Los estudiantes se organizan ante el convenio de la UIB con la homeopatía

El Consejo de Estudiantes (CdE) de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) ya había trasladado a la dirección del centro que el convenio que mantiene con Labolife, empresa que fabrica medicamentos homeopáticos, podría estar promocionando las pseudociencias. Tal y como informó Redacción Médica, la UIB mantiene desde el año 2016 hasta la fecha un acuerdo de colaboración con la empresa por el que envía estudiantes a hacer prácticas. Ahora, el CdE quiere revisar con expertos en Ciencias de la Salud este convenio. 

Según ha explicado a Redacción Médica Gabriel Bibiloni, vocal de Govern del CdE, este acuerdo de colaboración es hasta 2020, si bien, se renueva automáticamente en el segundo semestre del citado año, por lo que espera que el asunto se haya resuelto antes. Ha indicado que desde el Consejo de Estudiantes van a presionar, pero la intención es primero crear una grupo de trabajo con expertos en Ciencias de la Salud para que éstos analicen los informes y establezcan “si de verdad se está promocionando la pseudociencia” en este convenio.

Tanto la UIB y Labolife ya manifestaron que esta colaboración se enmarca en el campo de la investigación. Según ha señalado la empresa, en 2018 se han llevado a cabo proyectos de investigación con partes realizadas en su departamento de I+D+i y a partes externalizadas en la UIB “con un importe de 26.853,80 euros”.

Dos informes

El pasado mes de marzo, los colectivos Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas y Hablando de Ciencia mandan un informe al CdE de alerta sobre las prácticas en esta empresa. Documento que el presidente del Consejo, Pedro Martínez Dopico, expone en la Comisión Permanente. Esta es la primera vez que se trata este asunto.

Según Bibiloni, en esta Comisión se acuerda “tramitar el asunto aceptando su delicadeza e importancia y exponerlo al Pleno del máximo órgano de representación de los estudiantes, el CdE”. Un Pleno que se celebró el 9 de abril, pero que pospuso el debate del convenio de prácticas en Labolife a la sesión siguiente.

Si bien, mientras llegaba la sesión siguiente, se celebró el Consejo de Gobierno de la UIB, donde Bibioni preguntó al vicerrector y firmante de la UIB del convenio con Labolife, Jordi Llabrés, “si estaba prevista la renovación del convenio con dicha empresa para el 2020, puesto que en el acuerdo del 2016 se fijó una vigencia de cuatro años, renovables en principio automáticamente”. Esta pregunta, según el vocal, generó debate pero no tuvo respuesta concreta.

Finalmente, el Pleno del CdE en que se trató fue el 17 de mayo. Ahí se presentó el caso y se aprobó crear una comisión de trabajo en la que participen expertos en Ciencias de la Salud para que, dada la formación, sigan si se está hablando de promoción de pseudociencias en este convenio. La comisión está ahora parada por la época de exámenes.

“Está previsto que ahora una vez acabados los exámenes de primera convocatoria se formalice la composición de la comisión y se empiece a trabajar durante el final de curso, y si cabe durante el verano para ya haber preparado todo de cara al curso 2019/20, decisivo, ya que se abordará la renovación o no del convenio con LaboLife”, dice Bibiloni. 

El plan de trabajo es que dicha comisión “examine más profundamente el informe enviado por las asociaciones mencionadas. Una vez hecho un diagnóstico se planteará la postura acordada al pleno del CdE para que la refrende. Si prospera se iniciarían los contactos con el vicerrector las distintas partes afectadas de la UIB para que juntamente con los estudiantes se establezca una mesa de diálogo y negociación que delibere y acuerde en relación a la renovación del convenio con dicha empresa”.

UIB: la colaboración se enmarca en la investigación

La UIB ha indicado a Redacción Médica que la colaboración “se circunscribe al ámbito de la investigación con un laboratorio de biotecnología y, en ningún caso, la colaboración de la UIB con el laboratorio de Labolife supone un apoyo a las pseudociencias o a las terapias sin aval científico, que la comunidad universitaria rechaza totalmente”.