Emilio Sánchez Álvarez, presidente de SEN, defiende la escasa inversión que exigen este tipo de pruebas

El SNS estrenará con Asturias el cribado de patología renal en 2026
Emilio Sánchez Álvarez, presidente de la Sociedad Española de Nefrología.


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El Servicio Público de Salud del Principado de Asturias (Sespa) aspira a convertirse en el primero, a nivel nacional, en incorporar cribados poblacionales en enfermedad renal crónica (ERC) en toda su infraestructura. La Consejería de Sanidad espera, para ello, tener implantado este punto de la Estrategia de Cronicidad del Ministerio de Sanidad "en el primer semestre de 2026", es decir, dos años antes de que concluya el plazo otorgado por el departamento a las comunidades autónomas para poner en marcha dicho programa. 

La ventaja que ostenta esta comunidad autónoma no es fruto de la casualidad. Entre las filas sanitarias de este territorio se encuentra Emilio Sánchez Álvarez, actual presidente de la Sociedad Española de Nefrología y uno de los mayores defensores de los programas de cribado dentro de la especialidad, teniendo en cuenta, sobre todo, el reducido coste asociado a dichas iniciativas. "Hacer esta prueba cuesta menos de un euro, con lo cual, yo creo que nadie debería quedarse sin el diagnóstico de enfermedad renal crónica por este precio".

A la vista de estos cálculos, la implantación de cribados no debería alterar en gran medida el presupuesto fijado por cada comunidad, más allá del primer año y, aún más importante, contendría una de las mayores brechas de gasto sanitario como son los tratamientos asociados a esta patología. "Lo que cuesta es no atender la ERC, porque la gente acaba en diálisis y eso sí que es caro", explica. Las cifras, según Sánchez Álvarez son más que evidentes: "Con lo que cuesta hacerle a paciente y medio la diálisis, ya tengo 60.000 euros para poder hacer un cribado aquí en Asturias". 


Sin refuerzo logístico y humano


Lo que se necesita, por tanto, según el también director de la Unidad de Gestión Clínica de Nefrología Hospital Universitario Central de Asturias, es "interés"por parte de las comunidades, puesto que no se necesitan "ni más profesionales ni más aparatos" para la recogida de datos que exigen este tipo de pruebas. 

A pesar de que los preparativos y posterior celebración del Congreso Nacional de Nefrología en Oviedo ha dejado en stand by el proceso de implantación del programa, Sánchez Álvarez asegura que falta poco para cumplimentar toda la documentación y acabar de definir las líneas de acción, por lo que espera que sea en la primera mitad del año que viene cuando se inicien dichos procesos de cribado en los centros del Sespa. 

Aunque Asturias apunta a ser pionera, hay regiones "proactivas" como la Comunidad Valenciana o la Comunidad de Madrid "que están mucho más adelantadas" en cuanto a integración de cribados y prevención de enfermedad renal. En Navarra, este tipo de acciones también estarían contempladas en  el sistema regional de salud. Tal y como informan fuentes del Departamento de Salud, cuando se solicitan analíticas dentro Programa de Actividades Preventivas de Atención Primaria, "se incorpora prácticamente de manera sistemática la función renal". 

Ejemplos que dan cuenta de las "muchas diferencias" que existen entre comunidades autónomas a la hora de implantar este tipo de programas, señala el facultativo, aunque reconoce que el nivel de dificultad no es el mismo en territorrios como Andalucía dada su magnitud. "En una comunidad pequeña como Asturias es mucho más fácil y basta que se presente para que lo hayan acogido con mucho interés". 
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