Los tutores piden el reconocimiento a su labor



29 ene. 2015 16:39H
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Redacción. Cáceres
“Si la Universidad no forma adecuadamente en Medicina de Familia, y la Administración no oferta un mayor número de plazas MIR de la especialidad, en pocos años el Sistema Nacional de Salud no podrá hacer frente de manera eficiente al cuidado de la población”. Así de rotundo se ha mostrado Juan Carlos Romero, presidente del Comité Organizador de las III Jornadas Nacionales de Residentes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), que se celebran en Cáceres junto a las III Jornadas Nacionales de Tutores.

Juan Carlos Romero.

Según ha alertado Romero, es difícil transmitir al estudiante la esencia del médico de Familia si en la facultad no se le brinda el espacio formativo suficiente para conocerla. “La medicina actual tiende cada día más a la especialización de la especialización”, -ha afirmado- “intentando dar respuesta a pequeñas partes del ser humano. La medicina de Familia te permite conocer todas las piezas del rompecabezas, entender como una persona vive su enfermedad, guiar, instruir y educar al paciente en el manejo de sus patología para ser autónomo y autosuficiente”.

En las Jornadas participan más de 300 asistentes, entre médicos residentes y tutores llegados de toda España, que abordarán durante tres días un programa formativo y científico cuyo objetivo es compartir conocimientos y fomentar la inquietud de aprender tanto de los residentes como de los tutores. Romero destaca la presentación de 224 trabajos científicos y casos clínicos, “que demuestran la capacidad investigadora de los residentes”.

Además, según ha denunciado el doctor y tutor Rodrigo Abad, presidente del Comité Científico, “la función del tutor no está reconocida por las administraciones sanitarias, ni se invierte en su formación, que también es necesaria”. De ahí que Semergen haya decidido celebrar conjuntamente, por vez primera, las dos jornadas.

Rodrigo Abad cree que “los tutores, igual que los residentes, necesitamos también una permanente actualización de conocimientos”. Por ello, se han diseñado muchos temas y talleres conjuntos en los que potenciar la comunicación y empatía entre ambos colectivos. “Hemos pensado en un programa” –ha destacado- “para mejorar la organización de la consulta y la interrelación entre el triangulo que forman tutor – residente – paciente; y para fomentar la investigación en el residente”.

La realidad de las Unidades Docentes

Este especialista en MFyC recuerda que en muchas unidades docentes de varias comunidades autónomas se han recortado tanto sus partidas presupuestarias que ha afectado de manera determinante a las actividades formativas, por lo que los residentes encuentran en las sociedades científicas un complemento a su formación que no reciben por otros cauces.

Abad reclama a la Administración “el reconocimiento profesional a la labor docente, actividad no remunerada y escasamente estimulada desde los niveles de Gestión Sanitaria, a pesar de la dedicación horaria suplementaria que demanda nuestra actividad desde el punto de vista formativo, organizativo y evaluativo para la correcta gestión y desarrollo de la tutorización de nuestros residentes de Medicina de Familia”.

Respecto a los médicos residentes, Rodrigo Abad cree que, a veces, están siendo utilizados como mano de obra barata en las Urgencias de algunos hospitales sin la tutela necesaria. “Así observamos”, -subraya- “como muy bien ha puntualizado la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, en el Informe que recientemente ha presentado sobre Las urgencias hospitalarias en el Sistema Nacional de Salud: derechos y garantías de los pacientes’, que los médicos internos residentes (MIR) son los  que tienen que asumir un grado excesivo de carga asistencial en las urgencias hospitalarias.

Por su parte, Romero, opina que debería haber mayor comunicación entre las Unidades Docentes y las Sociedades Científicas para reorganizar el plan formativo durante la residencia, y que sea mucho más útil. Además, “las autoridades sanitarias deberían formar y reconocer adecuadamente la labor del médico docente, y no abandonarlo a su vocación formadora, sin facilitarle en absoluto su trabajo”.

Según concluye Romero, “la formación actualizada es primordial para poder ejercer nuestra profesión con rigor y eficiencia, por lo que realizaremos desde Semergen los esfuerzos que sean necesarios para seguir llevando a cabo este tipo de actividades, con mayor o menor ayuda externa”.

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