En Estados Unidos se empieza a guiar a los médicos para que conozcan el testamento vital de los enfermos



16 feb. 2016 14:11H
SE LEE EN 3 minutos
Marta Fernández. Madrid
La era del ‘siento decirle que le quedan pocos meses de vida’ está en vías de extinción. Los médicos se empiezan a plantear que, quizás, hay que cambiar el tradicional modo de comunicarle la muerte al paciente y, no menos importante, a sus familiares.

Janet Abrahm.

Janet Abrahm, profesora de Medicina en Harvard, es una de las pioneras de esta corriente que pretende cambiar la comunicación entre paciente y médico. Abrahm es la cabeza visible de una nueva legión de especialistas conscientes de la necesidad de introducir cambios a este respecto.

“Estaba en un hospital cuando escuché a un oncólogo preguntarle a su paciente: ¿no está tu marido?, bueno, da igual, te lo diré igualmente. Vuelves a tener leucemia”. Este fue el desencadenante que provocó que la docente de Harvard planteara cambiar la manera de comunicar la muerte. Tanto es así que hasta el propio Medicare (el sistema de seguro sanitario de Estados Unidos) ha comenzado hace tan sólo unas semanas a trasladar a sus médicos nuevas técnicas “de conversaciones sobre el final de la vida con pacientes”, como lo han denominado. En estas charlas, los facultativos preguntan a los enfermos cómo desean llegar al final de sus vidas incluso en la situación de que estuvieran incapacitados. Una especie de ‘testamento vital’ para conocer los últimos deseos del paciente.

La estrategia es que, a través de estas conversaciones, se calibre el deseo del paciente a someterse a un agresivo tratamiento o a cuidados paliativos. De hecho, según avanza Abrahm, “ya existen diversos estudios que estiman el momento oportuno para comunicarle una de las dos vías a un enfermo”.

En estudio están no sólo ‘el cuándo’ y ‘el cómo’, si no también ‘el quién’.  El médico de Atención Primaria, el especialista, el facultativo de Urgencias… todos ellos están sobre la mesa aunque, según algunos expertos,  también se podría “estudiar la posibilidad de que fuera la propia familia la que, una vez sabido, se lo comunique al paciente”.

Por el contrario, Abrahm señala que, “por supuesto debe ser el doctor el que informe de la noticia pero acompañado de la familia”. Esto es especialmente delicado en el caso de la muerte infantil, “donde una conversación puede ayudarles a entender por lo que están atravesando y, de esta manera, llevarlo mejor”, señala Jennifer Mack, pediatra oncológica del centro Dana-Farber de Boston.

Dar la información y mantener un silencio prudencial

Además, la docente da una clave para empezar con buen pie: “adelanta un poco de información y comprueba cuánta más quieren”. “Evita frases como ‘no se puede hacer nada más’ porque, aunque se trate de dar diagnósticos terminales, aún se pueden hacer cosas en otros planos, como el afectivo”, recomienda la doctora.  Después de eso, según reconoce Abrahm, “ya no hay mucho más que hacer, así que, toca callarse”.

La doctora recomienda después “contar hasta 20 en silencio”, para volver a hablar al paciente y decirle, única y exclusivamente, “¿cómo estás?”. Tras esto, acabar con un siempre reconfortante “¿qué puedo hacer por ti?”.
 
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.