Las alternativas digitales a la atención tradicional pueden ayudar a abordar los problemas en el funcionamiento social

Una intervención digital similar a un videojuego mejora la atención en TDAH
Scott Kollins, del Centro Médico de la Universidad de Duke, es uno de los autores.


27 feb. 2020 16:25H
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Una intervención digital similar a un videojuego podría mejorar la atención de niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), con unos efectos adversos "mínimos", según han descubierto en un estudio conducido por la Universidad de Duke en Estados Unidos y Akili Interactive Labs, que se ha publicado en la revista The Lancet Digital Health.

Los tratamientos recomendados para el trastorno, que incluyen medicamentos y terapia conductual, suelen tener limitaciones por la falta de especialistas capacitados en salud mental pediátrica y en la disponibilidad de los servicios.

Además, aunque la medicación pueda ser efectiva para tratar los síntomas del TDAH, no lo es tanto para abordar las deficiencias cognitivas y funcionales cotidianas que enfrentan los pacientes.

En este sentido, las alternativas digitales a la atención tradicional podrían ayudar a abordar estos problemas en su funcionamiento social y académico, que requieren una adquisición de habilidades más compleja con el tiempo.


Mejores puntuaciones en atención 


Los investigadores han observado que a través de esta terapia digital diseñada como un juego de palabras, para enfocar la atención y el control cognitivo, se podía mejorar la puntuación en el Test de Variables de Atención (TOVA).

Para demostrarlo, se realizó un estudio entre 348 niños entre julio de 2016 y noviembre de 2017, que fueron asignados de forma aleatoria para recibir esta terapia digital, en concreto 180 en un grupo de intervención y 168 en un grupo de control.


La intervención es "segura y de fácil acceso"


A los pacientes se les retiró cualquier medicamento para su TDAH durante tres días con el fin de medir la puntuación de atención inicial antes de la intervención, que duraría unos 25 minutos al día durante cinco días a la semana, para después compararlo con los resultados obtenidos al final del ensayo.

En el grupo de intervención se registraron más pacientes que mejoraron sus puntuaciones en los test de atención que en el grupo de control. Por otro lado, en términos de resultados secundarios, como calificaciones de los síntomas, tanto el tratamiento como los grupos de control mejoraron, pero no hubo diferencias entre los grupos.

Tampoco se observaron efectos adversos graves ni interrupciones en el ensayo, y tan solo doce niños en el grupo de intervención y tres en el grupo control sufrieron frustración y dolores de cabeza.

Las limitaciones de los hallazgos


Uno de los autores del estudio, el profesor Scott Kollins, del Centro Médico de la Universidad de Duke, ha resaltado que la mejora observada en el funcionamiento atencional de los pacientes que se sometieron la intervención activa fue "significativa", pero ha reconocido que "el significado clínico completo de los hallazgos debe explorarse en estudios posteriores".

A sus declaraciones se ha sumado una de las coautoras del estudio, Elena Cañadas, de Akili Interactive Labs, que ha destacado la terapia digital como una intervención "segura y de fácil acceso" para abordar los problemas en la administración del tratamiento, pero ha determinado la necesidad de un "trabajo adicional" que investigue el impacto de los horarios y del tiempo en las sesiones y la búsqueda de "beneficios óptimos a largo plazo".

En este sentido, los autores del estudio han reconocido las limitaciones del estudio por solo tratarse de cuatro semanas de tratamiento y por ello consideran que los trabajos futuros deberían plantear intervenciones más largas.

Asimismo, los resultados de este estudio pueden no ser generalizables para toda la población de niños con TDAH porque se excluyeron los casos más leves que no registraron cifras por debajo de una cierta puntuación de atención o los niños con comorbilidades psiquiátricas significativas, además de porque los niños que participaron no pudieron tomar sus medicamentos habituales.

Los trabajos futuros podrán explorar los resultados en la mejora del comportamiento en una mayor profundidad y conocer también el mecanismo subyacentes a este efecto.
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