La patronal madrileña de la dependencia ha evaluado la colaboración de las residencias con los centros de salud



22 may. 2014 17:43H
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Enrique Pita / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
La patronal madrileña de la atención a la dependencia ha puesto en marcha un estudio para evaluar la coordinación entre las residencias y los servicios sanitarios, desde la Atención Primaria hasta Especializada. Según han explicado los representantes de Amade, aunque hay puntos en los que la coordinación sale bien parada, hay otros que requieren atención y medidas de mejora. En todo caso, lo cierto es que la patronal apuesta por avanzar en esa coordinación, sin demoras, con la colaboración y el empuje de las administraciones.

Desde el Gobierno de España se hace bandera desde hace un tiempo de haber hecho una apuesta por los servicios profesionales en la atención a la dependencia. ¿Los centros residenciales lo han notado?

Javier Gómez (J.G.): A nivel nacional seguimos con un problema: continuamos manteniendo 17 interpretaciones diferentes del SAAD, incluyendo el mayor o menor uso de los servicios profesionales. En nuestra comunidad los recursos se mantienen y si bien no podemos decir que haya habido un aumento, sí podemos dar un dato objetivo, que es que de cada 100 dependientes que son atendidos en la Comunidad de Madrid, 78 son atendidos a través de servicios profesionales. Esto supone que nuestra comunidad se sitúa unos 20 puntos por encima de la media nacional, que está en torno al 52 por ciento. Efectivamente la apuesta por los servicios profesionales, al menos en Madrid, es una realidad. Otra cosa es si esos servicios están bien pagados.

Javier Gómez: “Continuamos manteniendo 17 interpretaciones diferentes del SAAD”.

Las reformas también han llegado al copago, aumentándose en algunos casos e incluyendo el patrimonio para calcular el nivel de copago. ¿Esas modificaciones han tenido algún efecto en el número de usuarios de los servicios residenciales?

J.G.: Podemos hablar de un gasto con el que antes los usuarios no contaban, o quizá contaban con ello en otra medida, pero tenemos que entender que en estos momentos cualquier medida de ahorro o que apunte a la eficacia y la eficiencia de los modelos es fundamental. En todo caso, no creo que haya afectado de una manera determinante el copago en el número de usuarios de los servicios residenciales del mercado público.

¿Cuál es la situación del sector en Madrid?

J.G.: El mercado privado, en estos últimos años, ha sufrido una caída generalizada y progresiva. A la disminución de demanda podemos añadirle los daños colaterales causados por la propia crisis, es decir, residentes que han causado baja por motivos económicos, para convertirse en la única fuente de ingresos de la familia (sobre este aspecto hablamos de casos en los que prevalece la supervivencia de la propia familia, pero objetivamente esto no lo podemos abordar, ni dar datos con rigor de estudio porque son temas que afectan a las sensibilidades de las familias). No obstante todas estas cuestiones han llevado al cierre de algunas residencias que no han podido mantener la viabilidad económica.

En el mercado público, el sector sobrevive. Contamos las mismas plazas, los mismos recursos, y prácticamente todos los dependientes dados de alta en el Sistema, están valorados y atendidos, por lo que podemos decir que el sector está.

Desde todas las instituciones, tanto públicas como privadas, se insiste en la necesidad de avanzar en la coordinación sociosanitaria y se presenta como uno de los grandes retos de la sociedad a corto plazo. ¿Los pasos que se están dando son los adecuados o se están dando rodeos?

J.G.: Llevamos mucho tiempo hablando de ello, y considero que estamos en un momento en el que se hace necesario y obligatorio avanzar en ese espacio. Todos sabemos, y no vale escaparse ni aplazarlo más, que ahora toca coordinación sociosanitaria. Pero no venimos a descubrir nada, porque ya existen modelos, muy similares en su formulación y sus objetivos, de coordinación sociosanitaria entre los hospitales de referencia en las diferentes áreas y nuestros centros.

