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13 ene. 2023 10:44H
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MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

Un nuevo programa impulsado por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona podría ayudar a mejorar el aprendizaje del uso social del lenguaje, lo que se conoce técnicamente como pragmática, en niños de 3 y 4 años.

La pragmática es fundamental en el proceso de desarrollo de los niños para que adquieran las habilidades necesarias que les ayuden a afrontar situaciones de la vida cotidiana. En este sentido, la investigación desarrollada en la UPF, a partir de una muestra de un centenar de niños de entre 3 y 4 años, aporta un nuevo modelo de intervención en el aula que mejora sus capacidades pragmáticas a la hora de expresar mensajes.

Esta línea de investigación se ha iniciado a partir de la tesis doctoral 'The developing architecture of expressive pragmatics in preschoolers: Multimodal and structural language trumps social cognition', elaborada por la investigadora del Grupo de Estudios de Prosodia (GrEP) de la Unidad de Investigación en Lingüística (UR-Ling) del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la UPF, Mariia Pronina, y dirigida por la coordinadora del GrEP, Pilar Prieto.

"La investigación parte de una perspectiva multimodal, que analiza qué relación tienen con las habilidades pragmáticas expresivas de los niños diferentes factores como los elementos estructurales del lenguaje, como el léxico y la sintaxis; los elementos multimodales del lenguaje, como los gestos o la prosodia; y las capacidades de cognición social", ha explicado Pronina.

La cognición social está vinculada a las capacidades de empatía y de comprensión de las emociones y de los estados mentales de los otros interlocutores. Los resultados de la investigación muestran que la pragmática expresiva de los niños de 3 y 4 años está más relacionada con su capacidad de utilizar el lenguaje estructural (el léxico y, especialmente, la sintaxis) y los elementos no verbales (gestos, prosodia...) que con las habilidades de cognición social.

"Uno de los posibles factores por los cuales la cognición social tiene escasa relación con la pragmática expresiva en educación infantil: Cuando los niños empiezan a ir a la escuela, apenas empiezan a socializarse y a relacionarse con niños de su edad. Es una etapa en la que la parte de cognición social apenas empieza a desarrollarse. Pero esta relación puede cambiar con el tiempo y se puede manifestar de forma distinta con niños de diferentes edades", ha detallado la experta.

Los resultados de la tesis también apuntan otras explicaciones posibles como, por ejemplo, que la investigación se centre en la pragmática expresiva de los niños, ya que, en la receptiva, la cognición social podría tener un peso más relevante incluso en la etapa de educación infantil. "Que un niño haga más gestos puede querer decir que es menos capaz de organizar su habla. Los gestos son muy importantes para analizar su desarrollo y para detectar los trastornos", ha enfatizado Pronina.

Asimismo, añade, la precisión de los gestos tiene una relación positiva con las habilidades pragmáticas expresivas, mientras que su frecuencia tiene una relación negativa. "Que un niño haga más gestos de lo normal puede querer decir que es menos capaz de organizar su habla. Los gestos son muy importantes para analizar su desarrollo y para detectar los trastornos", ha aclarado Pronina.

Así, el modelo de intervención en el aula que plantea el trabajo consiste en presentar a los niños historias con personajes que pasan por diferentes situaciones, ante las cuales tienen que expresar como se sentirían si fueran el protagonista.

Las sesiones pueden ser de dos tipos: en una de ellas, los temas centrales (emocionales y cognitivos) de las historias se entrenan únicamente a través de las habilidades estructurales del lenguaje (léxico y sintaxis), mientras que en la otra se ejercitan a través de las capacidades multimodales en su conjunto (también los gestos, la prosodia). La eficacia de los dos tipos de entrenamiento ya se ha demostrado en los grupos de niños y niñas de los dos centros educativos de Barcelona a los cuales corresponde la muestra de análisis.

No obstante, tanto Pronina como la directora de la tesis y coordinadora del GrEP, Pilar Prieto, se han mostrado más partidarias de la intervención multimodal, que consideran "más apropiada y amena" para los niños de 3 y 4 años. "Desde la educación infantil se puede trabajar de forma muy efectiva la narración y la oralidad y hacerlo de forma multimodal, es decir, a partir del cuerpo o la voz, además del lenguaje, y la investigación explica cómo hacerlo a partir de una propuesta en la que los niños hablan de sus emociones. Todo esto tiene un efecto muy positivo en los niños", ha recalcado Prieto.

Finalmente, y ante la carencia de herramientas metodológicas previas para investigar la pragmática expresiva de los niños y niñas, la autora de la tesis ha creado un nuevo sistema: el 'Test Pragmático Audiovisual' (APT, por sus siglas en inglés), con el que se evalúa la capacidad de los niños de emplear el lenguaje socialmente ante una serie de contextos cotidianos. A partir de ahora, el APT estará a libre disposición de los investigadores o profesionales del ámbito educativo o clínico que lo puedan necesitar y tiene potencial para aplicarse a otras lenguas o con niños de otras franjas de edad.

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