Los pacientes más jóvenes son los que más se benefician de este tipo de técnicas



29 may. 2013 17:13H
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Redacción. Zaragoza
Así lo han hecho saber hoy los especialistas del servicio de Nefrología del Hospital Universitario Miguel Servet (HUMS) de Zaragoza durante el acto convocado esta mañana para informar sobre las ventajas de este procedimiento.

Si comparamos los trasplantes de riñones de donantes fallecidos, 56, con los procedentes de donantes vivos, que han sido 10 a lo largo de 2012 en la comunidad, puede parecer que la cifra es baja, pero se sitúa ligeramente por encima de la media nacional, que es un 14 por ciento, y los resultados obtenidos son muy buenos según ha afirmado el doctor Alberto Sanjuán, jefe de servicio de Nefrología del Hospital Universitario Miguel Servet (HUMS), de Zaragoza, que ha puntualizado: “Nuestro reto ahora debe ser mantener ese 15 % e incluso intentar subir hasta el 20%”

Los especialistas del HUMS durante el acto convocado esta mañana

El programa de trasplante renal comenzó en el HUMS en 1986 y en diciembre de 2007 se vivió un salto cualitativo importante al realizar el primer trasplante de vivo. Las técnicas utilizadas en este último proceso han dado unos resultados excelentes que han convertido la donación en vivo en la mejor alternativa terapéutica actual, sobre todo para los pacientes más jóvenes. Sin embargo, los especialistas consideran que hay una falta de conocimiento social respecto a los beneficios que aportan estas técnicas por lo que han convocado un acto con un doble objetivo: agradecer a los donantes y receptores (unas 70 personas en total) su implicación en este proyecto y transmitir a los ciudadanos las ventajas de estos procedimientos. “El trasplante de un riñón procedente de cadáver es bueno, pero este es mejor y los resultados son excelentes”, indica el doctor Sanjuán. A pesar de la rapidez con la que se actúa en los trasplantes y de los extremos cuidados que se dedican a los órganos a trasplantar, el riñón procedente de una persona que ha fallecido ha sufrido un estrés como consecuencia de la causa que causa la muerte.

Además, en el caso de donante vivo se puede coordinar la intervención de extracción del órgano y su inmediato implante de forma que tanto donante como receptor se encuentren las condiciones idóneas para sendas intervenciones. “Los beneficios que aporta el órgano de vivo son mayores cuanto mayor es la complejidad del receptor”, explica el doctor Alex Gutiérrez, responsable médico del Programa de trasplante renal de donante vivo del Servet.

Cuando un paciente necesita la sustitución de la función renal se le puede ofrecer diálisis o trasplante. El coste de ambos procedimientos es de 46.000 euros cada uno, si bien a partir del primer año de trasplante, el coste baja a los 6.000 euros anuales, mientras que la diálisis se mantiene en 46.000 cada año de tratamiento.

No obstante, solo el 20 por ciento de los pacientes en diálisis están en condiciones para afrontar un trasplante de riñón. Actualmente hay 115 personas en espera de recibir el órgano de un cadáver en Aragón. Sin embargo en la donación de vivo el trasplante puede realizarse sin esperas, en el momento más apropiado para el paciente, e incluso sin llegar a la diálisis en muchas ocasiones, lo que convierte esta opción en la más indicada para obtener unos resultados lo más óptimos posible.

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