El estudio más avanzado en el que participan 6 centros españoles espera entrar ya en fase 2

La vacuna de ARN para cáncer de pulmón apunta a 2030 en su llegada a España
Eduardo Tejedor, del Grupo de Trabajo de Nuevas Tecnologías y FH Digital de la SEFH, y Víctor Moreno, director de la Unidad de Fase 1 de Oncología Start de la Fundación Jiménez Díaz.


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Dirigido, mucho más preciso y capaz de producir un menor daño a la célula sana. Así es el tratamiento del cáncer que ofrecen las vacunas de ARN mensajero, cuyos prometedores resultados, le sitúan como una opción terapéutica tangible en un futuro no demasiado lejano. La cuestión ahora, es saber cuál de esas inyecciones llegará antes al Sistema Nacional de Salud. Entre las alternativas más prometedoras, en este sentido, se encuentra la vacuna BNT116, testada en estos momentos para cáncer de pulmón en un ensayo internacional, en el que participan seis centros españoles, la cual habría demostrado ya un un perfil de seguridad adecuado. 

El estudio, centrado ahora en nuevas combinaciones de la molécula, tanto con quimioterapia como otras inmunoterapias, ya ha comenzado el reclutamiento en fase 2 en cáncer no microcítico de pulmón en combinación con quimioterapia. Aunque la meta todavía queda lejos, comprobar cómo esta terapia fuciona en pacienres supone "un gran primer paso" a ojos de Víctor Moreno, director de la Unidad de Fase 1 de Oncología Start de la Fundación Jiménez Díaz, uno de los hospitales participantes en el estudio. 


Horizonte 2030


"Todavía estamos lejos de eso, ya que no ha llegado a demostrar aún su efectividad que deberá ser confirmada en ensayos de fase 3", matiza. Si todo va según lo previsto, el facultativo calcula que dichos resultados podrían llegar en 2028, por lo que, contando con que los procesos de evaluación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) se completasen en 2029 y se aprobara la financiación nacional, en un escenario conservador, la primera vacuna de ARN mensajero contra el cáncer de pulmón aterrizaría en España "entre 2030 y 2031".

Ahora mismo, el perfil de paciente que podría veneficiarse de la vacuna es muy específico, según indica Moreno: “Pacientes con cáncer de pulmón no microcítico localmente avanzado, irresecable o metastásico, con alta expresión de PD-L1 (mayor del 50 por ciento) y que no hayan recibido ninguna terapia previa”. El facultativo señala que actualmente se administra de forma intravenosa, pero, en el futuro "cabe la posibilidad de que se puedan explotar otras vías de adminstración como la subcutánea, lo que facilitaría su aplicación".


Efectos secundarios similares a una gripe


Desde la perspectiva farmacéutica, Eduardo Tejedor, del Hospital General de Segovia y miembro del Grupo de Trabajo de Nuevas Tecnologías y Farmacia Hospitalaria Digital de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), destaca que este tipo de terapias basadas en ARN mensajero representan una nueva forma de comprender y tratar el cáncer a través de su mecanismo de acción: "Consiste en codificar antígenos tumorales que permiten al sistema inmunológico identificar y atacar con mayor eficacia las células malignas".

Esto implica que se puedan diseñar tratamientos personalizados que "permitan disminuir los efectos no deseados, es decir, mejorar la vida de nuestros pacientes". De hecho, Moreno resalta que los efectos adversos de este tratamiento "son leves y transitorios, como fiebre y malestar general, sin causar alopecia ni inmunosupresión, lo que la hace especialmente atractiva para pacientes mayores que pueden tolerar mal la quimioterapia".

Los dos facultativos prevén que dicha inyección de momento, se utilice en terapia combinada. Moreno explica que, en el caso de la vacuna BNT116, se está probando en combinación con "quimioterapia y radioterapia -como la cemiplimab- y otras inmunoterapias de investigación”.

"La sinergia con inmunoterapia para reactivar linfocitos T, combinar con quimioterapia para favorecer la liberación de antígenos tumorales que potencie la vacuna; y el empleo de terapias dirigidas como los inhibidores de kinasas para controlar el microambiente tumoral", añade, al respecto, Tejedor. 

Además, el tratamiento con ARN mensajero podría amplificar el poder de las terapias CAR-T, con ciertas barreras según el tipo de tumor. "Ya hay intentos de administrar vacunas frente al péptido al que se dirigirá la CAR-T para intentar potenciar la respuesta", dice Moreno, que indica que otra de las líneas de investigación es usar la vacuna "como tratamiento adyuvante" después de la cirugía del tumor. Aunque, actualmente, dice Tejedor, la industria farmacéutica está avanzando en terapias basadas en ARN contra "tumores sólidos", como el melanoma -que "cuenta con la investigación clínica más avanzada"- o los cánceres de pulmón, ovario y próstata. 

Coste de la vacuna

Tejedor señala, no obstantr, que las vacunas de ARN mensajero son costosas "debido a la personalización del tratamiento y tecnología empleada en su desarrollo". Sin embargo, "a largo plazo podrían reducir hospitalizaciones por efectos secundarios o realizar una producción en escala para reducir costes.". Además, recalca la necesidad de invertir en formación del personal y recursos en Oncología, Enfermería y Farmacia Hospitalaria para facilitar la incorporación de estas terapias.

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