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El Ministerio de Hacienda y Función Pública advirtió de un plan de persecución del absentismo de los sanitarios

Absentismo laboral: la sanidad, contra el síndrome del 'me quedo en casa'
El servicio de inspectores va citando a los trabajadores según su patología y también de oficio


28 abr. 2018 20:00H
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POR ESTHER ORTEGA
Los médicos de la sanidad pública han sido cuestionados los últimos años por el absentismo laboral injustificado, algo a lo que intentan hacer frente las consejerías con distintos mecanismos de control, como las comisiones de seguimiento o las inspecciones de trabajo. Un informe de la Consultora Randstad hizo saltar las alarmas el año pasado señalando a los profesionales sanitarios como los líderes en esta liga y, hace unos días, el Ministerio de Hacienda y Función Pública advirtió de un futuro  plan de persecución del absentismo de los empleados públicos, algo que se ha recibido de forma de desigual entre administraciones y sindicatos.
 
“El servicio de inspectores va citando a los trabajadores según su patología y también de oficio”, explica Esteban Del Ruste, director general de Recursos Humanos de la Consejería de Sanidad aragonesa, que incide en que esas “citaciones también dependen del número de profesionales que haya, pero son perfectamente conocedores de cómo funciona el sistema, son muy rigurosos y generan muchas altas”, asegura.
 
El encargado de Aragón también ha querido destacar el seguimiento que hacen los profesionales de los supuestos casos de absentismo injustificado, sin embargo, no se muestra muy convencido de la estrategia de Hacienda, afirmando que el plan está “condenado a no prosperar” y puede ser un problema para el trabajador que de verdad necesita la baja: “Se puede perjudicar al cumplidor intentando cazar al que no lo es”, advierte Del Ruste, quien defiende que “las medidas de tipo retributivo son las más eficaces”.
 
Mejorar las condiciones laborales
 

Íñigo Cortázar, director general de Recursos Humanos del Sescam


A Íñigo Cortázar, su homónimo en Castilla-La Mancha, le parece una medida óptima desde Hacienda, aunque cree que también las administraciones disponen de otras armas con las que combatir el absentismo. “Hay un tipo de medidas, más generales, que pasan por mejorar las condiciones retributivas, de movilidad y de acceso a una plaza fija que motiva a los trabajadores y reducen el absentismo. Lo último que hemos hecho nosotros ha sido un concurso de traslados para mejorar y optimizar las condiciones”.
 
El director general de Recursos Humanos del Sescam también reivindica el papel de la Comisión de estudio y seguimiento, que integra desde Hacienda hasta los inspectores, pasando por la mutua. “Se encarga de las contingencias comunes y de unificar los datos”, explica Cortázar, que lamenta la opacidad en cuanto al volumen de este tipo de absentismo.
 
“Habría que homogeneizarlos y valorar si podemos llegar a conocer la evolución del problema, que hemos visto que se mueve en los mismos parámetros que el resto de servicios públicos”, detalla el responsable de Sescam, que advierte de que mejorar los complementos de la incapacidad temporal ha llevado a un mayor absentismo: “Es una consecuencia lógica”.
 
Alarma en los indicadores
 
Una solución para reducir la abstención de los sanitarios, insiste Cortázar, estaría en que trabajasen más a gusto, “es la herramienta principal”. En la última Comisión de absentismo, relata, se llevó a cabo un estudio más exhaustivo porque los indicadores saltaron entre el personal técnico de una residencia, que apenas había mejorado sus condiciones en los últimos años. “Me parece fenomenal un plan integral que dé a conocer el escenario en el que nos movemos”, añade.
 

Pilar Bartolomé, secretaria de Salud Laboral de CESM

En el mismo punto hace hincapié Pilar Bartolomé, secretaria de Salud Laboral de CESM, consciente de la importancia de analizar las causas. “La sanidad intenta detectar el absentismo injustificado y aplican las medidas disciplinarias, pero sin analizar en profundidad cuál es el origen de la motivación que lleva a ello”, explica: “La tensión y el estrés a los que se encuentran sometidos los empleados de forma creciente influye en el absentismo, especialmente en el del tipo excusos y fingimiento. Esta tensión es mayor en aquellos empleados con hijos menores o dependientes a su cargo”.
 
