La Revista



17 feb. 2018 20:00H
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POR ESTHER ORTEGA
 A Pilar Arroyo Gordo le costó colgar la bata de enfermera, por eso sigue colaborando con la Revista Metas de Enfermería y dando conferencias sobre la profesión. Y es que es una mujer llena de vida, a la que le encantan los microrrelatos y pasar tiempo con sus nietos, quienes le preguntan constantemente: "Abuela, si ya te has jubilado, ¿por qué sigues trabajando?". Hace unas semanas recibió la Medalla Florence Nightingale 2017, uno de los máximos reconocimientos de la profesión enfermera que entrega el Comité Internacional de la Cruz Roja. Con él se reconoce la labor de los profesionales para la modernización y la profesionalización de la profesión. Algo que Pilar se ha ganado con creces, ya que además de su trabajo asistencial, ha sido profesora en la Escuela Universitaria de Enfermería del Hospital Puerta de Hierro de Madrid y ayudó a redactar el Codigo Deontológico de la Enfermería Española. "El día que deje yo de moverme, mala cosa, o sea que mejor que siga", advierte Pilar, con más de 40 años de trayectoria.

¿Qué le dijeron sus compañeros y amigos cuando recibió el premio?
 
La verdad es que la gente ha estado extraordinaria, desde el 12 de mayo del año pasado que fue cuando se falló y me concedieron la medalla, todo el mundo me ha llamado y yo, sinceramente, he sentido que se alegraban conmigo. La verdad es que me ha gustado en ese sentido cómo la gente me ha mostrado su afecto.

Pilar Arroyo en los primeros años de su carrera profesional.

En esos años 40 años de trayectoria, ¿cómo ha evolucionado el mundo sanitario?
 
Ha cambiado mucho lo que es el aspecto sanitario propiamente dicho, la evolución científica y tecnológica. Y desde el punto de vista de la enfermería, creo que ha cambiado mucho tanto en el aspecto asistencial como en el docente. En el docente ha cambiado muchísimo desde el año 1977, cuando los estudios de Enfermería se incorporaron de pleno derecho a la Universidad. Yo creo que la evoluación ha sido muy buena, muy lógica y muy acorde también con el desarrollo de los tiempos y del desarrollo de la presencia de la mujer en la sociedad. Ha habido aspectos, hitos, que desde mi punto de vista son relevantes.
 
¿Qué se podría mejorar? 
 
Hay que intentar conseguir cotas más altas de autonomía profesional. El tema de la prescripción es fundamental, sobre todo porque no estamos diciendo algo que no exista, es que lo que es en sí el proyecto de prescripción enfermera, que se ha presentado aquí por parte de nuestras instituciones, está ya presente en Gran Bretaña, en Estados Unidos, en Canadá... tampoco es que estemos inventando nada. Yo creo que la formación enfermera, tanto la de grado como la de posgrado, capacita perfectamente para que las enfermeras puedan ser responsables sin quitarle el puesto a nadie, pero puedan ser responsables del seguimiento y control, por ejemplo, de enfermedades crónicas.
 

¿Por qué cree que está despertando tanta polémica el tema de la prescripción?
 
Hay dos cuestiones: una de ellas es que de alguna manera, aunque no es la intención,  los médicos pueden ver  "peligrar" sus competencias, cosa que no es así en absoluto. De lo que se trata es precisamente de aumentar y de estimular el trabajo en equipo, de hacerlo más real.

Por otro lado, socialmente, también a las enfermeras se nos ha visto de otra manera. Y aunque esa idea antigua e incluso socialmente se ha cambiado mucho, todavía sigue habiendo ahí algo.
 
Me decía el otro día una médica que  todavía sigue presente el mito del médico y la enfermera. ¿Cuesta todavía derribar ese tipo de estereotipos?
 
Es verdad que todavía hay algunos ejemplares tanto de médicos como de enfermeras que a lo mejor se empeñan en mantenerse en estas estructuras antiguas pero la inmensa mayoría en absoluto. Al revés, se busca el trabajo en equipo y creo que además es nuestra obligación.
 
¿Cómo ha sido para usted poder combinar la parte docente con la asistencial?

