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23 dic. 2020 15:58H
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MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

Nuevos estudios muestran que la segunda ola de una epidemia es muy diferente si una población tiene una distribución homogénea de contactos, en comparación con el escenario de subpoblaciones con un número diverso de contactos.

La investigación, realizada por autores estadounidenses de la Universidad de Oakland, la Escuela Secundaria de Novi y la Universidad Estatal Politécnica de California (Estados Unidos), utilizó un enfoque de simulación para modelar el progreso de una epidemia en una red en la que la conectividad de cada individuo cambiaba con el tiempo, modelando los efectos de las decisiones políticas adoptadas en relación con diversos grados de cuarentena.

Según explican los autores en un artículo publicado en la revista científica 'Europhysics Letters', si una población tiene una distribución homogénea del número de contactos, "el número total de personas infectadas al final de la epidemia es el mismo que si no se hubiera decretado un confinamiento (saturación del sistema sanitario aparte)", mientras que en el caso de una frecuencia diversa de contactos, el número total de personas infectadas puede ser significativamente menor.

La razón de este efecto es simple. Una vez que los individuos con un gran número de contactos (nódulos de alto grado) han adquirido inmunidad, impiden la propagación de la epidemia a través de ellos, frenando así la propagación de la epidemia a través de la red. Por lo tanto, el momento óptimo para permitir que los nódulos de bajo grado aumenten las conexiones (levantando el confinamiento) sería después de que los nódulos de alto grado hayan adquirido inmunidad; esto minimizará el número neto de individuos infectados en el curso de la epidemia.

Los resultados sugieren un procedimiento óptimo basado en el grado para levantar la cuarentena: "Los grados altos van primero. En la práctica, cuando el estado levanta la cuarentena estricta (o pasa de una fase de cuarentena a la siguiente), siempre hay una opción. Se pueden abrir tiendas más pequeñas (donde los cajeros son nodos de alto grado) y/o se pueden permitir reuniones (que típicamente consisten en nodos de bajo grado). El modelo sugiere que las tiendas deben abrirse primero: de esta manera podemos salvar a muchos individuos (en su mayoría nodos de bajo grado) de ser infectados".

De acuerdo con la opinión de los autores, esto tiene dos consecuencias importantes: "En primer lugar, subraya la pertinencia de adoptar medidas de cierre para detener el primer brote de una epidemia, y en segundo lugar, muestra que las segundas y ulteriores oleadas pueden ser más leves de lo esperado".

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