Incluyen desde la privatización total hasta la nacionalización de las farmacéuticas



19 dic. 2015 18:30H
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David García. Madrid
Estos días de campaña electoral todas las portadas de los periódicos y de los informativos de TV y radio se las han llevado PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos, IU y UPyD. Son los partidos que, unos más y otros menos, serán los encargados el día 21 de diciembre de formar un Gobierno para nuestro país.
 
Pero un día antes, al ir cada uno a su colegio electoral a votar, tendrá ante sí muchas más papeletas para elegir al margen de las de estos seis partidos. Se trata de otras formaciones minoritarias cuyas propuestas en sanidad seguro se adaptan, dada su diversidad, a cualquier opción, desde privatizar totalmente la sanidad hasta no proponer nada pasando por incluir todo tipo de tratamientos bucodentales en el SNS.
 
Los animalistas, también con preocupaciones sanitarias
 
Uno de los partidos más populares entre los minoritarios es el Pacma, el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal. Aunque la mayoría de los ciudadanos podrían pensar que su único ‘leiv motiv’ es la abolición de las corridas de toros, la formación dispone de un programa electoral que incluye propuestas en todos los ámbitos, también en el sanitario.
 

Silvia Barquero, candidata del Pacma.

“El Partido Animalista-Pacma apuesta por una sanidad y educación públicas, de calidad y universales”, dicen como declaración de intenciones. Así, prometen aumentar las dotaciones presupuestarias en sanidad en los Presupuestos Generales, “retirando el importe equivalente de determinadas partidas presupuestarias, como la compra de armamento e investigación militar, las subvenciones a la Iglesia Católica o el apoyo económico con dinero público a la tauromaquia”, y en concreto aseguran que se invertirá más en Atención Primaria y la Red Hospitalaria.
 
Dicen que paralizarán todos los procesos de privatización, aplicarán medidas urgentes contra la pobreza infantil en salud, habrá más plazas en residencias para ancianos y crónicos, ampliarán los servicios de salud mental y se actualizarán los planes de contingencia y acción ante posibles epidemias, incluida la instalación de centros con nivel máximo de bio-seguridad.
 
Partido Azul de Derecha Progresista, muy poco sanitario
 
Este partido, fundado y comandado por Fernando Gil Lagunilla, presta poca atención a la sanidad. Y no es de extrañar, ya que promete acabar con el paro en 17 meses, con el 90 por ciento de la droga en dos meses, con el 80 por ciento de los robos, crímenes, contrabando, delincuencia juvenil y evasión de capitales en cuatro meses; y con el 80 por ciento del terrorismo en tres meses. Después de todo ello, simplemente se compromete a hacer “una reforma de la sanidad, más hospitales y mejor atención”.
 
Partido Solidaridad y Autogestión Internacionalista, contra el aborto
 
La sanidad no aparece como tal en ninguno de los diez bloques que forman el programa electoral del SAiN. Tan solo aparece una reseña sanitaria a la hora de hablar de las familias, cuando se muestras en contra de cualquier tipo de aborto de eutanasia y prometen “apoyar iniciativas que pretendan la asistencia real desde un punto de vista social y legal, de madres y familias con problemas”.
 
X La Izquierda – Los Verdes
 
El partido con el que simpatiza Baltasar Garzón y cuya candidata por Madrid es Rosario Pato, apenas cuenta con la sanidad en su programa electoral. Tan solo una mención para prometer un “principio de igualdad en el acceso, clase y calidad de los servicios públicos (educación, sanidad, etc.) sin diferencias por ámbitos territoriales”.
 
Partido Humanista: reforma en la gestión
 
El Partido Humanista, cuya bandera es la “no violencia”, se posiciona claramente a favor de una sanidad universal “para todas las personas que vivan en nuestro territorio sin exclusión alguna por nacionalidad, dicha cobertura  no reconocerá ninguna forma de pago incluyendo los farmacéuticos, potenciando el uso de productos farmacéuticos genéricos”.
 
También se declaran en contra de las privatizaciones y de la “cogestión”; y prometen una “reforma del Sistema Sanitario para optimizar su organización y gestión en base a redirigir sus recursos hacia la prevención de enfermedades, tratamientos de las enfermedades y velar por la salud de la población”. Aseguran que al establecer las prioridades con criterio médico, habrá una “total derogación de acuerdos ilegítimos realizados en los últimos años con carácter lucrativo”.
 
