Redacción. Madrid
Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, han conseguido que ratas paralíticas caminen de nuevo por su cuenta usando una combinación de estimulación eléctrica y química. La aplicación de este método a los seres humanos requiere implantes multifuncionales que se podrían instalar durante largos periodos de tiempo en la médula espinal sin causar ningún daño a los tejidos, un avance que han desarrollado los equipos de los profesores Stéphanie Lacour y Grégoire Courtine.
Su implante ‘e-Dura’ está diseñado específicamente para colocar en la superficie del cerebro o la médula espinal, imita estrechamente las propiedades mecánicas de los tejidos vivos y puede administrar simultáneamente impulsos eléctricos y sustancias farmacológicas. Con este pequeño dispositivo, los riesgos de rechazo y/o daños a la médula espinal se reducen drásticamente, como se detalla en un artículo que se publicará a principios de este mes en ‘Science’.
Los llamados “implantes de superficie” no se pueden aplicar a largo plazo a la médula espinal o el cerebro por debajo de envoltura protectora del sistema nervioso, también conocida como la ‘duramadre’ porque cuando los tejidos nerviosos se mueven o estiran se frotan contra estos dispositivos rígidos. Después de un tiempo, esta fricción repetida causa inflamación, acumulación de tejido cicatrizal y rechazo.
Flexible y elástico, el implante desarrollado en EPFL se coloca debajo de la duramadre, directamente sobre la médula espinal, de forma que su elasticidad y su potencial de deformación son casi idénticos a los tejidos vivos que lo rodean, lo que reduce la fricción y la inflamación al mínimo. Cuando se implanta en ratas, el prototipo ‘e-Dura’ no causa daño ni rechazo, incluso después de dos meses, mientras que los implantes tradicionales más rígidos habrían causado daño significativo a los tejidos del nervio durante este periodo de tiempo.
Los investigadores probaron el prototipo de dispositivo mediante la aplicación de su protocolo de rehabilitación, que combina la estimulación eléctrica y química, en ratas paralizadas. El implante demostró biocompatibilidad además de realizar su trabajo a la perfección, lo que permite a las ratas recuperar la capacidad de caminar por su cuenta otra vez después de unas semanas de entrenamiento.
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