“Muchas veces no existe una relación directa entre la calidad del artículo y de la publicación”, advierte



27 abr. 2012 12:43H
SE LEE EN 4 minutos

Redacción. Zaragoza
Publicar es la máxima de todo investigador. ‘Y publicar o perecer’ era el título del 5º acto del XII Ciclo del Aula Montpellier. Un título bastante amplio como reconoció el ponente, presentado por el Arturo Vera, anterior decano de la Facultad de Medicina de Zaragoza.

De izquierda a derecha, el director de Clínica Montpellier, Alfredo Pérez Lambán; el presidente de la Academia de Medicina de Zaragoza, Manuel Bueno; el ponente, Juan Francisco Madrid; y el exdecano Arturo Vera.

En su disertación Juan Francisco Madrid ha hablado de cuáles son los motivos que pueden mover a los investigadores y estudiosos a publicar. De cómo en determinadas ocasiones puede haber una cierta presión por publicar, por sacar artículos, ante procesos de evaluación para consolidar el puesto de trabajo o para ascender. Esta presión, señala Madrid, “puede contribuir a que se produzca el fraude científico”.

En este sentido, ha desgranado los tipos de fraude científico. También ha ahondado en cómo se evalúan las publicaciones, qué sistemas se utilizan para determinar si la investigación que hace una persona es mejor o peor. También ha señalado históricamente los métodos que se han ido utilizando: el número de artículos, la calidad de las revistas. Y cómo con posterioridad se ha empezado a utilizar un factor que se llama factor de impacto. Después han aparecido otros factores, pero lo que miden no es la calidad de los artículos que se publican en una revista sino la calidad de la revista en global. “Muchas veces no existe una relación directa entre la calidad del artículo y de la publicación”, ha señalado Madrid.

Más recientemente, ha adelantado, se están poniendo en uso otros factores como el factor H que lo que mide es el número de veces que los artículos de una persona han sido citados por otros. Y ello da un número. Estos números no se pueden tomar como valores absolutos pero tienen la ventaja de que son objetivos.

Juan Francisco Madrid ha hablado también de sexenios, de cómo esta evaluación en el sistema investigador español se traduce en la concesión de sexenios y las diferencias que hay a la hora de valorar la actividad investigadora del profesorado de la Universidad con respecto al de los centros exclusivamente investigadores, porque a la hora de conceder estos sexenios que suponen un suplemento económico, se les exige a los dos lo mismo, tanto al profesorado de la universidad como a los de los centros investigadores. “Cuando el profesorado de la Universidad además de investigar tiene que dar clase y por lo tanto tiene menos tiempo”, ha señalado Madrid.

En cualquier caso, ha indicado el ponente del Aula Montpellier, “a pesar de que con estos sexenios hay unos complementos económicos, desde luego, esos complementos no son motivo suficiente para animar a publicar puesto que son pequeños y la gente se anima a publicar y conseguir sexenios por el prestigio que supone tenerlos”. Al final, uno tiene que procurar publicar en las mejores revistas porque al final es lo que te van a pedir, ha señalado Madrid.

A su juicio, tres son los motivos por los que alguien se anima a publicar: el primero, un motivo altruista, por comunicar a los demás lo que se ha descubierto. Luego hay otros, como el afán de protagonismo, de reconocimiento ante la sociedad, salir en la prensa y un tercero, la cuestión económica. “Estos dos últimos motivos son los que pueden animar a que se produzca fraude científico: la copia, la suplantación, o el hinchar los datos. Es difícil identificar el fraude científico”.
 

Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.