El grupo esta compuesto por informáticos de la UPV /EHU e investigadores de Biodonostia



31 ene. 2011 18:33H
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Redacción. Vizcaya

Un equipo de informáticos de la Universidad del País Vasco UPV/EHU está trabajando junto a Biodonostia en la búsqueda de marcadores que ayuden a predecir la esclerosis múltiple.

En un comunicado, la citada universidad ha explicado que su grupo de Sistemas Inteligentes, con sede en su Facultad de Informática, trabaja en diversos proyectos relacionados con el uso y aplicación de algoritmos que pueden ayudar a entender mejor ciertas enfermedades, así como a encontrar los biomarcadores relacionados con su diagnóstico y pronóstico.

José Antonio Lozano,director del citado grupo y sus integrantes, Borja Calvo, Iñaki Inza y Rubén Armañanzas, colaboran asiduamente con investigadores de Biodonostia, el primer instituto de investigación sanitaria de País Vasco, y cuya sede se inauguró el pasado noviembre, elaborando modelos de diagnóstico que facilite la labor de los científicos.

A la izquierda, Chip de Dna empleado para elaborar los modelos de diagnóstico. A la izquierda: Foto del equipo de investigadores de la UPV.

"Cuando los investigadores de Biodonostia ven que tienen un problema de búsqueda de biomarcadores, de tratar de hacer un modelo de diagnóstico-pronóstico en base a una gran masa inicial de datos, acuden a nosotros", asegura Inza.

Dentro de Biodonostia, son los investigadores del área de neurociencias, liderado por el doctor Adolfo López de Muniain, los que han mostrado mayor interés en las herramientas desarrolladas por estos informáticos de la UPV/EHU, con quienes han desarrollado han estudios relacionados con el Parkinson, la demencia frontotemporal y la distrofia muscular. Sin embargo, tal y como explica Inza, "por ahora, los frutos más visibles los hemos tenido con la esclerosis múltiple".

"Hemos publicado un artículo en una revista internacional, en la publicación estadounidense 'Public Library of Science', PLoS ONE, en 2009, y hay una patente en marcha entre Osakidetza y la UPV/EHU", ha explicado.

Conseguir resultados en este campo no es fácil, asegura Borja Calvo que ha explicado que los investigadores de Biodonostia sospechaban que algunas de las moléculas denominadas microRNA podían tener que ver con la esclerosis múltiple, o servir como biomarcadores, por lo que tomaron muestras y analizaron los niveles de expresión. Fue entonces cuando la bioinformática entró en juego.

"Generaron estos datos, nos los pasaron, y nosotros tratamos de construir un modelo clasificatorio que, introduciéndole los niveles de expresión, fuese capaz de predecir si había o no enfermedad, o el estadio de ésta", ha puntualizado.

Pra ello, una pieza clave de su trabajo fueron las mediciones con los chips de DNA, unos artilugios que, aun cabiendo en la palma de la mano, guardan en sí, sintetizados, todos los genes conocidos del ser humano.

"Cuando se inserta aquí (en el chip) detrás el DNA de una muestra corporal de una persona, cada gen se va al pocillo que le corresponde", dice Inza. Entonces, obtienen unas imágenes de colores, particionadas en dichos pocillos. Estos colores representan los "niveles de intensidad, y son proporcionales al nivel de expresión de cada uno de estos genes. Esto se traduce a números". Y añade José Antonio Lozano: "Los números expresan un nivel de fluorescencia, la intensidad de la señal".

Con los números en la mano, los modelos informáticos entraron en accióncoin unos  resultados bastante buenos: "Los modelos predecían bastante bien la enfermedad, y a partir de ahí han empezado una serie de fases de validación".
 

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