Debemos impulsar la prestación de una atención integral e integrada a las personas en situación de dependencia, para ello resulta imprescindible establecer una coordinación sociosanitaria eficaz, elemento esencial de la propia Ley y del que hasta ahora adolece. Hacer más eficientes los recursos destinados a sanidad y los vinculados a dependencia sería el objetivo, y las posibilidades de mejora que ofrece, tanto en materia de ahorro, a través de una utilización óptima de los recursos sociosanitarios que ofrece la red de centros de servicios sociales; como en una mejora sustancial de la calidad asistencial del servicio prestado, son incontables e inestimables en este momento. Sin duda alguna alcanzar un coordinación real y eficaz de lo social y lo sanitario supondría una gran paso adelante en el desarrollo del modelo, tanto desde un punto de vista cualitativo como cuantitativo, hacia su sostenibilidad.

Ahora es el momento y es cuando particularmente en Amade estamos haciendo un esfuerzo más para el acercamiento de lo sanitario y lo social.

Joaquín Sastre: “Queremos ver los problemas sanitarios de los usuarios de los centros residenciales”.

¿En qué áreas han centrado su estudio?

Joaquín Sastre, responsable de la Comisión Sociosanitaria (J.S.): El objetivo es tener los pies en el suelo. Quizá los modelos sociosanitarios quedan para los estrategas y especialistas, en este caso de la Comunidad de Madrid, y nosotros lo que queremos es tratar los problemas que tienen los usuarios de los centros residenciales en el ámbito sanitario.

En este sentido, hemos realizado un análisis para tener una fotografía de la situación actual en distintos aspectos. Así, hemos centrado el estudio en la relación que tienen las residencias y nuestros usuarios con la Atención Primaria. Por otra parte, los materiales que recibimos, tanto fungibles como pañales, desde la Dirección General de Compras de Material Sanitario, porque nos afecta mucho; son los materiales con los que contamos para tratar a nuestros mayores de 65 años. Y, además, hemos abordado algunas otras cosas como el funcionamiento de las ambulancias o la parte de la atención especializada, en tanto a la relación que tenemos con Urgencias, con las citas con los especialistas, etc.

El estudio se basa en la opinión de aproximadamente 80 centros que representan en torno a 8.500 usuarios en la Comunidad de Madrid, todos mayores de 65 años. Es una muestra muy representativa que nos permite extrapolar los resultados a toda la población mayor de 65 años de la Comunidad de Madrid.

La coordinación…¿sale bien parada del estudio?

J.S.: Hay un poco de todo. Hemos analizado muchos aspectos, más de una docena de cada una de las áreas que he comentado. Por ejemplo, la Atención Primaria sale bien parada, como también la evaluación de las decisiones últimas que ha tomado la Consejería de Sanidad como el uso de la tarjeta sanitaria, que ha tenido buena acogida. Hay otros aspectos, sobre todo del área de compras, donde hay más insatisfacción, por lo que tendremos que trabajar con la Administración para solucionarlo.

Además, el estudio está basado en las antiguas áreas sanitarias de la Comunidad de Madrid, lo que permite localizar los problemas. En ocasiones el análisis de la información nos lleva a que puntualmente, en determinadas zonas de la región, no está funcionando algo, pero no está generalizado el problema, porque hay otras áreas en las que el usuario sí está satisfecho. Esto nos permite trabajar sobre esas zonas para cambiar la evaluación y que sea más positiva.

¿Qué acogida ha tenido el estudio en la Administración?

J.S.: La verdad es que buena acogida. Lo miran como una foto de la opinión de los clientes, que somos nosotros, de un servicio determinado, y están por la labor de colaborar y de subsanar problemas que podamos haber detectado y mejorar para que las siguientes encuestas sean más positivas.

¿La intención es que este estudio sea sostenible en el tiempo, es decir, que se repita año tras año?

