Esa conexión se puede detectar antes de los primeros síntomas, según el estudio realizado por la UPO y el Ciberned

El análisis de la saliva abre una vía de detección precoz del alzhéimer
José Luis Cantero, catedrático de Fisiología y director del Laboratorio de Neurociencia Funcional de la Universidad Pablo de Olavide.


6 oct. 2021 10:05H
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Un estudio expone la relación entre la composición de la saliva y la patología cerebral de la enfermedad del Alzheimer, realizado por un grupo de investigación del Laboratorio de Neurociencia Funcional de la Universidad Pablo de Olavide y el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned) y liderados por el profesor José Luis Cantero, en colaboración con el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CSIC-UAM) y el Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre (Imas12).

El grupo de investigadores tuvieron esta iniciativa ante la necesidad de encontrar "biomarcadores no invasivos y de bajo coste capaces de detectar procesos relacionados con vulnerabilidad cerebral durante el envejecimiento", declara José Luis Cantero, catedrático de Fisiología y director del Laboratorio de Neurociencia Funcional de la Universidad Pablo de Olavide. Como resultado de la investigación, han demostrado que "la capacidad antioxidante total y los niveles de lactoferrina en saliva están relacionados con la concentración cerebral de agregados de beta amiloide, y que esta relación puede ser detectada antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer".

El estudio se realizó a setenta y cuatro voluntarios


Este estudio contó con la participación de setenta y cuatro personas. El grupo de investigadores realizaron una selección de personas mayores que "presentaban quejas subjetivas de memoria sin relevancia clínica", explica José Luis Cantero, catedrático de Fisiología y director del Laboratorio de Neurociencia Funcional de la Universidad Pablo de Olavide. La existencia de estas quejas subjetivas de memoria es "un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad del Alzheimer. Por lo demás, los participantes no mostraban enfermedades asociadas a deterioro cognitivo ni historial clínico de enfermedades médicas o psiquiátricas significativas", explica Cantero. 

Cantero expone que los experimentos realizados en esta investigación permiten "detectar ciertos elementos de la saliva asociados a cambios cerebrales indicativos de vulnerabilidad y una acumulación de beta amiloide cerebral, siendo esto último una de las lesiones más tempranas de la enfermedad del Alzheimer". Asimismo explica que "es importante destacar que los elementos de la saliva que hemos estudiado son la capacidad antioxidante total y la lactoferrina, ambos componentes directamente relacionados con la respuesta inmunitaria de la saliva". "Posiblemente, esta respuesta inmunitaria esté reflejando niveles crónicos de inflamación de bajo grado causados por infecciones en la cavidad bucal debidas a una higiene bucodental inadecuada y/o por condiciones que facilitan la xerostomía", expone Cantero. 


Aplicaciones del estudio en la enfermedad del Alzheimer


El líder del estudio afirma que los resultados obtenidos de la conexión entre la composición de la saliva y la patología cerebral de la enfermedad del Alzheimer "podrían tener implicaciones prácticas para disminuir el riesgo de desarrollar la enfermedad del Alzheimer mediante la puesta en marcha de programas de prevención de la salud bucodental en el envejecimiento".

Los resultados que han dado lugar estos experimentos aportan "información novedosa" que aún se debe comprobar en pacientes que se encuentren en "diferentes estadios de la enfermedad del Alzheimer". Cantero asegura que "todavía queda mucho camino por recorrer para utilizar los biomarcadores en saliva en la detección temprana de esta enfermedad neurodegenerativa".


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