Las boticas, obligadas a extremar las cautelas en la defensa de esta información



6 sept. 2015 20:19H
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Eduardo Ortega Socorro. Santander
La progresiva profundización de la oficina de farmacia en el entorno digital y en el uso de datos clínicos obliga a los profesionales a extremar las cautelas en la protección de esta información. “Esto no puede ser ni debe ser considerado un asunto menor”, avisa Ricardo de Lorenzo y Aparici.

Ricardo de Lorenzo y Aparici.

El socio director de Nuevas Tecnologías en De Lorenzo Abogados indica que “los colectivos profesionales de sanidad conocen en términos generales los aspectos básicos de la normativa regulatoria de protección de datos, pero suele registrarse un reducido nivel de senbibilización respecto de los mismos”, considera.

Con todo reconoce que esto “no  debería hacer pensar que las oficinas de farmacia pueden bajar la guardia a la hora de implantar esta legislación exigente en su organización”, que de hecho ya está previsto en el código de buenas prácticas aprobado por el Consejo General de farmacéutico, añade. De Lorenzo explica que estas condiciones “no hacen más que evidenciar la conexión farmacéutico-paciente, y por ende el necesario cumplimiento de la normativa de protección de datos”.

En estos términos son especialmente sensibles recetas y prescripciones y la información registrada para el seguimiento farmacoterapéutico en el fichero correspondiente, indica De Lorenzo Aparici, quien indica además que “una novedosa corriente” como es la incorporación de una “cartera de servicios” con nuevas prestaciones, “hecho que trae consigo, ineludiblemente, nuevos datos y ficheros, con la consiguiente adaptación del Documento de Seguridad”.

El socio de De Lorenzo Abogados aborda estas cuestiones durante su intervención en el Encuentro 'Formación, Información y nuevas tecnologías en la Farmacia del siglo XXI', organizado en Santander por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo con el patrocinio de Cofares y el Instituto de Formación Cofares (IFC). En la misma, también da algunas advertencias sobre las cautelas que han de tener las boticas en “los programas de venta ‘on line’ a los clientes, que exigen un estricto cumplimiento de la normativa de protección de datos así como de la Ley 34/2002, de sociedades de la información y de comercio electrónico”.

El cumplimiento se logra mediante la inclusión en la propia página web de la farmacia de políticas de privacidad y aviso legal, condiciones generales y particulares de navegación en la propia web así como una política de cookies, “en los supuestos en los que sea necesario”.

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