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2 oct. 2020 12:06H
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MADRID, 2 (EUROPA PRESS)

El 59,4 por ciento de las personas con dolor siente que el confinamiento ha incrementado su problema de salud, según la encuesta 'Paciente dolor crónico y covid-19' realizada por la Sociedad Española del Dolor (SED), debido al sedentarismo provocado por la pandemia de la covid-19. En cambio, solo el 6 por ciento ha percibido una mejoría en su estado de salud debido a que ha visto aumentado su tiempo de reposo, frente a trabajos exigentes físicamente, según se recoge en la encuesta presentada en la jornada #NoHayDolor, organizada por la SED.

Muchos dolores que afectan al sistema musculoesquelético son más prevalentes en las fases de actividad laboral de los pacientes, ya que existen trabajos que imponen una carga física a los pacientes muy alta. Asimismo, la encuesta de la SED apunta que ciertas situaciones de estrés laboral pueden aumentar la percepción de dolor, lo que podría explicar la disminución de dolor en este porcentaje de pacientes.

En este sentido, el jefe de la Unidad del Dolor del Hospital del Mar de Barcelona, Antonio Montes, ha asegurado que "el impacto más grave de la primera ola de la pandemia en los pacientes con dolor crónico está siendo el posterior". Tal y como ha explicado, esto es debido a que la asistencia "se ve aún limitada y dificultada por los recursos, tanto del hospital como de los propios pacientes para poder realizar visitas telemáticas y, además, aún en muchos centros hay una reducción de la actividad por la menor disponibilidad de profesionales" y a una mayor presencia de emociones negativas.

Así, durante el encuentro, los especialistas han recordado que el abordaje debe ser multidisciplinar, ya que, dentro de las Unidades de Dolor existen patologías que se derivan con más frecuencia a atención psicológica. "Las emociones negativas como la tristeza, la rabia o la ansiedad, actúan como detonantes y mantenedores, generando tensión muscular y mayor percepción del dolor. En el caso de la desesperanza, dispara el catastrofismo sobreestimando la percepción dolorosa y subestimando la eficacia de fármacos y terapias", ha señalado la psicóloga Clínica de la Unidad de Dolor en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, Elisa Gallach.

En cuanto a las emociones positivas, la psicóloga asegura que "la resiliencia o el optimismo hacen que la percepción dolorosa disminuya porque la persona tiene la capacidad de ejercer cierto control sobre el dolor".

NUTRICIÓN Y DOLOR CRÓNICO

Respecto a la importancia que tiene la alimentación que tiene la nutrición en el dolor crónico, la dietista-nutricionista especializada en dolor crónico de la Clínica Barnadolor (Barcelona) y Onelife (Madrid), Laura Isabel Arranz, manifiesta que "una alimentación adecuada con una buena ingesta de omega-3, rica en vitaminas y minerales y fibra aporta al organismo componentes antiinflamatorios y antioxidantes nutricionales que son de gran ayuda. De lo contrario, ingerir ciertos alimentos, como, por ejemplo, azúcares añadidos o un exceso de grasas saturadas puede ser contraproducente y empeorar el dolor crónico, y su evolución".

Por este motivo, "el principal objetivo del asesoramiento nutricional en pacientes con dolor crónico es instaurar una alimentación antiinflamatoria personalizada que permita un buen nivel de mejora". Además, para la experta, es imprescindible "enseñar cuáles son los factores que benefician y cuáles los que perjudican para que el paciente pueda mantener esos hábitos a largo plazo".

En este sentido Ana Llorens, paciente que ha conseguido manejar su dolor crónico de estómago gracias a la implantación de un neuroestimulador medular, asegura, dada su experiencia personal, que "llevar una alimentación adecuada y equilibrada junto con una buena hidratación es fundamental para que el cuerpo se sienta bien y responda a cualquier medicación o tratamiento".

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