Planean acabar con el viejo paradigma cliente-proveedor y piden comenzar a compartir riesgos



18 jul. 2012 11:15H
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Redacción. Madrid
La crisis económica ha despertado en los responsables del Sistema Nacional de Salud (SNS) la necesidad de cambiar muchos de los hábitos, como el de ir más allá de lo presupuestado para este apartado por las comunidades autónomas, o la relación mantenida hasta el momento con la industria farmacéutica.

La ministra Ana Mato y la secretaria general Pilar Farjas, en una reunión con la directiva de Farmaindustria.

En este sentido parece que ya se ha dado un primer paso y, según ha podido saber Redacción Médica, las consejerías se habrían puesto de acuerdo para decirle a los laboratorios que se ha de cambiar la relación. Ya se ha expresado en este línea el consejero de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, que en la clausura del III Encuentro Global de Parlamentarios de Sanidad organizado por Sanitaria 2000 daba algunas pistas al respecto. “Hay que reinventar la relación con la industria, no puede ser que vaya directamente al profesional para incorporar nuevos medicamentos a la prescripción sin que se entere la Administración, eso ya no nos lo podemos permitir, porque el dinero lo necesitamos para pagar la sanidad en su conjunto, no para fortalecer las cuentas de la industria”, reflexionaba.

Un argumento parecido llevó el consejero de Sanidad de Castilla y León, Antonio Sáez Aguado, al último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado hasta la fecha. Fue una propuesta que dejó sobre la mesa para que la consultara el resto de los integrantes de este órgano coordinador, y que podría ser abordada en próximas citas.

Pero las intenciones de Echániz y Sáez Aguado no son aisladas, ni pertenecen exclusivamente a un planteamiento del Partido Popular. Según fuentes consultadas por Redacción Médica, se trata de un frente común que han hecho todas las consejerías, con el visto bueno del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, más allá de ideologías. Los consejeros, muchos de ellos acuciados por la falta de liquidez de las cuentas públicas (Roche ya ha dado un toque de atención a varios hospitales ‘morosos’ de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Andalucía) creen que solo juntos pueden variar la forma de relacionarse que tiene la industria con la Administración.

Fuentes ministeriales han trasladado similar mensaje a este diaro: “La relación con la industria no puede seguir siendo la del proveedor con el cliente. No puede ser que se trate de engordar la cuenta de las compañías a costa de una Administración que cada vez tiene menos ingresos. Hay que explorar otras vías, en las que la industria contribuya y forme parte del sistema, y también arriesgue”.

En definitiva, todas las administraciones coinciden en que se puede ir más allá en ahorro farmacéutico, pero sin recurrir a más reales decretos, simplemente aplicando los ya existentes, llevando a rajatabla la evaluación coste-beneficio a la hora de incorporar novedades terapéuticas, controlando de forma más exhaustiva lo que recetan los profesionales médicos, y mejorando el margen de prescripción de los genéricos. Con todos estos propósitos pretenden acompasar el gasto farmacéutico al de los países europeos más desarrollados, lo que supondría bajar algunos puntos el que se produce en España ahora. Solo queda que estén todos de acuerdo de una forma más oficial y poner negro sobre blanco el nuevo marco. Y a partir de ahí sentarse a explicárselo a los laboratorios.
 


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