Al principio, los primeros años de estar en la docencia, recuerdo que intentaba hacer estancias en el hospital o incluso en Atención Primaria -cuando se empezaron a desarrollar todos los centros de salud- para no separarme demasiado de lo que es la asistencia, porque si no, te metes en la docencia y no hay cosa peor que olvidarte de la realidad. Porque aunque la realidad siempre sea mejorable y desde la docencia se debe intentar, lo que no se puede hacer es darle la vuelta, darle la espalda a la realidad asistencial.  Luego ya, un poco más adelante, cuando ya me hice cargo de la dirección de la escuela, me dediqué por completo a la docencia.
 
¿Qué es lo que más echaba en falta del trato con el paciente?
 
Echaba en falta lo que es el trabajo propiamente dicho, el trabajo asistencial. Lo que pasa es que la docencia yo creo que me viene de familia, mi padre era profesor y siempre me había gustado, y me enganchó porque la docencia también es preciosa, la verdad.

¿Cuántos años ha estado en la docencia?

La enfermera toma notas en uno de sus primeros trabajos.


Pues en la docencia habré estado 25 años.

¿Y qué es lo que más le gustaba de ella?

En la mayoría de los casos se establece una relación muy bonita con los estudiantes, vas viendo cómo van cambiando, cómo van evolucionando  y cómo llegan al final de los 3 ó 4 años de carrera. Y te da como miedo echarles a volar, pero de pronto ves que vuelan y que vuelan solos, y que eso quiere decir que has sido capaz de ayudarles.

 ¿Se sale realmente formando?

Yo diría que se sale muy bien formado, lo que sucede es que luego a veces hay como una especie de choque entre la realidad y lo que ellos llevan en la cabeza cuando terminan la carrera.

Ahora vivimos unos tiempos en los que muchos sanitarios se tienen que ir al extranjero para poder trabajar en unas condiciones medianamente dignas, no sé si a algún alumno suyo le ha pasado.

Tenemos alumnos en Gran Bretaña, en Alemania, en Holanda... Bien, con experiencias diversas pero en realidad satisfactorias.

¿No siente cierta pena de que se vaya gente tan preparada afuera?

Ya lo creo, y lo hemos hablado muchísimas veces. Afortunadamente vuelven pero sí, el estar formando a gente para que luego se vaya y lleve a cabo su actividad profesional fuera pues sí... lo que pasa es que por otro lado pues también les enriquece. La cosa está en que luego vuelvan.

Ha sido miembro del omité de expertos que redactó el Código Deontológico de la enfermería española, ¿cómo tiene que ser un buen profesional de la enfermería?

Tiene que tener desarrolladas sobre todo dos competencias fundamentales. Una, el conocimiento científico técnico pero por otro lado necesita también esa ética profesional que le lleve a ejercer en un contexto de respeto de los derechos y de los valores humanos. Yo creo que sin esas dos cosas no se puede ser un buen profesional. En ninguna profesión.

Se habla mucho del tema de la humanización, ¿se ha avanzado en está cuestión?

Se está avanzando ahora mismo. En la Escuela se van a empezar a ofertar unos cursos de humanización con un grupo de profesionales médicos y enfermeros y me parece fundamental ahora mismo como complemento formativo. En la carrera está la asignatura de Ética y bioética, Ética profesional, Legislación... pero estos cursos de humanización en los que se atiende a pacientes en diferentes situaciones en los que pueden encontrarse son importantes. Desde Cuidados Intensivos y otras unidades en las que se despersonaliza mucho a los pacientes si no estás atento a ellos; hasta los enfermos de larga duración o los pacientes crónicos, en donde también esa situación lleva a despersonalizar o infantilizar a las personas. Con eso hay que tener mucho cuidado porque el ser humano tiene que ser el eje fundamental sobre el que pivoten absolutamente todos los cuidados, toda la atención sanitaria. Pero el ser humano en plenitud, es decir, en el reconocimiento total de sus derechos.

Otra de la lacra de los últimos tiempos es el tema de las agresiones a sanitarios. ¿Sufrió algún episodio desagradable con algún paciente o algún familiar?

