El país europeo donde los estudiantes de Medicina trabajan para sobrevivir

La vida universitaria no es barata. Tras esta afirmación, no solo se esconde el precio de la matrícula. Y es que el paso de los estudiantes por la facultad está condicionado por el aumento del coste de vida. El encarecimiento de la vivienda, la alimentación o el transporte golpea a todo aquel que pretende realizar un grado. Situación que afecta a todos, pero especialmente a aquellos que cursan carreras más caras, como Medicina. Un sector del alumnado al que no le queda más remedio que buscar trabajo para poder pagar la asistencia a clase. Al menos, en Reino Unido.

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Anglia Ruskin (Clemsford, Reino Unido), el incremento de los precios, unido al descenso de los ingresos familiares, ha impactado en la calidad de los estudiantes de Medicina. Una conclusión a la que han llegado tras realizar una encuesta en línea a los 528 matriculados en los estudios facultativos en la institución en la que laboran.

En total, 147 alumnos completaron el cuestionario, en el que se les preguntaba por sus fuentes de ingresos, el coste de vida o el estrés financiero, entre otros temas. También aportaron datos demográficos, lo que permitió descubrir que la muestra estaba compuesta principalmente por hombres, la mayoría de ellos de clase media o alta.

Los resultados de la encuesta demostraron que la subida de precios había afectado a los futuros médicos del Reino Unido. En concreto, esta les causaba estrés mental y emocional, además de obligarles a tomar limitaciones y adaptaciones financieras. Asimismo, incidía en sus relaciones familiares y personales, su vida social y actividades extracurriculares y decisiones académicas y profesionales.

Necesidad de trabajar

El cuestionario reveló que el 72 por ciento de los participantes recibió préstamos para estudiar, pero para la mitad no alcanzaban para cubrir el 50 por ciento del gasto de manutención. De ahí que el 75 por ciento de los encuestados obtuviera ingresos adicionales a través del empleo. Una vía que afectó a su desempeño académico.

Y es que buscar trabajo se convirtió en una alternativa ampliamente circulada para hacer frente a una inflación disparada. Eso sí, no es la única vía. 36 estudiantes se decantaron por volver al hogar familiar al no poder hacer asumir los pagos del alquiler. Ocho indicaron reducir el número de comidas diarias y maximizar el tiempo en la biblioteca o espacios públicos para reducir el consumo energético.

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El 75 por ciento de los encuestados trabajada durante el grado

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Por otro lado, el 50 por ciento de los estudiantes reveló que sus estudios se vieron afectados por el aumento del coste de vida. Varios no podían asumir viajes de tipo profesionales o becas fuera de su lugar habitual de residencia, incluso comprar los manuales demandados por el profesorado. Esto, junto a la reducción del ocio, se tradujo en un empeoramiento de la salud mental del 20 por ciento de los encuestados y la demanda de ayuda psicológica para el 17 por ciento.

"Mentalmente me siento muy estresado, y a menudo tengo pensamientos depresivos porque siento que no puedo soportarlo más. Estudiar un curso tan intenso combinado con el costo de vida actual y tratar de equilibrar la posibilidad de poder pagar las facturas con el empleo o arriesgarme a afectar mis estudios ha sido extremadamente difícil", declaró uno de los participantes. Un resumen del escenario por el que transitan los estudiantes de Medicina del Reino Unido.

Más apoyo financiero

"La interacción entre las presiones financieras y los desafíos académicos es particularmente preocupante, ya que limita el desarrollo profesional de los estudiantes", han remarcado los autores del estudio. Una circunstancia que puede ralentizar el desarrollo de los futuros sanitarios del país.

Por ello, los investigadores recomiendan aumentar el apoyo financiero a los estudiantes, con la misión de reducir las barreras de acceso a recursos esenciales para ellos. A su vez, se ha de promover el cuidado de la salud mental, especialmente entre los alumnos procedentes de entornos menos favorecidos.