Los fallos, según la sentencia, “no son asumibles ni aceptables, teniendo en cuenta su repetición”



19 feb. 2015 16:02H
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Redacción. Murcia
La Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia ha confirmado una indemnización de 41.200 euros a un paciente que, para que le quitaran un cálculo biliar, tuvo que entrar cuatro veces al quirófano porque en la primera ocasión se rompió la mesa de operaciones, y en las siguientes tampoco pudo hacerse al fundirse los fusibles y por otros problemas técnicos.

La sentencia afirma que "una intervención que de haber funcionado los aparatos necesarios hubiera supuesto solo una estancia de 48 horas y sin secuelas, se prolongó en una estancia hospitalaria muy prolongada". Añadió que, "además, supuso la necesidad de practicar diversas intervenciones quirúrgicas, con todos los riesgos que ello entraña".

El TSJ afirmó que los hechos, ocurridos en 2007 y 2008, reúnen todos los requisitos para que el paciente deba ser indemnizado. Así, resaltó que hubo medios y aparatos técnicos que se rompieron o fallaron en algún momento, así como reiteración de fallos del endoscopio y de la mesa de radiología, "que no son asumibles ni aceptables, teniendo en cuenta su repetición".

El tribunal afirmó igualmente que ese cúmulo de fallos "hacen que no sea algo excepcional y supone un grave riesgo para la salud de los pacientes y el buen funcionamiento de una sección de endoscopia, implicando, igualmente, una situación de estrés extremo para los profesionales que tienen que trabajar a diario en tal situación".

Los hechos comenzaron en julio de 2007, cuando se le encontró un cálculo que se le intentó extraer, aunque se desistió de ello en la fecha prevista "por no funcionar adecuadamente el instrumental de electrocoagulación". Ante esta situación, se le implantó, de manera provisional, una prótesis biliar, y el 11 de marzo de 2008, cuando todo estaba dispuesto para la extracción, la misma tampoco pudo llevarse a cabo al romperse la mesa de operaciones.

Intentado de nuevo dos días después, la intervención tuvo que ser suspendida al fundirse los fusibles del videoprocesador y aunque resuelto el problema se intentó continuar los trabajos, surgieron igualmente dificultades técnicas que lo hicieron imposible. Finalmente, dos semanas después se consiguió retirarle el cálculo, dándole el alta el mismo día.
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