Afortunadamente no. En la época en la que yo estaba en la asistencia el tipo de relación era distinta, las cosas han ido cambiando. Habrá que pensar que los cambios son propios de una evolución que sea para bien, aunque haya episodios que en un momento determinado nos contradiga. Yo no he tenido esa situación pero sí  conozco una situación en concreto con una ex alumna que ya había terminado la carrera y realmente fue tremendo. Afortunadamente, al poco tiempo de ocurrir aquello fue cuando cambiaron la ley y se les dio el reconocimiento de autoridad.

¿Se ha perdido el respeto que había hace unos años?

No sé si es una pérdida de respeto. Ha cambiado la sociedad, evidentemente ha habido una crisis de valores en donde algunos se han perdido pero, por otro lado, piensas y dices: claro, a lo mejor se han perdido valores que no eran tales como por ejemplo la subordinación, el miedo, ese respeto mal entendido, y lo que pasa es que se ha transformado en algo mejor pero que de vez en cuando pues presenta distractores que nos llevan a pensar que el tema está mal. Yo quiero pensar que lo que pasa es que son cuestiones propias de la evolución pero que se tendrán que reconducir.

Se habla mucho ahora también de la homeopatía y de las pseudoterapias, ¿qué opina de eso? 

Los seres humanos, a veces, cuando queremos encontrar una solución nos agarramos a soluciones milagrosas que se nos ofrecen y que nos llevan precisamente a la pérdida de nuestra salud. Sin embargo, es verdad que hay terapias complementarias, que no son terapias alternativas, que pueden ayudar a contribuir a lo mejor a mejorar el bienestar de las personas. 

Pilar Arroyo en el Parque Nacional Torres del Paine, en la patagonia chilena.

¿Cree que hay machismo en la Sanidad?

Creo que había. Ahora mismo yo diría que ni por parte de la profesión médica ni de la profesión enfermera hay machismo. Hay algún caso pero eso no quiere decir que haya machismo dentro de la Sanidad. Lógicamente es mejorable, ahora se está  hablando mucho de equiparar las retribuciones, en nuestras profesiones cobramos lo mismo desde siempre.



Pero, aunque no pase o no pase tanto, se sigue sexualizando la figura de las enfermeras...

Sí, eso es terrible. Me parece inaudito para estos tiempos, el estereotipo de la enfermera con minifalda y con escote, es terrible. Y además no sé cómo se debería intervenir en ese sentido. 

Los ratos que no dedica a la enfermería o a las conferencias ¿a qué se lo dedica?

A mi casa, a mis nietos, me gusta mucho viajar. Tengo una hija que vive fuera de España, en Chile, y vamos todos los años casi dos meses e intentamos aprovechar para recorrer otros países. Como está muy cerca de Buenos Aires, yo creo que ya he ido 5 ó 6 veces porque me gusta muchísimo. Ahora en octubre estuvimos en Lima haciendo un fin de semana de gourmet en todos estos restaurantes tan famosos que ahora están de moda de la comida de fusión peruana y japonesa. Me gusta mucho viajar, leer.... Sí que me gusta mucho estar con mi familia y con mis nietos, tengo cuatro, dos chicos y dos chicas, y la verdad es que es un disfrute estar con ellos.

Me ha dicho que le gusta viajar ¿tiene algún país pendiente que le gustaría visitar?

Ya lo creo, he viajado mucho, afortunadamente he tenido mucha suerte pero sí hay una parte de Estados Unidos que no conozco y que me gustaría conocer. Luego el mundo árabe también me atrae lo que pasa es que ahora está muy difícil. A Tierra Santa me gustaría mucho ir. No por cuestiones religiosas, propiamente dichas, aunque es interesantísimo ver de cerca cómo se dan esas cuestiones, pero por conocer esa sociedad.

¿Ha trabajado como enfermera en el extranjero?

No, en el extranjero no, en mi época no salíamos (ríe).

¿Le hubiera gustado?

Ya lo creo que sí.

Me decía también que le gusta la lectura ¿qué registro le gusta?

