Julio Sánchez Fierro, su vicepresidente, reconoce que el SNS debería contar con un nivel de indicadores potentes



8 may. 2014 13:49H
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Julio Sánchez Fierro.

Redacción. Madrid
Julio Sánchez Fierro ha reconocido que el Sistema Nacional de Salud (SNS) "debería contar con un nivel de indicadores potentes" en materia cardiovascular y ha lamentado que hasta ahora "han estado más centrados ahora en el número de actos de los profesionales que en los resultados".

El vicepresidente del Consejo Asesor de Sanidad  forma parte del grupo de autores de un informe de la red  La salud del paciente por delante. En el mismo, se reitera  que las recomendaciones que establece el Ministerio de Sanidad para el uso de los nuevos anticoagulantes orales no se están cumpliendo en todas las comunidades y está provocando desigualdades "no justificadas" en el acceso a estos fármacos.

"En este momento no llegamos ni al 10 por ciento de los pacientes que tienen posibilidad de beneficiarse de este tratamiento, y están en riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (...) Y es un problema de la fragmentación de nuestro sistema sanitario", según ha indicado Alfonso Castro Beiras, jefe del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Coruña (CHUC), presidente del citado grupo.

Para abordar este problema, se proponen nuevos modelos tanto del proceso asistencial, que permitan un acceso al tratamiento de los pacientes prioritarios, como de gestión de dicho proceso, que implique de forma conjunta y homogénea al Ministerio y a las comunidades, con registros e indicadores que permitan medir su implantación.

Entre las recomendaciones también está la necesidad de definir procesos integrados y de calidad asistencial para la atención y el seguimiento del paciente con tratamiento anticoagulante de carácter multidisciplinar y potenciar la información y la educación del paciente, favoreciendo además la identificación de los pacientes prioritarios para facilitar el uso de los nuevos fármacos.

Asimismo, los expertos creen que deberían revisarse las recomendaciones de uso que Sanidad presentó hace meses para, después de analizar la evidencia científica publicada, extender también su uso a determinados pacientes de alto riesgo (como los que han tenido un ictus, accidente isquémico transitorio o una embolia sistémica) y a los pacientes mayores, frágiles o pluripatológicos, en los que está indicada la terapia con los anticoagulantes clásicos a pesar de que "complica de forma significativa el tratamiento". Sobre todo porque muchos pacientes acaban siendo agudos "por un mal manejo de su cronicidad", ha concluido Castro Beiras.
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