Falange Española, vuelta al único SNS
 
La formación de derechas dedica un amplio apartado a la sanidad que ellos proponen para nuestro país. Se articulará claramente con una “vuelta a un único Sistema de Salud Nacional” y una unificación “para toda España las carteras de Servicios que ofertan hoy los diversos sistemas autonómicos, en una única cartera nacional de servicios sanitarios”.
 

Norberto Pico, líder de Falange.

Para asumir el gasto del SNS, los falangistas proponen la creación de la Caja Única Nacional Sanitaria, “para pagar a trabajadores, servicios, proveedores etc. con unificación de los salarios por categorías profesionales, para toda España”. Proponen también un “único servicio de concurso público para dotaciones sanitarias y farmacológicas para todo el conjunto de la nación”.
 
También hay una mención para los profesionales sanitarios. La Falange quiere dedicación exclusiva en el SNS y para ello les recompensará “con retribuciones  consecuentes,  y reconocimiento de su labor, facilitando los medios apropiados para el desarrollo de su trabajo en las mejores condiciones”.
 
Además, aseguran que eliminarán las injerencias políticas en sanidad, y que “las decisiones sobre salud deben ser tomadas por los profesionales de la Salud”; multas para “quienes se distingan por el abuso y la utilización fraudulenta de los recursos sanitarios”. Se posicionan en contra además de los conciertos privados, de los copagos y prohibirán las clínicas abortistas.
 
Partido Libertario: privatizaciones
 
Daniel Martínez Martínez es el líder de esta formación que apuesta sin tapujos por las privatizaciones. “El P-LIB propone privatizar (es  decir, devolver a la sociedad civil) el sistema educativo y sanitario”.
 

Daniel Martínez Martínez, líder del P-LIB.

Y justifican así la propuesta: “Al  competir entre sí (pudiendo el ciudadano cambiar de uno a otro cuando quiera), necesariamente bajarán los precios y mejorará su servicio”.
 
¿Cuál es el papel del Estado entonces? Según el P-LIB, “debe mantener una posición arbitral y supervisora, velando por el correcto cumplimiento de los contratos y por la libre competencia entre prestadores”.
 
Pero para quien no pueda pagarse la sanidad, proponen la creación de unos “cheques o bonos para la sanidad” que a juicio de la formación dotaría de “transparencia” al sistema ya que solo se subvencionará a aquellos que realmente lo necesiten.
 
“Con cargo a un fondo fiscal de solidaridad, el Estado pagará por los ciudadanos que no puedan hacerlo la cuota de los seguros esenciales, incluyendo el sanitario y el educativo. Esas aportaciones, en forma de cheques o bonos canjeables por servicios, deberán ser devueltas al menos en parte cuando la persona ayudada venga a mejor fortuna, para así emplear esos fondos en la ayuda a otros ciudadanos”, explica el programa electoral.
 
Partido Comunista de los Pueblos de España, contra las farmacéuticas
 
La formación liderada por Eduardo Corrales tiene claro cuáles son los males del SNS y no duda en calificarles como “parásitos”. Este es su primer punto del programa: “El sistema sanitario español está sometido al poder de las grandes empresas farmacéuticas y del sector de los seguros. Estas empresas poseen hospitales, servicios de ambulancias y ofrecen toda una serie de servicios a costa de las arcas públicas. Son auténticos parásitos que se enriquecen a costa del sufrimiento de la mayoría obrera y popular”.
 
Así, promueven una sanidad cien por cien pública, tanto en financiación como en titularidad y gestión, sin copagos y conciertos.
 
La formación comunista propone también que todos los trabajadores de servicios actualmente externalizados como “limpieza, mantenimiento, cocina, lavandería, laboratorios y ambulancias”, serán reintegrados a la gestión pública y “considerados como personal sanitario”.
 
Precisamente con respecto a los sanitarios, proponen un “incremento y estabilización de las plantillas sanitarias y reorganización de la atención, abriendo los turnos necesarios para optimizar y utilizar al cien por cien las instalaciones sanitarias públicas”, oponiéndose así a la “contratación precaria y la subcontratación de los trabajadores/as de la salud”, aunque les impedirá que trabajen en la sanidad privada.
 
