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11 mar. 2019 18:23H
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MADRID, 11 (EUROPA PRESS)

Investigadores de Charité-Universitätsmedizin Berlin (Alemania) han demostrado que una presión arterial más baja está asociada con un mayor riesgo de muerte en adultos mayores de 80 años, y también en adultos que previamente han tenido un ataque cardíaco o un derrame cerebral.

Hasta hace poco, los médicos generalmente asumían que los adultos mayores se benefician de mantener su presión arterial por debajo de 140/90 mmHg. Sin embargo, los resultados de este estudio, publicado en la revista 'European Heart Journal', apuntan que este supuesto no se aplica a todos los pacientes con presión arterial alta. La realidad es, de hecho, todo lo contrario.

Aproximadamente del 70 al 80 por ciento de los mayores de 70 años tienen presión arterial alta, una condición que, a largo plazo, puede provocar enfermedades cardiovasculares como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Con el fin de proteger contra las enfermedades cardiovasculares en personas mayores de 65 años, las directrices europeas recomiendan una presión arterial objetivo inferior a 140/90 mmHg. Si bien los mismos valores objetivo se aplican a personas mayores de 80 años, se deben tener en cuenta factores adicionales, como las comorbilidades de un paciente individual.

Usando un diseño de estudio observacional con datos epidemiológicos de más de 1.600 hombres y mujeres, estos científicos alemanes han podido demostrar que los medicamentos antihipertensivos para reducir la presión arterial administrados para alcanzar niveles objetivo de menos de 140/90 mmHg no siempre tienen un efecto protector. Los resultados fueron aún más pronunciados para los niveles objetivo por debajo de 130/80 mmHg.

Los investigadores encontraron que la mortalidad era un 40 por ciento mayor en personas de 80 años con niveles de presión arterial por debajo de 140/90 mmHg que en aquellos cuya presión arterial superó los 140/90 mmHg. Las observaciones fueron similares en los participantes que previamente habían tenido un ataque cardíaco o un derrame cerebral.

En particular, la mortalidad fue 61 por ciento mayor entre los pacientes cuya presión arterial fue inferior a 140/90 mmHg que en los pacientes cuya presión arterial se mantuvo por encima de este nivel a pesar del tratamiento antihipertensivo. "Nuestros resultados muestran claramente que, dentro de estos grupos de pacientes, el tratamiento antihipertensivo debe ajustarse según las necesidades del individuo. Debemos alejarnos del enfoque general de aplicar las recomendaciones de las asociaciones profesionales a todos los grupos de pacientes", detalla el primer autor del estudio, Antonios Douros.

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