Admite que el ambiente en la Cámara alta, a diferencia del Congreso, solo se tensa cuando aparece la ministra



18 feb. 2013 12:03H
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María Márquez / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
Recogiendo el legado de Roberto Lertxundi, la senadora por Navarra María Chivite aboga porque el Senado tenga protagonismo en el Consejo Interterritorial, no solo como sede sino también dando voz a los senadores de la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales. Como nueva portavoz de Sanidad de su grupo, admite que las expectativas para este año “no son buenas” en cuanto al diálogo con el Gobierno, dada la escasa presencia de la ministra Ana Mato en dicha Comisión, nula en el caso de la de Igualdad, donde Chivite es vocal.

María Chivite, en el Senado.

Empezando por la actualidad de las últimas semanas, ¿qué opina de la situación que atraviesa la ministra de Sanidad, Ana Mato?

Creo que una persona con semejante responsabilidad, que además está pidiendo un esfuerzo impresionante a los ciudadanos a los que les ha quitado prestaciones y les hace pagar más por medicamentos, que se haya estado beneficiando (como dice el informe policial) de regalos suntuosos por parte de una trama de corrupción, la inhabilitan como responsable público. El hecho de que permanezca en el Ministerio es una falta de coherencia total, así que creo que no debiera estar al frente de Sanidad.

¿Y qué valoración haría de su gestión en este primer año?

El balance que hace el Partido Socialista no puede ser más negativa. Desde que empezamos a atisbar los objetivos del Ministerio, que al fin y al cabo es desmontar el SNS tal y como lo conocíamos, hemos visto que finalmente todo ha sido empeorar la atención sanitaria, romper la universalidad, provocar problemas entre comunidades autonómas, imposición del copago en transporte sanitario… Lo que ha hecho Ana Mato es desbarajustar todo el sistema sanitario. En definitiva, una gestión desastrosa.

Echando la vista atrás, cuando fue publicado el RD 16/2012, ¿tenían esperanzas en que fructificaría el diálogo con Sanidad o la relación ha sido tal y como esperaban?

Las posiciones del Grupo Popular se sustentan en su mayoría absoluta, sin dignarse a escuchar. De hecho, la ministra aquí ha venido tan solo una vez a la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales y a la de Igualdad ni siquiera ha venido. La política es la de no escuchar y aplicar el rodillo desde el 16/2012, con el objetivo claro de desmontar el SNS. No escuchan a la oposición y tampoco a la ciudadanía, a la marea blanca que se ha manifestado en Madrid.

Apuntaba antes las diferencias entre CCAA, sin embargo el Ministerio insiste en que el acuerdo es máximo en el seno del Consejo Interterritorial (CI). ¿Qué papel tiene este órgano para usted?

El Consejo Interterritorial tiene un papel muy importante porque las comunidades pueden poner de manifiesto qué quieren hacer en materia sanitaria y así lo acuerdan. Lo que ocurre ahora es que con la mayoría del PP, tienen muy fácil tomar medidas. Sin embargo, el RD 16/2012 ha generado que la atención al inmigrante sea diferente entre autonomías, incluso en las gobernadas por el PP. Pactan en el CI y luego hacen lo que les da la gana. El CI tiene una gran deficiencia que es la transparencia, a mí me gustaría (como ya recalcaba Roberto Lertxundi) que el Senado, como Cámara de representación territorial, debiera ser la sede del CI y que en él debiéramos participar los senadores, al menos los de la Comisión de Sanidad, porque las decisiones que se toman son en materia de salud.

El Ministerio está satisfecho con lo ahorrado por el momento aunque, sin embargo, las cifras están lejos de los 7.000 millones impuestos por el presidente Mariano Rajoy para ajustarse al objetivo de déficit…

Han ahorrado en el tema farmacéutico metiendo la mano en el bolsillo del ciudadano, del paciente enfermo. Tal y como nos han trasladado diferentes organizaciones, hay gente que ha dejado de comprar su medicación porque tienen que elegir entre ella y su pensión. El colmo es que suban en el copago farmacéutico el IPC y no lo hagan en las pensiones.

Protagonismo necesario en el Consejo Interterritorial.

La “persecución” de la subasta andaluza.

Siguiendo con el ahorro, la comunidad andaluza ha apostado por un modelo (la subasta de medicamentos) que está sufriendo trabas por parte del Gobierno…

Está claro que se pueden contraponer dos modelos: el del PP, que quiere ahorrar quitando al ciudadano; o el del PSOE en Andalucía, que quiere disminuir el margen de beneficio de las grandes empresas farmacéuticas, que es lo que supone la subasta. Al recurrirla, se demuestra que el PP está a favor de la industria farmacéutica. Pese a haber perdido dos sentencias, creo que tienen intención de recurrirla por tercera vez, no entiendo esta persecución.

Extendida al ámbito nacional, ¿la subasta tendría efectos más rápidos que las fórmulas del Ministerio?

