Fotografía del equipo de la Societat Catalana de Qualitat Assistencial en la presentación del informe.
La Sociedad Catalana de Calidad Asistencial (SCQA) ha presentado el informe
“Calidad asistencial en Cataluña: dónde estamos y hacia dónde vamos”, un documento de referencia que
analiza la situación actual de la calidad en el sistema sanitario catalán y pone el foco en los
retos estructurales y culturales que todavía dificultan la mejora efectiva de los servicios de salud.
A pesar de los avances conseguidos en los últimos años, el informe destaca que
persisten desigualdades entre centros y que
la implantación práctica de las políticas de calidad es irregular y poco homogénea. Esta realidad genera diferencias en aspectos clave como la
accesibilidad, la atención centrada en la persona y la adecuación de los servicios.
La presidenta de la SCQA,
Rosa Simón, ha subrayado durante la presentación que “este informe nace con la voluntad de ser un punto de partida para avanzar en la
calidad asistencial en Cataluña”. Simón explicó que el trabajo se ha elaborado de manera colaborativa, con la participación de la junta, personas asociadas y profesionales expertos, combinando investigaciones bibliográficas, encuestas y talleres. “Lo que queremos es
ofrecer un conjunto de recomendaciones útiles, fruto de un trabajo riguroso, para que tanto los profesionales como las organizaciones y el sistema en su conjunto puedan utilizarlo para progresar en calidad”, añadió.
Retos pendientes: de la teoría a la práctica
Una de las principales conclusiones del documento es que
muchos centros disponen de objetivos e indicadores de calidad, pero estos a menudo
no se traducen en acciones de mejora reales ni en resultados tangibles. También se detecta una escasa difusión externa de los resultados y una formación insuficiente en materia de calidad entre los profesionales.
El informe subraya que
el liderazgo estratégico y la gobernanza compartida son pilares esenciales para una calidad efectiva. Es necesario que la calidad esté integrada en los planes estratégicos de los centros y que su responsabilidad sea transversal a todos los niveles asistenciales.
En este sentido,
Yolima Cossio, vocal de la SCQA, ha señalado que “si la sociedad cambia, la definición de calidad también debe cambiar”. Según explicó, es necesario incorporar
nuevas dimensiones como la experiencia del paciente o la adecuación de los servicios, siempre con instrumentos que prueben su efectividad. “Este estudio ofrece las claves para transformar el sistema desde dentro, con rigor científico y la participación de los profesionales”, destacó.
Hacia un modelo más eficiente y centrado en la persona
El documento incide también en la necesidad de
disponer de sistemas de información robustos y actualizados, que permitan medir, comparar y mejorar continuamente. Sin datos útiles y accesibles, la mejora de la calidad es inviable. Además, la comunicación interna y externa se considera clave para generar confianza y fomentar la participación ciudadana.
En este contexto,
Maria Luisa de la Puente Martorell, vocal de la SCQA, ha subrayado que trabajar la calidad “significa orientar mejor lo que hacemos en los centros sanitarios,
dirigiéndonos hacia los resultados de salud y la experiencia del paciente, que es lo que realmente interesa a la población”. También recordó la importancia de la eficiencia en la gestión de los recursos, especialmente en un momento de limitaciones presupuestarias:
“La calidad también pasa por utilizar mejor los recursos que tenemos”, sentenció.
Construir una cultura compartida de calidad
Más allá de los aspectos técnicos, la SCQA pone énfasis en la necesidad de
fomentar una cultura de calidad compartida por todos los profesionales del sistema. Esta cultura debe motivar a los equipos a integrar la calidad en su práctica diaria, superar las barreras jerárquicas y promover la colaboración interdisciplinaria. Cuando la calidad se percibe como un valor colectivo y no como un conjunto de protocolos, se convierte en un motor de cambio real y sostenible.
La tesorera de la SCQA,
Maria Sala, destacó que “el informe pretende promover el debate y la reflexión sobre el concepto de calidad y sobre cómo debemos organizarnos para mejorarla”. Subrayó que el documento “es fruto de un enorme esfuerzo y quiere
invitar a los profesionales a reflexionar y aportar ideas para dar un paso adelante en la mejora de la calidad asistencial”.
Mirando hacia el futuro
De cara a los próximos años, el informe plantea que
la calidad asistencial deberá evolucionar para adaptarse a los nuevos retos sociales, tecnológicos y organizativos. La transformación digital, la inteligencia artificial y los modelos de atención basada en el valor requerirán liderazgos firmes, equipos competentes y un compromiso sostenido con la mejora continúa basada en la evidencia.
La calidad asistencial no es una tarea delegable ni estática, sino un
compromiso colectivo que debe situar la salud y el bienestar de las personas en el centro de todas las estrategias sanitarias. Solo con esta mirada, Cataluña podrá consolidar un sistema sanitario más justo, eficiente y cercano a la ciudadanía, según los autores del estudio.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.