Los adjuntos que guiarán a los nuevos residentes en su nueva etapa formativa ultiman como será las semanas de bienvenida

Los tutores MIR de distintos hospitales preparan la llegada de los nuevos residentes
Francesc Feliu, Agustín Blanco, Marcos Pérez, María José Manovel y Sandra Ruiz.


21 mar. 2023 11:30H
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Los tutores MIR de los distintos hospitales españoles ya preparan la llegada de los nuevos residentes que se incorporarán como R1 tras escoger especialidad. Estos momentos están llenos de cambios y nuevos horizontes no solo para los MIR, también para los adjuntos que les guiarán durante los próximos cuatro o cinco años de formación. Una etapa que supone la llegada "de aire fresco" muy necesaria para la que tienen que prepararse con antelación y por la que Redacción Médica ha preguntado a diferentes tutores.

"Las semanas de preparación para la llegada de los nuevos residentes son días de mucho ajetreo y trabajo, pero también de mucha ilusión. Despedimos a las 'R' mayores y organizamos las tareas de acogida de los nuevos y, además, preparamos las bienvenidas y las tutorías iniciales", explica Francesc Feliu, representante de tutores de la OMC y tutor de Cirugía en el Hospital Joan XXIII de Tarragona. Esta fase está cada vez más cerca una vez conocidos los resultados de las pruebas y los pasos a seguir en el recorrido MIR 2023.

La forma de preparar estas semanas de iniciación de los residentes es muy variada entre los hospitales. En el caso del 12 de Octubre, su jefe de estudios y presidente de la comisión de docencia, Agustín Blanco, explica que el periodo de bienvenida incluye cursos de formación. "Hay cursos de formación en historia clínica electrónica, cursos de seguridad del paciente, conocimiento y visión general del hospital o centro donde se vayan a incorporar, cursos de urgencias generales, de lectura de electrocardiogramas o bioética", enumera.

Además, Blanco insiste en que nada más llegar se les entrega el Manual de Acogida elaborado por la Comisión de Docencia y el Manual de Residentes. Además se les informa de los cursos obligatorios que tiene que realizar establecidos por el Ministerio de Sanidad como son los del Plan Transversal Común. Se les informa de sus derechos y obligaciones y se presenta la dirección del hospital. Finalmente en cada unidad o servicio se les asigna una persona responsable de su primera rotación.

En cambio, en el Hospital Universitari Vall d'Hebron, Marcos Pérez, tutor de residentes en Medicina Intensiva, explica que los primeros días se lleva a cabo un "programa de inmersión" para que se adapten con mayor facilidad. "Después, se incide a los tutores en realizar un contacto inicial con entrevistas estructuradas para ir compartiendo y orientando su evolución", indica.


"Desde el punto de vista de los tutores es emocionante porque ves que acaban y que, por suerte, hay mucha salida laboral"



Afrontar el proceso de transición de los MIR 


Esta etapa no solo tiene bienvenidas, también cuenta con la marcha de los MIR mayores que ya han finalizado su periodo de formación. Los tutores también tienen que afrontar esas despedidas y evitar un descuadre en la forma de trabajo para que todo el hospital siga funcionando a la perfección.

María José Manovel, tutora MIR en Medicina Interna en el Hospital de Cruces, en Barakaldo, reconoce que este es un proceso "muy bonito" y con muchos cambios. "Vas viendo que, al igual que tú, han vivido sus cinco años de aprendizaje en el hospital. Al principio cuando entras te parece lejanísimo el acabar la residencia y al final pasa relativamente rápido y cuando acabas no eres consciente de lo que se te viene encima. Desde el punto de vista de los tutores es emocionante porque ves que acaban, ves que, por suerte, hay mucha salida laboral y allá donde vayan van a tener trabajo", explica.

Manovel insiste en que es conmovedor ver también "la emoción de los que llegan" y sus ganas por empezar su labor como médicos. "Empiezan a trabajar, ven que se están desenvolviendo bien, fomentan su relación con el paciente, con los compañeros, incluso se convierten en amigos", asegura.

En el caso de este hospital, Manovel indica que las tutorías son muy útiles para hacer unas "valoraciones numéricas" con distintos apartados y que al final del año se incluye una valoración global.

"Al final llevas 4 años entablando una relación con residentes, trabajas muchas horas con ellos. Hay mucha confianza, sabes cómo trabaja cada uno, conocen la dinámica como equipo y al final se queda una sensación de volver a empezar cada año. Al principio se genera algo de desconfianza, pero se trata de encontrar el punto medio y volver a trabajar en equipo", recuerda Sandra Ruiz, tutora de residentes en Familia en el mismo hospital bilbaíno, con 80 residentes a su cargo.


"El miedo es algo que no terminas de perder nunca, pero al final los residentes se van asentando y cogen más confianza" 



Los cambios para la preparación de residentes en Urgencias


El caso de Sandra Ruiz es algo diferente, ya que ella trabaja en Urgencias, por lo que en muchas ocasiones, el funcionamiento cambia. "Los R1 no vienen a la rotación hospitalaria hasta la mitad de año. Cuando se incorporan, como tutora de Familia, me presento, les explico la especialidad, hacemos charlas y cursos de bienvenida en el hospital. Pero sí es verdad que yo les atiendo más como médico de Urgencias. Una vez ahí les oriento en las cosas que tienen o no que hacer", analiza.

Cuando llegan las guardias de Urgencias, las primeras veces no dejan a los residentes solos. Durante el primer mes hacen las llamadas "guardias de mochila", que consisten en ir junto a un R2 o R3 para ver la dinámica. "Así se aclaran con el tema administrativo y cómo se organiza la jornada para que no se lleven el golpe de ver al paciente a solas y se puedan orientar", resume.

Al preguntar sobre los primeros miedos que surgen en estos nuevos residentes, Ruiz explica que, sobre todo, está el miedo a la responsabilidad inicial de ver al paciente. "La sensación de que estás solo, el miedo a hacer algo mal, a no diagnosticar algo grave rápido. También está la incertidumbre de cómo funciona todo y el no conocer a compañeros ni el sistema", relata. Aunque el miedo es algo que "no terminas de perder nunca", una vez se van asentando y los MIR cogen más confianza, Ruiz asegura que va mejorando "poco a poco".
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