J.S.: Como toda encuesta y estadística, si puedes comparar con información del pasado, mucho mejor, porque eso nos va a dar un termómetro de cómo estaremos. Hay aspectos que hay que solucionar y dentro de un tiempo volveremos a lanzar otra encuesta esperando ver una mejoría en los resultados.

¿Dentro del estudio se ha avanzado también en la opinión de los profesionales de los centros de salud y su relación con las residencias?

J.S.: Los centros de salud ahora mismo trabajan de forma bastante descentralizada. Uno de los problemas que hemos detectado es precisamente este, y una de las cuestiones que vamos a trabajar con Atención Primaria es la homogeneización de los métodos de trabajo e intentar que las relaciones entre los centros de salud y las residencias sean cada vez mejor para que así al usuario le repercuta en una mejor atención por la coordinación entre ambos.

Uno de los problemas de esta coordinación tiene que ver con la farmacia y la dispensación de fármacos a los residentes. ¿Se está avanzando en este sentido?

J.S.: Efectivamente una de las áreas de mejora con la Dirección General de Hospitales es que los mismos centros podamos solicitar directamente medicación hospitalaria. Hay determinados medicamentos para tratar ciertas patologías que es absurdo que no podamos disponer de ellos para tratar a nuestros usuarios en nuestros centros, sobre todo en los concertados, donde hay médicos y enfermeros durante las 24 horas. Esto son recursos sanitarios que nos proporcionan la posibilidad de tratar determinadas enfermedades en nuestros centros y con eso aliviar a los hospitales y mejorar la calidad de vida de los usuarios, que no se tienen que mover de su casa para ser tratados.

J. Gómez: “Hace año y medio veíamos la botella medio vacía y quizás ahora empezamos a verla medio llena”.

J. Sastre: “La Atención Primaria o el uso de la tarjeta sanitaria salen bien paradas en este estudio”.


Este tipo de estudios, ¿se están llevando a cabo en otras comunidades? ¿Se va a proponer a otras patronales autonómicas para obtener una foto de esa coordinación a nivel nacional desde la perspectiva empresarial?

J.G.: A este estudio le podemos poner varios adjetivos, y uno que ya hemos oído, y no es habitual, podía ser el de novedoso. En alguna conversación que hemos tenido ha salido el tema de otras autonomías, y como representantes de una mesa en la que participamos 17 comunidades, lo cierto es que yo no conozco un estudio así, al menos preguntando las cuestiones que se han hecho.

J.S.: Yo tampoco conozco en otras autonomías un estudio amplio de la percepción que tienen los prescriptores de los usuarios de más de 65 años en la comunidad, pero en Amade hemos querido hacerlo para saber qué problemas afectan a los mayores en nuestros centros.

Hace año y medio hablábamos con ustedes y vislumbraban ciertas incertidumbres sobre la viabilidad del Sistema de Atención a la Dependencia. A día de hoy, ¿tiene más futuro que entonces?

J.G.: La incertidumbre sigue existiendo, y seguirá en un medio plazo. Al final lo que hay que analizar son los datos objetivos, y en nuestra comunidad la dministración deja claro que sí ha apostado por los servicios profesionales. Nosotros trabajamos para mejorar la línea, y como bien decía Joaquín pensamos siempre en el mayor para aumentar el número de recursos, para mejorarlos, para no poner como excusa una crisis y dejar caer en saco roto todo lo que hemos trabajado por la calidad de los modelos y de la atención al mayor. Quizás hace un año y medio veíamos la botella medio vacía y quizás ahora empezamos a verla medio llena.

En todo caso, sí hay incertidumbre, porque el bache que atravesamos está siendo demasiado profundo y no sería de recibo ponernos a pensar que está todo arreglado. El futuro pasa por sobrevivir, asimilar la lección que nos ha dado la crisis y adaptarse de una manera profesional y especializada, a un nuevo escenario, y seguramente unas nuevas condiciones del mercado.
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