitio nuevo, salir de su zona de confort, ver "cara a cara" esas patologías que había estudiado a lo largo del MIR. "Me preguntaba si en persona sabría diagnosticarlo o no, si me iba a sentir sólo, si iba a cuajar en el Servicio... Tu vida cambia de arriba a abajo y te tienes que adaptar", explica. Por su parte, a José María Fernández le daba miedo "no cumplir con las expectativas". "Cuando empiezas a trabajar descubres que pasa de una parte muy teórica a una cuestión práctica de la que nos faltaba mucho por saber y sentía que faltaba esa transición de lo teórico a lo práctico", cuenta.


Primeras semanas MIR y acogida de residentes


En Salamanca se incorporan este año 17 R1 de Familia, de los cuales tres pueden acabar en el centro de salud donde trabaja Rubén Blanco. Allí, los primeros días deben hacer un curso de Urgencias y después están seis meses en el centro de salud con su tutor. "Primero van a poder hacer una cata de tutores, conocerlos a todos y después lo elegirán por orden de MIR. En el centro de salud no se requiere una organización específica, simplemente pasan la consulta con nosotros, primero como oyentes y luego podrán intervenir un poco más", explica.

En el Servicio de Interna del Hospital de Cruces, Gorka de Frutos comenta que se incorporan dos residentes y el primer día el hospital preparó un acto de bienvenida para todos los residentes en el que se les da una charla y se les habla del hospital y la formación. "Es importante porque se ponen cara entre ellos. Se les hace el tour por el hospital, con las diferentes áreas del Servicio, se les asigna un tutor a cada residente, se les explica el plan rotatorio de la residencia, el planning de cuándo y por dónde lo van a hacer. La rotación inicial es en el propio Servicio, los primeros seis meses son en Interna, en la planta de hospitalización. De esta manera que tenemos de que el residente se integre en el Servicio y conozca cómo funciona", asegura.

En el caso del Carmen y Severo Ocho, también se incorporan dos residentes nuevos de Interna. Allí los primeros dias les espera una toma de contacto para hacerse con la idiosincrasia propia del hospital, del Servicio y del sistema informático. "A la hora de hacer más fácil la incorporación de los residentes, lo fundamental es que no vean un ambiente hostil, tener una buena programación de las distintas rotaciones y lo que esperamos de ellos a lo largo de cada año de residencia", concluye.
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