María Márquez. Madrid El balance del primer y complicado año del equipo de Ana Mato al frente del ministerio de Sanidad revela la destacable ausencia pública de un cargo cuyos antecesores tuvieron un papel más mediático: la Subsecretaría de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Mientras que el protagonismo de la secretaria general de Sanidad y Consumo, Pilar Farjas, y del secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Juan Manuel Moreno, ha ido en aumento en los últimos doce meses, María Jesús Fraile no ha ejercido de representante institucional en ningún acto y se ha limitado a las comparecencias en el Congreso y los Consejos Interterritoriales.
Con la era Zapatero, Puig de la Bellacasa tomó las riendas de la Subsecretaría de Sanidad, llamado por la exministra Elena Salgado, y era un habitual en diferentes actos del sector. Consuelo Sánchez Naranjo fue su relevo asumiendo también las competencias de Consumo, y tanto Bernat Soria (quien la ‘rescató’ desde el ministerio de Administraciones Públicas) como Trinidad Jiménez depositaron una gran confianza en ella como representante institucional en múltiples eventos sanitarios. La llegada de Leire Pajín al Paseo del Prado supuso la remodelación de un gabinete que apenas contó con un año de vida, y salvo José Martínez Olmos en la Secretaría ministerial, el resto del equipo no ‘sobrevivió’, entre ellos Sánchez Naranjo, quien fue relevada por Leandro González Gallardo. |