Me gusta mucho la literatura contemporánea, más que la novela. Me gusta también la poesía, los autores iberoamericanos me gustan mucho. Ahora he descubiertolos los relatos breves, me he comprado cuatro o cinco libros, no me imaginaba que hubiera  tantos y me encantan los relatos breves y los microrrelatos, me parece que es de un virtuosismo escribir eso y me transmite mucho.
EN CORTO
Un libro favorito
Cien años de Soledad, de García Márquez.

Una película
Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore

¿Una canción?
Yesterday, de los Beatles.

Una ciudad para vivir
Lisboa.

Una ciudad que visitar
San Francisco.

Un objeto imprescindible
No tengo.

Una persona de su vida
Mi padre, me reconozco mucho en él.

Un personaje de la historia
Madame Curie, leí una biografía suya y me gustaba mucho.

Un equipo de fútbol
El Real Madrid,del que era el de mi padre.

Lema vital
Hay que ser prudentes, solidarios y empáticos, el ponerte en lugar del otro, me parece fundamental para todo en esta vida,

Qué es lo que le hace feliz
Estar con mi familia, me enloquece estar con mis nietos. También me gusta mucho estar con mis amigos y mis amigas.
En su día se hicieron famosas todas las series de hospitales, médicos y enfermeros, no sé si era también aficionada.

Sí, sí, yo me las veía todas (ríe). Las de ahora, la verdad, es que no las veo, no por nada... Las antiguas, las de mi época como dicen mis nietos: "abuela, ¿en tu época había televisión?" Digo: "¡ hombre, por favor! (ríen)  Y sí,  me gustaba mucho, igual que los libros de médicos.

Me ha dicho que tienen cuatro nietos, dos niños y dos niñas ¿alguno quiere imitar a su abuela y ser enfermero o no?

De momento no. El mayor tiene nueve años,  todavía son pequeños.

¿Y algún hijo ha seguido sus pasos?

Tengo dos hijas y ninguna, las dos han seguido los pasos de su padre, se han ido para la economía y la empresa, las dos, ninguna de las dos ha seguido mi camino. No tengo herederos profesionales.

Si no hubiera estudiado enfermería ¿qué otra carrera o especialidad le llamaba la atención?

Pues la verdad es que me gusta que me lo preguntes. Periodismo, me gusta mucho escribir y me parece que es interesantísimo el buscar la actualidad. He sentido mucha admiración por los periodistas en general, desde Gabilondo a... Bueno, con ideologías incluso diferentes , pero me ha gustado mucho y la verdad es que creo que sí, que voy a ser periodista.

¿Qué le gusta escribir?
 
He escrito  muchos artículos, varios libros, pero lo que he escrito ha sido profesional. Ahora con los relatos breves ya pensaba si yo podía a lo mejor ahora...pero no, no me he atrevido.

¿Igual en algunos años se anima con poesía o narración?

Pues como no me espabile (ríe) ya difícil. Hay enfermeras conocidas, por ejemplo, Rosa María Alberdi. Rosa María es una enfermera muy reconocida en nuestro ámbito profesional y el año pasado la nombraron doctora honoris causa por la Universidad de Murcia, y ella es una poetisa extraordinaria. Me llamó precisamente para felicitarme y me dijo que iba a presentar su tercer libro de poemas.
Hay gente ahora muy metida también en la literatura.

¿Es usted buena paciente?

Creo que sí. Hace unos años tuve un problema cardíaco y creo que sí que soy buena paciente. Lo que pasa es que quizás he tenido la suerte de que me han atendido muy bien, me han cuidado muy bien, no he tenido ni media queja. Pero bueno, yo creo que aguanto bien. Mis hijas dicen que cuando me pongo mala a lo mejor con un catarro que tengo que guardar cama porque tenga fiebre o cualquier cosa, pues dicen: "Mamá es que te pones pesadísima cuando te pones mala". Pero fundamentalmente porque quiero hacer cosas, pero eso nos pasa a todo el mundo, estás queriendo lavar las cortinas de tu casa y justo no lo haces hasta el día que tienes un catarro que te mueres y no te puedes levantar de la cama y estás mirando las cortinas diciendo ¡ay es que las tengo que lavar! Pero bueno, creo que soy buena paciente.







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