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23 may. 2013 20:03H
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Por Luis Vega, enfermero del Servicio de Atención Continuada del Área IV (Oviedo) del Servicio de Salud de Principado de Asturias

La mayoría de la población sabe que en los centros de salud a partir de las 15:00 un equipo sanitario (médico y enfermera) atiende las urgencias. Son las guardias de atención primaria y representan unas horas extras (complementarias) en la jornada del personal sanitario. En el hospital también se hacen guardias pero en este caso me referiré a las horas conocidas como “peonadas hospitalarias”. Estas no son las guardias que todos conocemos, sino unos “módulos de trabajo de cuatro horas” con los que se pretende, por ejemplo, que haya menos pacientes en la lista de espera quirúrgica o completar tratamientos ambulatorios largos que sobrepasan el horario habitual hasta las 15:00 y requieren que el personal sanitario haga “horas extras”.

En la organización laboral del tiempo de trabajo se tiende a considerar las horas extras como una necesidad circunstancial en un momento determinado. Sin embargo, las guardias de atención primaria son parte de la organización programada, permanente del trabajo, no son circunstanciales sino estructurales. Con las peonadas hospitalarias durante muchos años pasaba lo mismo ya que las listas de espera siempre las hacían necesarias. A pesar de esta situación laboral, siguen ofreciéndose al personal de plantilla y constituyen un “jugoso” complemento retributivo. Esta decisión en la gestión de los recursos podría tener una explicación económica (es más barato) o una insuficiencia de personal (pleno empleo) pero la realidad es muy distinta ya que es más caro y además significa el pluriempleo público para unos y el desempleo para otros:

- El despilfarro económico:

Atención primaria. Cada 150 horas de guardia (una jornada mensual) suponen un coste bruto de 2.342 euros mensuales si las realiza la plantilla y 2.568 euros si se contrata a una enfermera demandante de empleo. Es decir, con una inversión de 226 euros mensuales se estaría creando un puesto de trabajo. Es incuestionable que la sociedad recuperaría con creces este modesto esfuerzo inversor de la Administración para crear una vacante. Pero, además, es muy probable que esta enfermera contratada estuviese cobrando la prestación por desempleo que supone un coste total de 1.343 a 1.725 euros mensuales, según sus cargas familiares. Esto supone que con su contratación, todos los contribuyentes, nos ahorraríamos entre 1.100 y 1.500 euros al mes y además estaríamos creando un puesto laboral.

Las peonadas hospitalarias. Módulo de 4 horas de quirófano de enfermería: 171 euros + 23,60 por ciento cotización Seguridad Social. La hora de peonada hospitalaria quirúrgica de una enfermera supone, por tanto, un coste bruto de 52,83 euros/hora Es decir, 150 horas (una jornada mensual) de peonadas suponen un coste de 7.924 euros brutos mensuales si las hace la plantilla. Si contratásemos a una enfermera demandante de empleo para realizar esas peonadas como su jornada ordinaria de 150 horas al mes nos supondría un coste de 2.805 euros brutos mensuales. Es decir, la hora de trabajo tendría un coste bruto de 20,33 euros brutos /hora. Por lo tanto, nos estaríamos ahorrando 5.119 euros mensuales con la contratación de una enfermera para hacer esas peonadas. Pero además es muy probable que esa enfermera estuviese cobrando la prestación por desempleo lo que supone el coste total ya conocido de 1.343 a 1.725 euros mensuales. Esto quiere decir que con su contratación, todos los contribuyentes nos ahorraríamos entre 6.500 y 6.800 euros al mes por cada nuevo contrato, es decir, además de ahorrar más de 6.500 euros mensuales se crearía un puesto de  trabajo.

Este sobrecoste de las peonadas hospitalarias es el mismo que había en el año 2010, en plena crisis económica, y en ese año se podían leer noticias como esta: “190.000 euros al mes por peonadas en el Hospital de Cabueñes de Gijón” (Diario El Comercio: 14/10/10). Actualmente se lee en los medios de comunicación declaraciones de algunos políticos y de muchos profesionales de la plantilla asegurando que si el aumento de la jornada supone la eliminación de las peonadas también aumentará la lista de espera quirúrgica, por ejemplo. Los cálculos anteriores demuestran que cualquier peonada pagada al personal de la plantilla desacredita la gestión de los recursos públicos. Si la plantilla actual y la organización del trabajo no son suficientes para reducir las listas de espera y hacen necesaria la realización de esos módulos de 4 horas, estos deben ser ofrecidos siempre a los demandantes de empleo creando puestos de trabajo y lo que debe desaparecer, por tanto, es la peonada como tal, pero no la programación de ese trabajo.

- El desempleo sanitario. Se lee en diferentes publicaciones sanitarias que la actual crisis económica supone un éxodo masivo de excelentes profesionales de enfermería al extranjero ( por ejemplo, enfermeras con formación quirúrgica). Actualmente en la “bolsa de demandantes de empleo” del área sanitaria IV (Oviedo) están inscritos más de 3.800 profesionales de enfermería, de los cuales alrededor de 2.000 tienen menos de 1 punto en su baremo de méritos. La mayoría de estos últimos sólo trabajarán algún mes en las sustituciones de verano. Mientras tanto, personal de plantilla con su puesto fijo verá incrementadas su retribuciones durante todo el año con horas extras que podrían hacer profesionales en el paro. Sirva como demostración este ejemplo reciente: una enfermera de un equipo de atención primaria del Área sanitaria IV, que ya cobraba 136 horas extras al mes, solicita hacer más horas extras y la Gerencia se lo permite. Actualmente se ha apoderado de una media de 200 horas extras al mes. A partir de ahora todos los meses cobrará 344 horas (150 de su jornada ordinaria y 194 extras en guardias) a sus retribuciones básicas de 3.000 las horas extras. Es evidente que se apodera de horas de trabajo que supondrían un empleo de otra enfermera que está en el paro y además nos sale más caro a todos los contribuyentes. 

Por lo tanto, al despilfarro económico de recursos públicos se añade la inmoralidad social del pluriempleo público para unos y el desempleo para otros. ¿Es todo esto un ejemplo de lo que significan para la Administración y los sindicatos las llamadas “políticas activas de empleo”...darle más empleo al que ya lo tiene?

 


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