La Revista

Pablo es enfermero en Atención Primaria y vive desde el 2018 en caravana recorriendo los consultorios de Galicia

Enfermería rural con la casa a cuestas : "Vivo en una caravana, mi sueño"
El enfermero Pablo Campos.


29 oct. 2021 10:50H
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POR TANIA CALAHORRA
Responde al teléfono en Muros (A Coruña), pero no es su lugar de residencia. Pablo Campos vive de forma nómada y traslada todas sus pertenencias en una caravana de cuatro metros cuadrados que comparte con su compañero de viaje, Hummer —un golden retriever de cuatro años—.

Es enfermero de profesión y asegura que la temporalidad en su trabajo es una ayuda para poder mantener este estilo de vida en el que recorre los pueblos de Galicia sin mantener una residencia fija. Ha pasado el verano casi con las mismas vistas, pero no es lo habitual. "No suelo estar estable en un mismo sitio", avisa tras confirmar que lleva desde 2017 viviendo sobre ruedas.

Abandonó su piso por un tema personal, cambiaba mucho de vivienda "tenía el culo inquieto y al final decidí que lo mejor es que mi casa tuviera ruedas. Me estaba cansando de tanta maleta", explica como justificación a su decisión de mantener una vida nómada por su comunidad. "No me siento en casa en ningún sitio, ni tampoco forastero... somos del mundo", explica asegurando que nada tiene que ver con cuestiones económicas o laborales.



Su decisión de vivir en caravana se volvió más fácil gracias a la temporalidad de las bolsas de contratación de Atención Primaria. Pablo, que es enfermero en consultas de AP o urgencias extrahospitalarias, está "en una lista de contratación en la que trabajo como máximo cuatro días seguidos en el mismo sitio, lo normal es que sean dos. Así me va genial, aprovecho para conocer diferentes zonas". La ausencia de puesto de trabajo fijo, en su caso, es toda una ventaja.

No tiene intención de buscar una mayor estabilidad laboral porque le "gusta la Atención Primaria", además señala que "esta es la única manera de evitar ir a contrataciones en el hospital". De esta forma, Pablo trabaja un máximo de 12 días al mes —aunque con la pandemia Covid asegura que esa cifra "se ha duplicado, incluso triplicado. Ahora no hay límite, trabajamos muchísimo".

Canarias: un sueño


Aprovecha su vida nómada para recorrer la geografía en el área de salud de Santiago de Compostela junto a Hummer, que se ha convertido en su compañero de aventuras. Intentan hacer su vida en exterior todo lo que el clima les permite, porque cuando hay temporadas de lluvia se vuelve más complicado.

"Una de las cosas más duras de vivir en una furgoneta en Galicia es la meteorología en invierno", por ello se le encendió una bombilla cuando "una compañera doctora me contó que su hijo vivía en Canarias". "La lluvia nos preocupa bastante, no tanto el frío porque tenemos calefacción en la furgoneta, pero la lluvia sí es un problema porque Hummer sí tiene que salir a pasear y llega mojado, se sacude.... no puedes ventilar porque te entra el agua...", por eso fantasea con la idea de trasladarse a un lugar con un clima más estable durante todo el año como el de las Islas Canarias. "Es una idea que tengo en la recámara".



Su día a día se muestra en una cuenta de Instagram y un canal de Youtube, donde comparte esta experiencia que le ha llevado a abrazar la vida nómada. Su caravana se instala en los paisajes más asombrosos de Galicia, al borde de acantilados o playas. No echa nada en falta, porque todo lo que necesita lo lleva a cuestas en su furgoneta. Tampoco la ducha, ya que el aseo lo realiza en "gimnasios, en el trabajo o en las gasolineras, donde hay aseos preparados para los camioneros". Además, tiene la posibilidad de instalar ducha en el interior de su caravana o también en el exterior.

El Covid se interpuso en su camino


Es tan feliz en su caravana que no se plantea abandonarla por el momento, aunque ya fue forzado a hacerlo durante el confinamiento provocado por la pandemia del Covid-19. "Las primeras semanas la viví en furgoneta, pero en todas las carreteras me paraban. Pensaba que me estaba saltando las normas, al final tenía que dar muchas explicaciones para justificar que estaba trabajando y que esa era mi casa".

Las numerosas veces le pararon y la presión por la situación vivida con la pandemia, acabaron obligando a Pablo a aparcar la furgoneta y asentarse en el domicilio familiar. "Cuando ya no había tantas restricciones, volví a la furgo" y su intención es mantenerse sobre ruedas de forma indefinida. 
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