SE CUMPLE UNA DÉCADA DESDE QUE SE REALIZARON EN SU TOTALIDAD | ||||||||||||||
Las transferencias sanitarias satisfacen más a las comunidades autónomas que a los profesionales | ||||||||||||||
Unos dicen que la decisión ha permitido crear un sistema sólido y moderno, otros desigual y burocrático | ||||||||||||||
Leire Sopuerta / Cristina Mouriño / Javier Leo. Madrid Los consejeros
María Jesús Montero, consejera de Salud de Andalucía, asegura que “la transferencia de las competencias ha sido, sin duda, un revulsivo importante para la evolución de la sanidad pública de la comunidad, que nos ha permitido pasar de estar en el vagón de cola a estar entre las mejores”. Montero considera que “muchas de las políticas que hemos desarrollado y que estamos desarrollando en nuestra comunidad han servido y están sirviendo de ejemplo no sólo a otras comunidades españolas, sino también a otros países europeos”. “Podemos ver que Andalucía ha avanzado mucho en materia sanitaria, ya que en los primeros momentos, tras recibir las transferencias, nuestro principal esfuerzo se centró en llegar a esa universalidad, para lo que tuvimos que dotar a los ciudadanos de los recursos básicos necesarios”. Actualmente, según la consejera, los cerca de ocho millones de habitantes de la comunidad tienen a su disposición a 100.000 profesionales sanitarios públicos, 47 hospitales y 1.525 centros de salud y consultorios, así como la cartera de servicios más amplia de todo el Sistema Nacional de Salud y el mayor número de derechos asistenciales. Además, la consejera ha recordado que “en los últimos años Andalucía se ha situado como referente, no sólo a nivel nacional, sino también internacional, en innovación, investigación, derechos asistenciales, cartera de servicios… Unos logros que no hubieran sido posibles sin la implicación y el esfuerzo diario de los profesionales”.
“El Sistema Nacional de Salud es, sin lugar a dudas, unos de los grandes logros de nuestra sociedad y baluarte del Estado de Bienestar, junto con la Educación. Tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios públicos del mundo, con la cartera de servicios más completa, mejor dotada y que favorece, además, una atención universal, gratuita y pública. Un sistema sanitario eficiente del que debemos sentirnos orgullosos y por que el debemos luchar”, ha declarado Montero.
Desde Navarra, la consejera de Salud, Marta Vera, desta que “en estos años hemos construido, con el esfuerzo y el trabajo de todos, un servicio público de salud sólido y estable”.
En Canarias, la evolución de las prestaciones ha progresado significativamente. La consejera de Sanidad, Brígida Mendoza, señala que la población canaria se ha incrementado en más de un 40 por ciento con respecto a 1994 y, para atender a esta demanda, “los recursos en infraestructuras han experimentado un notable crecimiento”. Ello ha ido aparejado, ha explicado, a la incorporación de nuevos servicios a la cartera de Primaria y nuevos programas y protocolos. Además, en Especializada se ha incrementado en más de 400 el número de camas funcionantes en los distintos centros sanitarios y Mendoza también destaca la implantación de nuevas tecnologías, al margen de la importante inversión en equipamiento que ha conllevado la puesta en marcha de las nuevas infraestructuras.
Para la Comunidad de Madrid, las transferencias sanitarias han sido uno de los procesos de descentralización de servicio público “más complejos y con mayor éxito realizado en nuestro país”. El consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, asegura que “gracias a la gestión de las comunidades autónomas se ha podido adecuar un servicio tan estratégico como es la sanidad pública a la demanda de los ciudadanos, especialmente en una década de grandes cambios sociales económicos y demográficos en España”. En Madrid, continua Lasquetty, la sanidad pública lleva más de 16 años gestionada por Gobiernos del PP, “que han apostado por la mayor transformación de un sistema sanitario en España”.
Por ello, “se ha impulsado un servicio público de la máxima calidad, incrementado los hospitales públicos en un 40 por ciento, en apenas 8 años, en donde se ha creado 12 nuevos hospitales y 74 nuevos centros de salud”.
