Muere Francisco, el Papa que rezó por una sanidad accesible a todos

El Papa Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, ha fallecido en Roma a los 88 años de edad tras pasar una dura infección respiratoria, una neumonía bilateral, que finalmente no ha podido superar. Su muerte pone punto y final a un papado que ha dejado múltiples referencias de la vinculación del Sumo Pontífice con la sanidad, cuya accesibilidad consideraba algo esencial.

En un mensaje dirigido a profesionales de la salud, el Pontífice destacó no hace mucho la relevancia de la medicina en el tratamiento de trastornos de la alimentación, como la bulimia y la anorexia. Subrayó la necesidad de una intervención médica que aborde estas afecciones de manera integral, considerando tanto los aspectos físicos como los psicológicos de los pacientes.

El Papa Francisco también solicitó una prohibición universal de la gestación subrogada, argumentando que esta práctica compromete la dignidad de la mujer y explota a las más vulnerables. E hizo un llamado a la comunidad internacional para legislar en contra de esta forma de explotación reproductiva.

Años antes, durante una intervención ante los líderes del G20, el Papa también instó a reconocer y abordar las asimetrías existentes en el acceso a las vacunas, especialmente en el contexto de la pandemia de Covid-19. Enfatizó la necesidad de garantizar que las vacunas lleguen a todas las poblaciones, independientemente de su situación económica o geográfica.

Un Papa por la sanidad para todos

Desde el Hospital Gemelli en Roma, donde ya estuvo ingresado tras una operación, el Papa Francisco resaltó la importancia de mantener servicios sanitarios gratuitos y accesibles para todos. Agradeció la labor de los profesionales de la salud y enfatizó que la sanidad pública es un bien preciado que no debe perderse, requiriendo la contribución de toda la sociedad.

Por otro lado, en 2020, dentro del marco del Año de la Enfermería, el Pontífice elogió a los profesionales de esta disciplina, calificándolos como "la profesión más noble". Reconoció su dedicación y sacrificio, especialmente durante la crisis sanitaria global, y destacó su papel esencial en el sistema de salud.

Estas declaraciones reflejaron el compromiso histórico e intelectual del Papa Francisco con una atención sanitaria centrada en la dignidad humana, la equidad y el reconocimiento del valioso trabajo de los profesionales de la salud.