Carlos Cristóbal. Madrid La cobertura vacunal contra el virus de la gripe, especialmente en lo que a los grupos de riesgo se refiere, es una de las grandes preocupaciones de la sanidad española. Con una tasa de vacunación por debajo del cincuenta por ciento, muy por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad afecta a entre el 5 y el 15 por ciento de la población adulta y a entre el 20 y el 30 por ciento de la población infantil causando entre 1.500 y 4.000 muertes anuales, en gran medida en pacientes de riesgo. Con la intención de mejorar los datos se ha impulsado la realización del Primer Consenso de vacunación de los grupos de riesgo frente al virus de la gripe en España. Un proyecto que ha nacido a iniciativa del Grupo de Estudio de la Gripe (GEG) con el apoyo de doce sociedades médicas nacionales y el Consejo General de Enfermería y que, según su coordinador, Ramón Cisterna, busca “llamar la atención sobre la importancia de aumentar la cobertura vacunal en toda la sociedad, pero especialmente en los grupos de riesgo”. “Se trata de un documento de trabajo para profesionales sanitarios en el que se recogen una serie de recomendaciones que pretenden alcanzar la tasa del 75 por ciento que recomienda la OMS en grupos de riesgo”, ha añadido. En la actualidad, el índice de vacunación entre profesionales sanitarios se encuentra por debajo del treinta por ciento, un dato muy bajo a tratarse de un sector que se encuentra en contacto permanente con pacientes de riesgo. Para mejorar esos registros, la representante de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (Aeemt), Teresa del Campo, ha afirmado que es necesario “aplicar programas de salud laboral” y “hacer posible que los profesionales sanitarios tengan un acceso más fácil a las vacunas”. Los ponentes han rechazado también la posibilidad de hacer obligatoria la vacunación de los profesionales sanitario. Frente a ello, proponen una mayor formación e información para convencer de su necesidad. “Obligar no es bueno nunca, incluso puede causar más rechazo”, ha admitido el coordinador de la GEG, mientras que para Esther Redondo, miembro del Grupo de Actividades Preventivas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), “un médico formado y concienciado es el mejor para dar una atención proactiva”.Otro de los temas que se ha tratado en la presentación ha sido el papel de la Administración. A ese respecto, Cisterna ha señalado que “siempre ha estado implicada, pero debería hacerlo más en lo que a los grupos de riesgo se refiere". “Es el momento de trabajar desde la unidad de todas las sociedades firmantes y la Administración para crear estrategias que nos permitan dar una cobertura adecuada”, ha agregado. |