Óscar López Alba / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, ha señalado Internet como un foco de potenciación de estos trastornos. “En la Red el que tiene adicción al juego, al sexo, o a las compras, por ejemplo, encuenta un terreno abonado”, ha dicho. Estos trastornos afectan a cerca del 15 por ciento de la población, pero son difíciles de diagnosticar, ya que es complicado establecer una línea a partir de la cual el hábito comenzaría a considerarse patología. Además, no están reconocidos en las clasificaciones internacionales -a excepción del juego patológico-, ni lo estarán en la nueva versión DSM-V que presumiblemente verá la luz en mayo de 2013, debido en parte a su 'juventud' y al hecho de que rompen con el concepto clásico de adicción, vinculado a sustancias específicas como el alcohol y otras drogas. En cuanto al papel que puede desempeñar Atención Primaria, sobre todo es el de detección del problema en el paciente. Generalmente la alerta llega a través de un familiar, y el profesional del primer ámbito asistencial debe saber buscar qué hay más allá del trastorno adictivo, que siempre esconde otro tipo de circunstancias individuales.
Entre los rasgos específicos de la personalidad que condicionan al futuro adicto sin sustancia se encuentran la impulsividad disfuncional, baja autoestima -con frecuencia asociada a carácter neurótico, con inseguridad, hipersensibilidad, timidez y tendencia a fobias sociales- e introversión, asociada a síntomas ansiosos, ha definido José Ángel Arbesú, coordinador de Salud Mental de Semergen. |