Su uso continuado puede ser causa de mareos, cefalea y fatiga al leer



11 ene. 2011 18:23H
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EP. Murcia
El Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas autonómico (Coorm) ha denunciado públicamente que, en estas fechas, se produce una comercialización “masiva” de gafas sin garantía, adquiridas en establecimientos no autorizados y que pueden “acarrear consecuencias graves para la salud visual y ocular”, según han informado fuentes de la entidad colegial en un comunicado.

De acuerdo con el escrito, estas gafas premontadas, “que pueden adquirirse casi en cualquier sitio, se suelen utilizar erróneamente para corregir la presbicia o la vista cansada”. En este sentido, el presidente del Colegio, José Miguel Pelegrín, alerta de que “este tipo de gafas no son más que unas lentes de aumento de mala calidad”.
Y es que, según ha asegurado, la crisis ha incrementado la compra de estos productos, “pero el ciudadano debe ser consciente de que su uso puede evitar o retrasar la revisión visual necesaria, que debe realizar un especialista”.

Por este motivo, Pelegrín señala “que las gafas premontadas no son una solución para la presbicia o vista cansada que se comienza a manifestar a partir de los 40 años y que se manifiesta en síntomas como visión borrosa o incómoda cuando se lee o se trabaja en visión próxima”.

Cuando sucede, ha añadido, “lo mejor es acudir al profesional de la vista como el óptico-optometrista en busca de la mejor alternativa, que habitualmente no es una gafa premontada sino lentes monofocales, bifocales, ocupacionales y progresivas, o bien el empleo de lentes de contacto”.

Al hilo, Pelegrín ha informado de que la adaptación individualizada por parte de un óptico-optometrista “es imprescindible, además, porque cada persona presenta unas características morfológicas y anatómicas distintas”.
Problemas que pueden causar las gafas premontadas

Estas gafas se fabrican con unas medidas estándares de distancia interpupilar y graduación que sólo coincide con un cinco por ciento de la población con presbicia. Las lentes están fabricadas en su gran mayoría en plástico inyectado y sin ningún tratamiento, por lo que la imagen que producen tiene una gran cantidad de alteraciones y no cuentan con ningún tipo de control sanitario ni de calidad óptica.

Asimismo, el uso continuado de este tipo de gafas puede originar mareos y dolores de cabeza, así como dificultad y cansancio en la lectura. Al estar las lentes montadas bajo un estándar de distancia interpupilar, el centro óptico de las lentes no coincide con el eje visual de los ojos, por lo que el uso continuado de este producto induce a diversos efectos prismáticos y se producen síntomas de disconfort visual.

Requisitos imprescindibles como garantía

El consumidor debe ser consciente de que las gafas premontadas son un producto sanitario de clase I, lo que significa que deben cumplir una serie de requisitos de seguridad, eficacia y calidad.

Desde el Colegio de Ópticos-Optometristas autonómico se recomienda que, a la hora de adquirir estos productos, se compruebe que, en las instrucciones de uso, conste claramente la graduación y la indicación de que su utilización debe ir precedida por un diagnóstico previo por parte del óptico-optometrista. Asimismo, las gafas deben llevar la señal de conformidad CE en el producto, tanto en el packaging como en el prospecto.

Por último, han aconsejado que, a la hora de efectuar la compra, se opte por hacerlo en una óptica y con la supervisión de un experto óptico optometrista.

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