La Revista

Amparo Saldaña, enfermera de Familia en Lezo (Gipuzkoa) realiza exposiciones con sus fotografías de graffitis femeninos

Enfermera, fotógrafa y una 'mosquetera' contra la violencia de género
amparo Saldaña expuso su colección de fotografías 'Mujeres vivas, mujeres con fuerza' en el Colegio de Enfermería de Gipuzkoa


7 abr. 2018 20:00H
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Basta hablar diez minutos con Amparo Saldaña, de 58 años, para descubrir que es una mujer llena de energía y con un claro propósito de reivindicar el papel de las mujeres en la sociedad y en la Enfermería. Con una experiencia dilatada en el Hospital de Donosti y en el Centro de Salud de Lezo, Amparo conoce a la perfección las situaciones machistas que aún se viven en el sistema sanitario, donde los pacientes tratan a las médicos como “chica” o los compañeros aún esperan que sean ellas quienes recojan la mesa. Pero ella las combate a través de una sonrisa y con iniciativas que visibilicen a la mujer en todos sus ámbitos.
 
“El machismo en la sanidad es una constante diaria, prácticamente. Yo soy enfermera de Atención Primaria y Comunitaria y el equipo, que llevamos ocho años trabajando juntas, tenemos el mote de las 'Tres Mosqueteras', explica la sanitaria, que conoce de primera mano esos pequeños gestos que sufren las mujeres del sector a diario: “Esos micromachismos los tienes, a veces, por parte de tus propios compañeros, aunque hay una situación de bastante respeto –puntualiza la enfermera. No quieres que te afecten en el día a día y ante situaciones como que te dejen la taza de café para recoger, les digo elegantemente que a ver si en casa les recogen los calcetines para meterlos en la lavadora. De una forma simpática, sin estar reivindicando todo el día de una forma agresiva”.
 
En otras situaciones con usuarios del centro, sí que se ha visto en la obligación de ponerse más firme cuando, por ejemplo, “hacen un chiste soez”: “Muchas veces, se ve en la forma de dirigirse al doctor si es hombre y a “la chica” si es una mujer por parte de usuarios y usuarias. Es una constante reeducación”, relata con tristeza la enfermera de Gipuzkoa, que califica como “horror” los disfraces que se hacen de las trabajadoras de su profesión: “La mujer con el escote y la minifalda y el doctor con su batita y el fonendoscopio como símbolo de sabiduría y respeto”.
 
FOTOGRAFÍAS FEMENINAS
 

Un graffiti de una bailarina con fondo rosa en Donostia

Además de su dedicación a la Enfermería, Amparo tiene otra pasión: La Fotografía. El Hospital de Donosti acogerá su exposición ‘Emakumeok Bizirik” (“Mujeres vivas, mujeres con fuerza”) del 15 al 30 de mayo. “Son un conjunto de fotos, en su mayoría de grafitis, que son imágenes de mujeres gigantes que están en las calles. La idea  “romántica” es recordarnos que las calles son nuestras y que tenemos derecho a andar sin que nadie nos corte el camino, sin sufrir agresiones y en libertad”, explica la enfermera, que se ha pasado una década inmortalizando a estas féminas por todo el mundo: Londres, Madrid, París o Vitoria-Gasteiz han sido sólo algunas de las ciudades que han sucumbido al objetivo de esta sanitaria, orgullosa de visibilizar a las mujeres en todas las facetas de su vida: “Viajo bastante y me he convertido en una buscadora de graffitis. Me apasiona la cultura de lo que representan y denuncian los. He llegado a pescarles en plena acción”, relata risueña sobre una labor que empezó en 2007. Muchos de los dibujos que fotografió, explica, ya han sido eliminados de las calles donde los capturó.
 
Las mujeres que aparecen en sus fotografías no desempeñan un rol concreto. “He intentado configurar una colección con representación femenina, no que cada grafiti represente en sí una acción”, relata Amparo, cansada de las actitudes que las mujeres soportan a diario en las calles: “Ya está bien de que me piropeen y de que me digan cosas que no tolero, de que me vayan agrediendo verbalmente por la calle. Cada persona que vaya a ver la exposición que extraiga una idea y le haga reflexionar sobre la mujer y el feminismo”, desea.
 
ZAPATOS ROJOS
 
Amparo también está muy involucrada en las campañas contra las agresiones machistas y la prevención de la violencia de género desde los propios centros médicos. “He hecho muchos cursos de formación y detección, de análisis de la utilización del cuerpo de la mujer de forma agresiva en campañas publicitarias… Y esos conocimientos que vas adquiriendo te sirven para detectar casos en los que tienes sospechas. En agresiones físicas con huella, es más fácil darse cuenta, pero cuando hay otras sutilezas, las herramientas con las que te puedes manejar pueden ser desarrollar un clima de confianza con la paciente y que entre citas te pueda ir contando la situación que tiene”, explica con severidad la enfermera, consciente de que la Atención Comunitaria favorece la relación con los pacientes del cupo de cada equipo: “Puedes ir detectando cambios, como que alguien acuda con más frecuencia al centro con la tensión alta o cefaleas. Y ahí vas arañando para que te vayan contando por qué tienen ese estado de malestar”.
 

Los primeros pares de zapatos que la enfermera pintó en Ourense, siguiendo el modelo de la activista Elina Chauvet


El pasado mes de noviembre, Amparo junto con el equipo de enfermeras realizó una intervención comunitaria en el que pintaron 70 pares de zapatos rojos. “Hay una artista mejicana llamada  Elina Chauvet que, a raíz de que mataran a su hermana, crea unas instalaciones artísticas en las que cada par de zapatos simboliza a una mujer asesinada”, explica Amparo, que junto a sus compañeras situó en la entrada del centro de salud medio centenar de zapatos, colocándolos cada día durante dos semanas. Además, hablaron con los comercios locales para que también se sumaran a la iniciativa: “Se sumaron 16 y para el año que viene ya nos han pedido más. Ha sido un conocimiento generalizado de lo que significan estos zapatos rojos. Una concienciación del pueblo con una repercusión muy bonita para visibilizar y concienciar, también a los niños. Ha sido nuestro granito de arena para posicionarnos contra el maltrato”, se congratula la enfermera, a la que no le faltan ganas ni energía para seguir desempeñando su trabajo como enfermera y luchar cada día por visibilizar y  mejorar la situación de las mujeres.

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