Por supuesto. A la comunidad andaluza puede suponerle un ahorro de 200 millones de euros, por lo que es palpable.

¿Cómo ve el trato del Ministerio hacia el profesional sanitario?

El Ministerio, como el Gobierno en general, ha dispuesto diferentes medidas en contra de los funcionarios, como ampliación de jornada, no  sacar concursos públicos, eliminando la paga extra… Está gravando la labor del servicio público. No está escuchando a los profesionales sanitarios, el ejemplo lo tenemos en Madrid con la marea blanca. Ahora sabemos que la huelga del 23 de febrero se ha desconvocado en aras del diálogo, me gustaría que fuese un diálogo sincero y no solo por cumplir con el expediente, para llegar a acuerdos y consensos que beneficiarán a todos.

¿Qué comentarios genera en el Senado los conflictos profesionales en la Comunidad de Madrid, especialmente impactantes al tratarse del partido en el Gobierno, o el euro por receta?

El euro por receta es una falta de coherencia total. Ni siquiera los de su propio partido están de acuerdo con las medidas que tienen que tomar. En cuanto a la privatización, aquí hay dos modelos totalmente diferentes. Lo que está claro es que el SNS es el mejor sistema sanitario del mundo, los indicadores lo dicen, e incluso es un modelo sostenible, porque invirtiendo menos que otros países tenemos mejores indicadores de salud. El Partido Socialista apuesta por este modelo que, por otro lado, sí tiene margen de eficiencia, por ejemplo, con una reorientación del sistema de atención a crónicos.

¿Qué aspectos cree que quedarán especialmente marcados por esta reforma sanitaria?

Lo que ha planteado el Ministerio es un cambio de modelo. Una vez que has acabado con el principio de la universalidad, has atacado el de la gratuidad y en definitiva, al carácter público del sistema sanitario, se ha puesto en riesgo el modelo. Espero que no quede ninguna medida ante la que no se pueda volver atrás, porque el Partido Socialista tiene claro que en cuanto llegue al Gobierno se revocarán todas estas medidas.

En la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Senado se percibe un ambiente mucho más relajado que en la del Congreso. De hecho, la izquierda parlamentaria ha abandonado la Subcomisión. ¿Considera que el enfrentamiento político es más fuerte en la Cámara baja?

Los profesionales nos reclaman que haya unanimidad para hacer un Pacto por la sanidad. Pero nosotros entendemos que hay determinadas líneas rojas que no se deben cruzar y el PP las ha cruzado con la privatización de hospitales, acabando con la universalidad… Nos gustaría alcanzar el Pacto, ya lo intentamos en la anterior legislatura, pero sin cruzar esas líneas rojas.

¿Y en cuanto al ambiente de la Comisión?

El ambiente en la Comisión de Sanidad del Senado.

No es malo. Hay un enfrentamiento de ideas y debate pero la verdad es que no es muy duro. Es cierto que aquí en el Senado no hay las iniciativas que tiene el Congreso. No hay unanimidad en el planteamiento de modelos, pero el enfrentamiento no es muy duro, solo cuando aparece la ministra.

Por el momento Ana Mato solo ha comparecido una vez en esta Cámara…

En la Comisión de Sanidad, pero en la de Igualdad ni siquiera ha venido, y no hemos tenido ninguna reunión porque hemos pedido su comparecencia también, tenemos mociones y preguntas y no se ha dignado a venir, y también es la ministra de Igualdad. Y tampoco viene muy a menudo al Pleno. La ministra está desaparecida a pesar de las polémicas sanitarias.

Uno de los temas que más controversia ha causado en el Senado es la revisión de la prescripción de la píldora poscoital, defendido por su antecesor en el cargo, Roberto Lertxundi. Fue precisamente lo que motivó la ‘reaparición’ del Consejo Asesor de Sanidad… ¿Qué importancia tiene para usted este órgano consultivo?

Sobre la píldora poscoital hay diferentes informes, la ministra puede hacer el replanteamiento pero las organizaciones científicas dicen que está funcionando perfectamente y que no tiene efectos secundarios como para cambiar el modelo de prescripción. No sé qué dirá el Consejo, pero los informes que tenemos son bastante contundentes. No sé si la señora ministra quiere interceder en el Consejo para que diga algo que a ella le interesa.

¿Qué otros temas del ‘legado’ de Lertxundi seguirán siendo prioritarios para usted como nueva portavoz?

Nuestro gran reto es defender el modelo actual del SNS frente al modelo del PP. Somos conscientes de que hay que hacer reformas y cambios, como la reorientación al crónico.

¿Qué expectativas tiene para este año de aquí a los próximos meses?

Si el Ministerio sigue trabajando en esta línea de imponernos más copagos, las expectativas no son buenas. Seguiremos proponiendo medidas de eficiencia como la subasta de medicamentos, y en esa línea vamos a trabajar. Pero si el PP sigue empeñado en no escuchar a nadie, desde luego las expectativas no son buenas.

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