El informe final de la Estrategia AP21 deja luces y sombras para la AP. Los ciudadanos están satisfechos con la atención recibida, pero el consumo de fármacos va camino de doblarse



30 ene. 2013 18:42H
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Javier Leo. Madrid
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha hecho público el informe final sobre la Estrategia de la Atención Primaria del siglo 21 (AP21), ratificado por las comunidades autónomas en el último Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) celebrado en diciembre. Esta versión final, acompañada por un anexo con iniciativas autonómicas, corrobora la queja principal de las sociedades médicas de Atención Primaria (AP) respecto al informe: en la mayoría de los apartados faltan los datos de 7 u 8 autonomías, algo que impide una visión completa de la AP en España (Lea aquí noticia relacionada).

José Luis Llisterri, presidente de Semergen; Josep Basora, presidente de Semfyc, y Benjamín Abarca, presidente de SEMG.

Sin embargo, eso no quita que el estudio refleje varias deficiencias dentro de la práctica clínica diaria de los profesionales de Primaria. Unos problemas que, lejos de solventarse, han ido en aumento durante los últimos años. El más importante de ellos es la incapacidad del primer nivel asistencial para frenar la excesiva medicalización de sus pacientes. Según los datos de la AP21, la dosis diaria definida por cada 1.000 habitantes y días (DHD) del total de fármacos ha pasado de las 800 a las 1.300 DHD en la última década.

Dentro de ellos destaca la tendencia incremental en el consumo de antibióticos durante la última década, alcanzando en 2011 una dispensación equivalente a 20,39 dosis diarias definidas por cada 1.000 habitantes y día, por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). También se ha disparado el uso de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes (+63% en diez años), hipolemiantes contra el colesterol (+460% entre el 2000 y el 2011) y los antiulcerosos como el omeprazol (+368%).

La lista de espera se instaura en Primaria

Otros datos destacables de la AP21 son las cifras de listas de espera en Primaria, una existencia que, según citan los propios autores, “parece haberse asentado” en el primer nivel asistencial. En 2011, la media era de 3,65 días de espera desde que solicitaban ser atendidos hasta la consulta. También es significativo el porcentaje de pacientes que escogen acudir a su médico de cabecera en la sanidad pública (64,3%) y la frecuentación, que ha disminuido ligeramente entre 2007 y 2011 hasta quedarse en las 5,62 visitas por usuario y año (5,36 en Pediatría y 5,58 en el conjunto de Medicina).

Alta satisfacción de los pacientes

En el informe se pone en evidencia la alta satisfacción que muestran los ciudadanos con la AP, señalando que el 86 por ciento de los pacientes valoran la atención recibida como buena o muy buena. La confianza y seguridad que transmite el médico de Familia se sitúa en 7,77 puntos sobre 10, y el tiempo que le dedican a la consulta se valora con un 7. El 60,7 por ciento de los pacientes también califica positivamente la comunicación y coordinación entre AP y Hospitalaria, mientras que la atención domiciliaria recibe una nota media de un 7.

Solo el 0,84% del PIB para AP

Respecto a la financiación, la evaluación final de la AP21 recoge un porcentaje del total del gasto sanitario dedicado a Primaria oscilante en torno al 14 por ciento, dejando el último dato estable en 2011 en el 14,25 por ciento del total del gasto sanitario. Dicho gasto representa el 7,1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Primaria representa solo el 0,84 por ciento del PIB. En euros, ese costo se traduce en 190,18 euros por habitante protegido y año. La asistencia sanitaria general incrementa esa cifra hasta los 1.471,03 euros anuales por persona.

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