El
Tribunal de Apelación de Svea, en Estocolmo, ha rebajado hoy de diez a siete años de prisión la condena impuesta al pediatra español
Cristian Carretero, de 30 años. El médico ha sido sentenciado por delitos sexuales, incluida la violación, contra más de 40 niños en diferentes centros hospitalarios suecos. Se trata de uno de los casos de
abusos sexuales más relevantes que se han producido en Suecia en los últimos años.
En cambio, la sala le absuelve de haber violentado la integridad sexual de los padres en relación con exploraciones a sus hijos realizadas a través de un videochat. ”El tribunal ha estudiado minuciosamente las objeciones del médico acerca de que sus exploraciones tenían justificación médica”, explica el fallo, que
“con pocas excepciones” ha considerado probado que el facultativo actuó de manera injustificada del modo que afirma el fiscal.
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Deberá pagar una indemnización total a las víctimas de 3,5 millones de coronas suecas (327.000 euros).
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La sentencia apunta a que
Carretero examinó los genitales y el ano de los niños -de entre 2 y 12 años- practicando penetraciones con dedos o instrumental. También considera probado que grabó los abusos en algunos casos y pidió a los padres de niños que recibían atención médica a través de un servicio de internet que filmasen las partes íntimas de sus hijos.
La defensa del médico, que niega los cargos, sostuvo que este tipo de exámenes médicos son habituales en su país de origen y que contó con el consentimiento de niños y familiares.
El pediatra ha sido condenado también por posesión de pornografía infantil y será expulsado de por vida de Suecia cuando cumpla su pena. Además, deberá
pagar una indemnización total a las víctimas de 3,5 millones de coronas suecas (327.000 euros).
El caso salió a la luz en noviembre del 2017 cuando cuatro padres que habían acudido con sus hijos a un hospital de Estocolmo contactaron a la dirección del centro al considerar que las exploraciones habían sido muy amplias. A raíz de las quejas, el hospital abrió una investigación,
habló con otras clínicas donde el médico había trabajado y avisó a la policía sueca.
El médico fue detenido a finales de diciembre de ese año y se encuentra en prisión preventiva desde entonces. Los delitos fueron cometidos en centros hospitalarios de cuatro localidades suecas: Skellefteå, Skövde, Jönköping y Estocolmo. Tras su arresto, la policía halló cientos de vídeos de pornografía infantil en el ordenador y el móvil del médico.
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