La sanidad, explica Sáez Aguado, “es el servicio público más valorado por los ciudadanos de Castilla y León y hemos comprobado en estos años cómo el índice de satisfacción con la sanidad pública ha mejorado: de hecho Castilla y León es, de acuerdo con los datos del Barómetro Sanitario del Ministerio, la comunidad en la que más ha mejorado el índice de satisfacción entre 2004 y 2010”. En este último año “ocupamos la cuarta posición entre las comunidades autónomas españolas.
En la Región de Murcia, “padecemos las consecuencias de la falta de liderazgo nacional, pero aún así hemos aprovechado al máximo los diez años transcurridos desde la asunción de las competencias de Sanidad”, explica la consejera de Sanidad, María Ángeles Palacios, quien comenta que en este periodo “hemos logrado, entre otras cosas, construir la mayor red de hospitales, centros de salud y consultorios médicos de la historia de la región. Hemos incrementado nuestra cartera de servicios y potenciado especialidades que nos han colocado a la cabeza de la investigación a nivel nacional e internacional. Y todo, asumiendo, sin la financiación adecuada por parte del Estado, el mayor incremento de población de todo el país, que ha llegado a doblar el crecimiento medio nacional”.
Para La Rioja, según el consejero de Salud, José Ignacio Nieto “las transferencias han supuesto ante todo un paso adelante en la madurez del SNS”. Nieto cree que esta iniciativa supuso para esta comunidad “abandonar una situación no de abandono, pero sí de absoluta apatía administrativa, a crear un modelo de sanidad eficaz y cercano. Orientado no al derroche o al gasto sin sentido, sino a dar respuesta a los problemas sociales reales de los riojanos, de acuerdo a sus dimensiones sociales y demográficas de la comunidad”. A pesar de la “gravísima situación económica que atraviesa nuestro país, el Sistema Público de Salud de La Rioja puede garantizar al cien por cien su sostenibilidad”, afirma Nieto.
La portavoz de CiU en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados, Concepció Tarruella, defiende el interés de Cataluña por disponer de manera “plena” de las competencias, si bien ha lamentado que éstas no siempre vienen acompañadas de los fondos necesarios para su correcto desarrollo. “El dinero que reciben las comunidades no es el adecuado”, asegura. En este sentido, insiste que en los últimos años se han elaborado algunas normativas nacionales “que no han venido acompañadas de presupuesto, y eso es algo que afecta directamente a las cuentas de las comunidades”. Se trata, a juicio de Tarruella, “de falta de lealtad institucional”. A pesar de ello, para la diputada de CiU, el traspaso de las competencias es positivo. “En Cataluña siempre hemos aspirado a las competencias plenas”, afirma, aunque “desde el principio arrastramos un déficit importante”. No obstante, resalta los beneficios de esta decisión porque “permite ofrecer una sanidad más próxima al ciudadano”. Para el portavoz del PNV en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados, Emilio Olabarría, la transferencia de las competencias ha logrado un Estado “más moderno y eficiente”. Olabarría considera que Osakidetza es una de las estructuras sanitarias “más potentes de la Unión Europea”, y el País Vasco “ha tenido un importante compromiso presupuestario con la sanidad desde que se asumieron estas competencias, llegando a recibir el 40 por ciento de los fondos”.
El peneuvista considera que Osakidetza “funciona bien y es un sistema fuerte y poderoso”, que, con las transferencias sanitarias ha logrado “reducir las listas de espera y ofrecer una atención más personalizada”. Aunque para Olabarría, “ha habido un deterioro del sistema, que era ejemplar, desde la llegada de Patxi López al Gobierno”. Olabarría hace mención a una “sombra que gravita sobre el sistema” y que se concreta en el afloramiento de tensiones entre zonas limítrofes. Esta situación, a su juicio, “está provocando un conflicto de carácter general que puede desestructurar el mapa sanitario”. Se trata, añade, de un “puzle muy complejo y cualquier alteración puede provocar su destrucción”.