Para Cortázar, también habría que considerar otras ausencias: “Dentro de este absentismo incluiría también aquel presencial, esa forma de absentismo en la que el empleado acude a su trabajo, pero dedica una parte del tiempo a tareas que no son propias de su actividad. Es más difícil de detectar y corregir”.
 
También Javier Martínez, presidente de Sanidad de CSI-F, defiende que si existe un parte de baja, es que el diagnóstico está legitimado por un médico. En su opinión, “se deberían abrir informaciones o expedientes para ver las causas” de ese absentismo, vía inspectores médicos o por la Medicina de Trabajo, “establecer unos mecanismos que lo controlen”. No obstante, el presidente advierte de la importancia de la salud en los sanitarios al estar en contacto directo con los pacientes y demanda una “mayor sensibilidad” de la administración, ya que no son como “cualquier trabajador”, que también puede enfermar.
 
 
Mayor incidencia
 
En el informe Randstad, recuerda la portavoz de CESM, se advertía que los trabajadores del norte de España se ausentan más de manera injustificada de sus puestos que los del sur y que cada vez más, “el absentismo injustificado se utiliza como un mecanismo alternativo al desempleo o a la jubilación”. Lo que supone, añade Bartolomé, que cada día un promedio de 247.000 personas no acuden a su puesto de trabajo por razones diferentes al estar de baja médica”.
 
Estas ausencias se ven reforzadas en momentos de crisis económicas , precariedad laboral y miedo a perder el empleo, considera la experta, que también advierte a los factores personales, “como cuando se hace un uso fraudulento de las bajas, poco justificadas, por mala educación de las coberturas por riesgo laboral, como en el caso de las mujeres embarazadas frente a su baja por riesgo laboral para su estado, que se ven abocadas a utilizar ese absentismo sin una justificación por los permisos tan disparadamente concedidos por las administraciones de las comunidades”.

cifras del absentismo 
El informe Randstad advertía que los trabajadores del norte de España se ausentan más de manera injustificada de sus puestos que los del sur y que cada vez más. Supone que, cada día, un promedio de 247.000 personas no acuden a su puesto de trabajo. El absentimo no justificado de los sanitarios alcanzaba el 2,7 por ciento, frente a la media general del 1,4 por ciento. 
 
Mecanismos efectivos
 
Según Bartolomé, las empresas cuentan con unos mecanismos de activación preventiva generando una menor exposición a riesgos laborales y a daños derivados del trabajo. Además, “la simple sustitución de un empleado por otro no resuelve las consecuencias negativas que ocasiona el absentismo”, explica la experta, que añade que el problema es “el síntoma de que algo falla en la empresa. Hoy en día se proponen grupos de trabajo de análisis con expertos sectoriales en recursos humanos y relaciones laborales. Cada organización debe analizar sus puntos débiles, el análisis en profundidad permitirá identificar las bolsas de absentismo diferenciadas por equipos y jefes”.
 
Gracia Álvarez, secretaria de Salud de FeSP-UGT, defiende la creación de comisiones siempre que “se desarrolle y se haga efectiva”: “Si  algo deteriora la calidad asistencial sanitaria es un problema serio que se debe abordar y tomar en consideración. La calidad es fundamental, hay que buscar lo óptimo.  Pese a que de forma cuantitativa, el volumen de absentismo injustificado no sea tan importante”, razona Álvarez, que añade: “Cuando se ausentan de forma injustificada y no cumplen con su obligación, es un problema de las administraciones porque igual que las empresas y los sindicatos cumplimos con vuestra parte, ellos deben controlar eso”.

No solo perseguir

La administración, expone la responsable de UGT , “tiene que impulsar unos mecanismos para evitar que esto crezca y que a todos nos cuelguen el mismo cartel. A nosotros nos hacen una inspección de seguimiento mucho más exhaustivo. El inspector te llama muy rápido para hacer el seguimiento”, lamenta.
 
Su compañera, tampoco cree que la persecución sea el remedio. “Las medidas punitivas y de control son necesarias, pero no son suficientes en esta batalla. Un ministerio es el que gestiona las bajas y otro es el que paga. El fraude en el trabajo ha de analizarse en profundidad desde todas sus perspectivas y solo viendo qué es lo que falla se pondrá solución. No es solo una cuestión de premio y castigo”, sentencia Bartolomé.

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