El documento establece las actuaciones prioritarias de la Consejería de Salud en este ámbito

El Consejo de Gobierno de Andalucía aprueba el I Plan Integral de Atención Temprana.
El Consejo de Gobierno de Andalucía aprueba el I Plan Integral de Atención Temprana.


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El Consejo de Gobierno de la Junta andaluza ha aprobado el I Plan Integral de Atención Temprana de Andalucía (Piata) para el periodo 2025-2029, una estrategia que sitúa a la infancia en el centro de las políticas públicas y que refuerza el compromiso con la construcción de una sociedad más inclusiva y equitativa. El plan nace con el objetivo de mejorar la detección precoz, la prevención, la intervención sociosanitaria y la incorporación social de los menores de seis años con trastornos del desarrollo o en riesgo de presentarlos, garantizando una atención integral y de calidad a las familias.

"Es un documento que va a establecer las actuaciones prioritarias de la Consejería de Salud en un marco temporal de cinco años para organizar y desarrollar la prestación del servicio de atención temprana", ha dicho Carolina España, la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos en la rueda de prensa posterior al Consejo.

El Piata establece como meta la implantación de un sistema innovador y flexible, apoyado en las tecnologías de la información, que permita un cambio permanente en la manera de abordar la atención temprana. Con un presupuesto estimado para su desarrollo de 16.927.504,58 euros para los próximos cinco años, el plan refuerza la coordinación entre instituciones, optimiza la gestión de los recursos públicos y asegura una mayor eficacia en la respuesta a las necesidades de la infancia. El proyecto es fruto de un amplio proceso participativo, en el que han intervenido profesionales de la sanidad, la educación y los servicios sociales, entidades del sector, colegios profesionales, asociaciones de familias y ciudadanía en general.

Líneas estatégicas del Piata


El documento se articula en torno a tres líneas estratégicas. La primera, centrada en la promoción y la prevención, busca anticiparse a los posibles trastornos del desarrollo y atenuar sus consecuencias, poniendo especial énfasis en la parentalidad positiva, los cuidados sensibles y el acompañamiento familiar y comunitario. Entre sus objetivos destacan incrementar en un 25 por ciento la detección temprana de señales de alerta de trastorno del espectro autista en menores de tres años, aumentar la identificación de factores de riesgo en menores de dos años y garantizar que todas las familias en el sistema reciban atención especializada, así como incrementar la atención en los servicios desde un 7,5 por ciento hasta el 10 por ciento de la población menor de seis años.

La segunda línea estratégica se orienta a la gestión, la intervención y la coordinación, buscando optimizar los procesos y procedimientos para ofrecer una atención coordinada. En este marco se persigue reducir los tiempos de respuesta e incluye medidas para ajustar los recursos humanos a la demanda, reforzar la continuidad asistencial tras el alta por edad y mejorar la satisfacción de las familias.

La tercera línea estratégica se centra en la gestión del conocimiento y la innovación. Supone un cambio de modelo hacia prácticas centradas en la familia, fomentando su capacitación y participación. Este eje contempla la implantación de un sistema único de información para el expediente de cada menor accesible a todos los profesionales implicados, además de planes de formación y actualización para los equipos que trabajan en la red de atención temprana.

Formación de profesionales sanitarios


El Piata se desarrollará mediante 16 programas específicos que abarcan desde la formación de profesionales sanitarios, sociales y educativos hasta la creación de protocolos de detección en el ámbito escolar, comunitario y familiar. Entre ellos destacan la puesta en marcha de un paquete pedagógico de teleformación sobre señales de alerta de autismo, la elaboración de protocolos educativos para alumnado de cero a seis años, la inclusión de contenidos de detección de TEA en los cursos de los servicios sociales comunitarios, la difusión de materiales de apoyo a familias a través de la Ventana Abierta a la Familia y del Observatorio de la Infancia, así como la actualización de los procesos asistenciales integrados para recién nacidos de riesgo.

Otros programas del plan buscan reforzar la participación de las familias en los procesos de intervención, fomentan la corresponsabilidad parental y promueven la creación de escuelas de familias. De igual modo, también prevé la incorporación de nuevos perfiles profesionales en las unidades de Seguimiento y Neurodesarrollo, como logopedas, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, con planes de formación específicos. Asimismo, se impulsará un protocolo de transición para las niñas y niños que reciben el alta por edad y mantienen necesidades de apoyo, con el fin de garantizar la continuidad de la atención.
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