En cuanto a la industria farmacéutica, pretenden que sea “de titularidad y gestión públicas para fabricar los medicamentos de mayor uso así como para desarrollar nuevos fármacos y productos sanitarios, tanto mediante investigación propia como en colaboración con las Universidades Públicas y Organismos Públicos de Investigación”.
 
Escaños en Blanco: nada
 
Otro de los partidos minoritarios, el de Escaños en Blanco, no tiene programa sanitario, ya que su ideario solo contiene un supuesto: si alguno de sus candidatos alcanza un escaño, renunciaría y nunca adquiriría la condición de diputado.
 
Recortes Cero – Grupo Verde: alcanzar el 7,4 por ciento del PIB
 
Esta formación se fija un objetivo en su programa electoral y es nada más y nada menos que alcanzar el 7,4 por ciento del PIB en gasto sanitario “mediante la redistribución de la riqueza que acaparan una minoría”. Apuntan que “sólo acabando con el fraude fiscal se podrían obtener recursos para revertir los recortes e invertir en mejorar la sanidad”.
 
Anularán los copagos farmacéuticos y hospitalarios, aumentará el personal sanitario, pondrá la Asistencia Primaria en el centro; reducirá drásticamente las listas de espera; creará un tejido farmacéutico español y una Central de Compras que abarate el gasto farmacéutico; dejarán la gestión en manos de los profesionales y el tejido civil; promoverán una  ley contra el delito a la salud que endurezca el castigo; y crearán una Agencia de Evaluación independiente sobre eficacia y seguridad.
 
Respecto a los profesionales, dicen que “aumentará las plazas de personal sanitario hasta cubrir la proporción por habitante que reclaman las sociedades científicas, potenciando con ayudas específicas que los jóvenes de familias con rentas bajas con vocación y voluntad puedan formarse con los mejores y recuperando la figura del médico de cabecera”.
 
Ciudadanos Libres Unidos: devolver competencias al Estado
 
“El Estado ha de velar por una mejor y más igualitaria asistencia sanitaria para los ciudadanos y para que sus profesionales estén igualmente reconocidos en todo el territorio nacional; por eso creemos que han de devolverse las competencias de Sanidad al Estado y promover un gran Pacto por la Sanidad”. Ese es el eje sobre el que gira el extenso ideario sanitario de este partido cuyo líder es Emilio Quintana Muñoz.
 
El programa de CILUS dedica también muchos puntos al profesional sanitario, para el que se facilitará su participación en la gestión, modificarán el sistema retributivo premiando el esfuerzo de los trabajadores sanitarios y se reconocerá la carrera profesional en todo el territorio nacional de manera igualitaria.
 
Respecto a los medicamentos, dicen que racionalizarán el gasto farmacéutico controlando la “hiperprescripción”, desarrollarán la receta electrónica; protocolizarán a nivel nacional y hospitalario el uso de fármacos de coste elevado.
 
Se trata del único partido minoritario que hace mención a Enfermería, ya que prometen desarrollar sus especialidades.
 
Además, prometen “contar con salud dental gratuita en prestaciones sanitarias básicas (revisiones, empastes, medidas correctoras para jóvenes)”.
 
Por Un Mundo Más Justo: sanidad para los más desfavorecidos
 
El programa electoral de esta formación no es especialmente extenso en lo que a sanidad se refieren. Sí deja claro que garantizarán “en  España los niveles de cobertura sanitaria universal  y gratuita previos para el conjunto de la población; y, además, corregir aquellas desigualdades en materia de salud que hacen que determinados grupos de población tengan una menor atención sanitaria, menos esperanza de vida, mayor morbilidad y en consecuencia menor calidad de vida”.
 
Así, en consonancia con esta premisa, “tomarán medidas de atención específica dirigidas a aquellos grupos que tienen más dificultades en el acceso al sistema de salud o que requieren  de una especial atención (personas con discapacidad, personas con problemas de salud mental, personas con enfermedades raras y crónicas, personas con drogodependencias, población reclusa, personas sin hogar, minorías étnicas, etc.)”.

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