El portavoz de IU-ICV, EUiA- CHA en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados no siente añoranza por el Instituto Nacional de Previsión porque era “ineficaz, sobre todo en el ámbito ambulatorio, y muy centralista y burocrático”. Para Llamazares, en las últimas legislaturas -en concreto a partir de la Ley de Coordinación Sanitaria-, “el Estado no ha ejercido sus competencias y nos hemos dormido en los laureles, confiados por la buena sanidad que tenemos”.
Es importante, a su juicio, no “devaluar” el sistema y, para ello, hay que solucionar aquello que dificulta que el sistema funcione, que es la compleja coordinación entre el Estado y las comunidades autónomas. “Porque no tenemos un solo sistema de sanidad, sino que tenemos 17”, ha remarcado Llamazares, para quien la vuelta de las competencias sanitarias sería “una mala decisión, que no solucionaría nada”.
La presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Carmen Peña, asegura que “desde el respeto a las competencias, es imprescindible garantizar una cohesión y coordinación del sistema que asegure la mayor eficiencia de las autonomías en la asistencia sanitaria y, en nuestro caso, la prestación farmacéutica al ciudadano. De esta manera conseguiremos garantizar los objetivos perseguidos de equidad, calidad y participación”. Sin embargo, “cuando se concluyó en 2002 la transferencia de la sanidad a ninguno de ellos le tembló el pulso a la hora de aceptarla, recibiendo con júbilo una responsabilidad que ahora lamentan, alegando inviabilidad para hacer frente a un coste que se ha disparado, en gran parte, por las consecuencias de dicha cesión”.
Para Alfonso Moreno, presidente de la Comisión Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, la palabra que marca estos años de trasferencias es “desigualdad”. En su opinión, todas las co munidades han asumido las competencias, pero hay diferencias notables en cuanto a cobertura de prestaciones. “Por ejemplo, no hay un calendario vacunal único, no se dispone de pruebas homogéneas de detección de algunas patologías y no existe acuerdo en cuanto a la edad a la que se deben hacer las mamografías”. A su juicio, “falta más equilibrio en el desarrollo de las competencias por parte de las comunidades, y probablemente lo que se eche en falta aquí es que el Consejo Interterritorial de Sanidad debería haber tenido más capacidad niveladora entre unas comunidades y otras”. Según el presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme), José Manuel Bajo Arenas, las repercusiones negativas de las transferencias se deben a que “aquello que en un principio parecía bien, ha quedado descoordinado porque el Consejo Interterritorial no ha tenido, ni tiene, capacidad ejecutiva, no funciona”. En palabras de Bajo Arenas, la transferencia de competencias “ha traído un aumento de burocracia y generado deudas en las comunidades”. Además, ha indicado, “la prescripción por principio activo y el catálogo de medicamentos, han creado una falta evidente de equidad y cohesión”, que se suma a la “falta de homogeneidad de las condiciones laborales y retributivas de los médicos en España”. Como retos de futuro, el presidente de Facme señala que “se debería conseguir la tarjeta sanitaria única y una historia clínica digitalizada, encriptada pero utilizable en todo el territorio nacional”.
Patricio Martínez, secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), ha apuntado que “las transferencias sanitarias a las comunidades autónomas dieron paso a una situación de envidia y agravios comparativos entre los sistemas sanitarios autonómicos que han llevado a muchas autonomías a gastarse lo que no eran capaces de sostener”. Además, apunta, “la falta de coordinación por parte del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha facilitado que en la actualidad contemos con un sistema poco cohesionado y con evidentes desigualdades”. Según el secretario general de CESM, “la Conferencia de Presidentes de 2006 fue una oportunidad perdida para asegurar la viabilidad del SNS con las comunidades. Se puso el contador de deuda a cero, pero desde entonces no se ha hecho nada y ya tenemos cerca de 15.000 millones de deuda acumulada”. En este sentido, Martínez descarta la devolución de las competencias sanitarias al Estado, solución que califica como “una locura”, y ha apostado por un “adelgazamiento de la estructura democrática” porque “hay mucho jefe y poco indio, y los jefes además no son sanitarios”. Desde el Sindicato Médico también abogan por recuperar los “impuestos finalistas para la sanidad” y por “aumentar la partida presupuestaria dedicada al sistema sanitario español”. |