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Fernando Pikabea, médico especializado en Oncología Médica, es residente en el Hospital de Basurto, en Bilbao

Un MIR con dos pasiones: la Oncología Médica y Eurovisión
Fernando Pikabea, médico especializado en Oncología Médica, durante un viaje a Sevilla


31 mar. 2018 20:00H
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POR ESTHER ORTEGA
A Fernando Pikabea, de 26 años, le mueven dos pasiones: La Oncología Médica, especialidad que desarrolla en el Hospital de Basurto (Bilbao), y el Festival de Eurovisión, al que tratará de ir por todos los medios el próximo mes de mayo."Aún no he pedido el día, pero si consiguiera entrada, al ser en sábado, saldría el viernes por la tarde y ya está. O cambiaría una guardia para el jueves y poder apañarlo”, bromea el joven, de San Sebastián. No es la primera vez que el médico decide viajar hasta la ciudad donde se desarrolla el concurso, ya en 2013 y 2015 fue hasta Malmö y Viena, respectivamente. Aunque sólo consiguió entrada para la última. 

Pikabea, que prefería que fuese el tema 'Lo malo', de Ana Guerra y Aitana Ocaña quien representase a España en Eurovisión, estudió toda la carrera en Pamplona, salvo el año que estuvo de Erasmus en Roma: “Fue diferente, con bastante menos estudio que en la universidad, pero sirvió para descubrir otras cosas. A nivel académico no fue tan bueno, pero como experiencia personal fue genial”, admite el R2, que destaca los medios técnicos que tiene la universidad de Pamplona, pero echó de menos algo más de ambiente.

Elegir Oncología

Idoia, la hermana de Fernando, durante la graduación del médico.

Fernando eligió Oncología Médica por una experiencia personal: “Lo tenía muy claro desde segundo de carrera. Me gustaban también Medicina Interna o de Familia, pero en mi familia hubo casos de cáncer y por cómo les trataban los médicos y el trato cercano con el paciente, Oncología me gustaba mucho. Era como una esperanza”.
 
La preparación del MIR siempre suele ser una experiencia muy dura que marca a quienes la acometen. Y en este caso, Pikabea no supone una excepción: “No quería irme a Oviedo sino quedarme en casa tranquilo para no agobiarme de más e ir los sábados a clases. Pero fueron unos meses bastante malos. Tenía clara la especialidad y sabía que dentro de los 4.000 más o menos se puede tener plaza. Aún así, estaba desanimado y pensaba que no iba a llegar”. Ese pesimismo se tornó en alegría al conocer el resultado de la prueba: "El día del examen no fue tan duro como el de la elección de plaza, que fue bastante estresante”, recuerda antes de admitir que tardó varios días en darse cuenta de que por fin había pasado el examen.
 

Fernando Pikabea cuando pudo escoger Oncología Médica

Buenas condiciones laborales

El R2, que no se ha perdido ni un minuto de Operación Triunfo en esta edición, no ha seguido mucho las movilizaciones sindicales de los últimos días, pero reconoce que “aunque se venda que los médicos somos unos privilegiados, y en muchos aspectos lo seamos; las jornadas laborales que asumimos a veces son muy malas, con guardias de 24 horas, etc". "Es verdad que el salario es mucho mejor que para la gente de nuestra edad y en el País Vasco las condiciones económicas también son mejores que en otras comunidades. Quizá por eso no tengo tanto de lo que quejarme”, añade Fernando, que descarta afiliarse a algún sindicato y no se encuentra tan representado con las reivindicaciones.
 
“Cuando entras por fin en el hospital, tu vida mejora mucho con respecto a la carrera. Tu trabajo finaliza cuando sales aunque muchas veces tengas que estudiar, pero cuando terminas, se acaba. No como en la universidad que siempre había cosas pendientes de hacer. Además, mejoras la independencia económica y, en ese sentido, tu vida gana en calidad”, reconoce Fernando que, sin embargo, admite que algunas situaciones en el centro “eran más duras de lo se espera”: “Por ejemplo las guardias en urgencias en invierno son muy duras. Cuando eres R1 y tienes que ser supervisado se hace más complicado”, recuerda el joven, que si estaba bien acompañado tenía sensaciones muy buenas, “pero hay guardias en las que te encuentras más solo y son más frustrantes porque tienes que afrontar situaciones muy complicadas que, por desconocimiento, no te sientes tan arropado y es una responsabilidad muy grande”.
 
Una especialidad durísima

Fernando estuvo cuatro meses en la planta de Oncología y ahora está rotando por distintas áreas. “Estoy en la Unidad de Cuidados Paliativos de Bizkaia y estoy encantado porque he aprendido muchísimo a nivel humano. Pero no deja de ser durísimo muchas veces”, admite el R2, que hace unas semanas no pudo evitar acabar llorando delante de un paciente: “No sé si es bueno o malo porque, al final, el que debería llorar es el propio paciente pero no puedes evitar empatizar, sobre todo con gente menos mayor o con hijos jóvenes, con los que te sientes identificados y sientes su dolor".

Pese a estas situaciones, el médico está contento de haberla elegido: "La humanización es una parte muy bonita de la especialidad y por eso la elegí también, pero hay que intentar hacer un poco de barrera y que no te afecte luego a nivel personal cuando sales del hospital”. Con la experiencia, Fernando ha sabido controlar mejor sus emociones y que no le afecte tanto como al principio: “Durante la carrera, salvo algún taller, tampoco nos preparan mucho para esto. Es vivirlo cuando ya empiezas a trabajar”.

Futuro abierto

Fernando Pikabea cuando puso escoger Oncología Médica

Fernando es un fanático de los idiomas y domina a la perfección el inglés, francés, italiano, euskera y español. En los últimos meses está sumando a su larga lista el portugués, que quizá pueda practicar en breve si consigue una entrada para ver el festival. “Me gusta mucho la música pop y el certamen de Eurovisión. La canción española no era mi favorita, pero si consigo entrada me iré a Lisboa”, comenta risueño el joven, quien también está estudiando Historia por la UNED: "Me sirve para desconectar un poco. También me gustan mucho el cine y la natación".
 
Al R2 le gustaría estar un tiempo en Bilbao cuando acabe su residencia, aunque no descarta tomarse un tiempo sabático porque los años de Universidad, MIR y residencia apenas le han dejado tiempo para él: “También me gustaría pasar un tiempo en Estados Unidos y me planteo hacer algún tipo de voluntariado o viajar una temporada antes de ser adjunto”, reflexiona el joven, que tampoco descarta volver a presentarse al MIR para volver a hacer Oncología en otro sitio, “pero sería en unos años, porque nadie te asegura que puedas conseguir plaza de nuevo”.

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