Pomés, presidente de la Fundación de Gestión Sanitaria del centro, achaca la renuncia a unos problemas de salud que han derivado en una baja laboral



22 abr. 2013 18:56H
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Xavier Corbella.

Redacción. Barcelona
El director gerente del Hospital Sant Pau de Barcelona, Xavier Corbella, ha presentado este lunes su dimisión al presidente de la Fundación de Gestión Sanitaria del centro, Xavier Pomés, menos de un año después de que fuera nombrado para el cargo.

Corbella, exgerente del Hospital de Bellvitge, y Pomés llegaron al centro en mayo de 2012, después de que el Govern decidiera intervenir el hospital, que había acumulado un déficit de 18 millones de euros en 2011 y se había visto obligado a suspender la aplicación de un expediente de regulación de empleo (ERE) por una denuncia de los trabajadores.

En un comunicado dirigido a los cerca de 3.000 empleados del Sant Pau, Pomés achaca la dimisión de Corbella a unos problemas de salud que han derivado en una baja laboral, si bien también responsabiliza de la dimisión a la "injustificable campaña en su contra por parte de un colectivo de trabajadores".

Pomés carga de este modo contra una supuesta "operación de descrédito y de calumnias" por parte de estos empleados, que ya hace meses llevaron a los tribunales varias demandas por desviación de fondos, estafa y malversación de fondos en la gestión del hospital.

De hecho, el comité de empresa lleva tiempo criticando que la gestión del hospital está dividida en diferentes fundaciones, una de ellas privada y que se encarga de gestionar el patrimonio (los trabajadores aseguran que alcanza los 1.000 millones de euros, con diversos activos inmobiliarios), mientras que el hospital arrastra un déficit crónico.

Carmen Pérez, presidenta del comité y autora de varias de las denuncias judiciales que mantienen imputados a siete cargos del hospital por diversos delitos, entre ellos al exgerente al que sustituyó Corbella, Jordi Varela, ha recordado que los recursos ante los tribunales son un "derecho" de los ciudadanos y constituyen una vía pacífica para hacer las reclamaciones que se estime oportuno.

De este modo ha salido al paso de las declaraciones de Pomés, ha negado que en el Sant Pau se haya vivido ninguna situación de violencia y ha asegurado que los procesos judiciales no comprometen la actividad asistencial diaria del hospital, en unas declaraciones en las que también ha expresado su "máximo respeto" al anuncio de dimisión de Corbella.

Situación cada vez más complicada

Pomés explica en su comunicado a los trabajadores que la situación del hospital es cada vez "más complicada" (hace dos semanas pidió directamente la intervención del centro por parte de la Conselleria de Justicia para garantizar su viabilidad), en un contexto en el que semana a semana surgen nuevas noticias sobre hipotéticos fraudes en el pasado.

El presidente de la Fundación, que está integrada por la Generalitat con mayoría, Ayuntamiento y Arzobispado de Barcelona, considera que las denuncias buscan "el desprestigio personal y profesional" de sus gestores, y ello lleva a un callejón sin salida en el que el hospital queda debilitado.

En todo caso, Pomés defiende el "excelente trabajo" de Corbella, y anuncia que será este miércoles cuando el Patronato nombre en funciones a alguien para encargarse de los asuntos de trámite hasta que se adopte una decisión definitiva.

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