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2 feb. 2021 18:09H
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MADRID, 2 (EUROPA PRESS)

Un equipo de la Unidad de Leishmaniasis y Enfermedad de Chagas, en el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) acaba de publicar una investigación que ofrece un nuevo conocimiento para estudiar cómo el efecto de determinados fármacos puede influir en la gravedad de la leishmaniasis visceral.

La investigación, que se ha publicado en la revista 'Plos Neglected Tropical Diseases', se ha realizado en modelo de ratón y ha estudiado el efecto de fármacos inmunosupresores en la respuesta inmunitaria en casos de este tipo de leishmaniasis. Los resultados señalan que los ratones afectados de esta enfermedad muestran diferentes respuestas inmunitarias a distintos tipos de tratamientos inmunosupresores.

La leishmaniasis visceral es una enfermedad infecciosa con una prevalencia especialmente importante en pacientes inmunodeprimidos, causada por protozoos de la familia Leishmania y caracterizada por fiebres crónicas, dilatación continuada del bazo (esplenomegalia) y una concentración anormalmente alta de proteína gammaglobulinas en sangre.

Si no se diagnostica y trata a tiempo puede ser una enfermedad mortal, al derivar en atrofia muscular, hepatomegalia, hemorragias gastrointestinales e infecciones bacterianas secundarias. Para el tratamiento para la leishmaniasis visceral se utilizan antimoniales pentavalentes, anfotericina B liposomal y miltefosina.

En este estudio, los investigadores de la Unidad de Leishmaniasis y Enfermedad de Chagas del Centro Nacional de Microbiología, centro colaborador de la OMS para leishmaniasis, tratan de comprender mejor cómo afectan los medicamentos que suprimen la acción del sistema inmunitario, y que toman muchos pacientes para tratar sus enfermedades autoinmunes, en el desarrollo de la leishmaniasis visceral. Para ello han utilizado ratones infectados experimentalmente con esta enfermedad.

Con el objetivo de saber cómo los fármacos inmunosupresores afectan a un sistema inmunitario infectado por Leishmania, los ratones recibieron en el ensayo tratamiento con metilprednisolona, anticuerpos del factor de necrosis antitumoral (anti TNF) y metotrexato, tanto antes de sufrir la leishmaniasis visceral como una vez desarrollada la enfermedad.

El objetivo era observar la reacción del sistema inmunitario, especialmente la reacción mediada por diferentes células necesarias para eliminar la infección: interferones (IFN-y), citoquinas (factor de necrosis tumoral TNF) e interleucinas productoras de linfocitos T (IL-2).

DISTINTOS EFECTOS EN EL SISTEMA INMUNITARIO

Los investigadores, liderados por Javier Moreno, observaron que cada fármaco influía de manera diferente en estas células y, por tanto, en la reacción del sistema inmunitario. Además, vieron que el desarrollo del parásito en diferentes órganos era también distinto según el tipo de medicamento inmunosupresor utilizado.

Concretamente, el metotrexato y los anticuerpos anti TNF redujeron significativamente la presencia de linfocitos T CD4+ a lo largo de la infección; además, los anti TNF también se asociaron a una mayor carga parasitaria en el hígado y a una menor carga del parásito en el bazo.

Estas consecuencias, junto con una reducción del número de células inmunitarias Th1 productoras de citoquinas en el hígado posiblemente asociada al tratamiento, indican el desarrollo de una forma más grave de leishmaniasis visceral.

Por otro lado, el tratamiento con metilprednisolona y el metotrexato provocaron una mayor presencia en el bazo de células T multiproductoras de citoquinas específicas para los antígenos parasitarios, y una menor carga parasitaria en comparación con los ratones que no recibieron ningún tratamiento, esto es, el grupo control.

Los autores, entre los que se encuentran, además de Javier Moreno, Lorena Bernardo, Jose Carlos Solana, Alba Romero-Kauss, Carmen Sánchez y Eugenia Carrillo, concluyen que estos resultados muestran que los distintos fármacos inmunosupresores tienen efectos diferentes en las infecciones por leishmaniasis visceral, y que la información lograda en este estudio podría ayudar a mejorar el tratamiento en pacientes, evitando aquellos inmunosupresores que puedan asociarse a una mayor gravedad de la infección.

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