Redacción Médica habla con una mujer que no puede ejercer como médica por la llegada de los talibanes

El sueño truncado de ser médica en Afganistán de Leila. Explica los obstáculos que han generado un sufrimiento en las mujeres afganas


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La muerte de su prima, por complicaciones en el parto, marcó la infancia de Laila. Esta afgana, de 23 años, explica a Redacción Médica que la ausencia de una intervención médica oportuna y la falta de instalaciones accesibles -especialmente para mujeres- precipitaron este fallecimiento, lo que se tradujo en un "momento crucial" para ella. "Ser testigo de esta tragedia encendió mi pasión por especializarme en Obstetricia para brindar atención esencial a las mujeres de nuestras comunidades", recuerda la joven, que cumplió su meta de completar los estudios de Medicina. Sin embargo, no ha podido realizar el examen de salida por la llegada de los talibanes al poder, lo que le impide trabajar como médica y continuar su especialización como ginecóloga. "Nuestro futuro se multiplica por cero. No somos nada. ¿Para qué nos esforzamos tanto?", lamenta.

El pasado mes de diciembre, organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF), Human Rigths Waths o Unama denunciaban internacionalmente la prohibición, por parte de los talibanes, de la formación médica para mujeres, cerrando así una de las últimas lagunas en la educación femenina. Y es que desde que recuperaran el control del país aquel 15 de agosto de 2021, el régimen ha impuesto normas que vulneran, sistemáticamente, los derechos de las mujeres y niñas afganas en ámbitos como la educación, la libertad de expresión, el trabajo o el acceso a la atención médica.

"Esta es una etapa más en la exclusión de las mujeres de la vida pública y profesional. La escasez de trabajadoras sanitarias en el país ya afecta la disponibilidad de atención médica en Afganistán, especialmente dada la separación de las salas hospitalarias para hombres y mujeres. Las nuevas restricciones restringirán aún más el acceso a una atención médica de calidad y plantearán graves riesgos para su disponibilidad en el futuro", advertía MSF.

La cronología desde que el régimen talibán se impusiera en Afganistán no deja lugar a dudas. Tan solo un mes después de hacerse con el poder, en septiembre de 2021, impidieron que las niñas pudieran ir a la escuela secundaria más allá del sexto grado. Un año después, en diciembre de 2022, prohibieron a las niñas y mujeres acceder a la educación superior. El 3 de diciembre de 2024, las autoridades de Afganistán ordenaron el cierre de los institutos de Obstetricia y Enfermería, impidiendo así que las mujeres pudieran formarse en estas áreas vitales.


Cómo ser médica en Afganistán


Laila proviene de una familia numerosa que siempre la empujó a cumplir su sueño y formarse. "A pesar del analfabetismo de mis padres, siempre han valorado inquebrantablemente la educación, considerándola clave para un futuro mejor", relata la afgana, quien decidió estudiar Medicina gracias al aliento de sus progenitores: "Esta creencia inquebrantable en el poder transformador del aprendizaje ha sido una fuerza que me ha guiado en mi vida. Mi padre, en particular, ha sido un firme defensor de la igualdad de oportunidades en la educación, aspirando a que sus hijas reciban el mismo nivel de educación que sus hijos". 

El trabajo duro, la perseverancia y la importancia en la educación fueron los tres pilares que marcaron la infancia de Laila, que siguió el camino que le brindó su padre. "Su sueño para mí era que fuera ginecóloga, una meta que abracé de todo corazón mientras proseguí mis estudios en este campo", traslada la joven a este periódico. 



"Su sueño para mí era que fuera ginecóloga, una meta que abracé de todo corazón mientras proseguí mis estudios en este campo"



Laila se graduó en la rama de Ciencias y fue admitida en la Universidad para estudiar Medicina. Pero las 'piedras' del camino no tardaron en aparecer. "Nuestra Universidad enfrentó desafíos persistentes, múltiples problemas políticos y sistémicos que afectaron a nuestros estudios", recuerda la joven. Antes incluso de que los talibanes tomaran el control total, había frecuentes amenazas de bombardeos y presiones. "Algunos de nuestros profesores fueron golpeados debido a la presencia de chicas en la universidad. Esto nos deprimió y afectó moralmente también a nuestras familias. Nos asustaba que pudieran disparar a nuestros familiares varones o bombardear nuestra casa, algo que les sucedió a colegas ", rememora con crudeza la afgana.
 

¿Cómo afectó el régimen talibán a las estudiantes de Medicina?


El regreso del Emirato Islámico de Afganistán al poder no hizo más que recrudecer la situación. "Había completado algunos de mis exámenes finales. Cuando llegaron los talibanes, tiraron nuestros papeles y dijeron que no había más univerdad. Nos fuimos llorando" recuerda Laila, que denuncia que hubo colegas que llegaron a suicidarse debido a la presión y que era habitual la presencia de militares armados en la puerta de la universidad

Desde entonces, solo las mujeres pueden enseñar a otras mujeres, algo que también afectó a sus carreras. "No poder realizar el examen de salida (un requisito al finalizar los estudios universitarios para poder trabajar como médica) es un gran desafío al que se enfrentan las mujeres", subraya Laila. Años de arduo trabajo para ir a la universidad, estudiar y hacer exámenes en plena crisis económica que ahora parecen no servir para nada. "Para trabajar como médica, en cualquier parte, hay un requisito laboral que es tener el examen de salida, que a las mujeres no se nos permite realizar, afectando nuestra capacidad de encontrar trabajo", lamenta la joven.


"Para trabajar como médica, en cualquier parte, hay un requisito laboral que es tener el examen de salida, que a las mujeres no se nos permite realizar"



Estos obstáculos han generado un sufrimiento desmesurado en las mujeres afganas que trataban de sacar adelante sus estudios de Medicina. "Tienen crisis de salud mental, depresión, ansiedad y una sensación de desesperanza", enumera Laila: "Todas están sufriendo un trauma emocional, igual que yo. 

A muchas de ellas, relata, les recomiendan casarse a una edad temprana y dedicarse a las tareas del hogar, lo que incrementa su angustia y desesperanza. "Nuestro futuro se multiplica por cero ¿Para qué nos esforzamos tanto? No somos nada", se desahoga la médica, quien subraya que algunas de sus compañeras se suicidaron al ver cómo sus colegas varones pudieron graduarse y alcanzar sus metas mientras ellas tan siquiera podían realizar su examen de salida. 


Atención médica y enfermera a las mujeres afganas


Las prohibiciones no solo afectan a las profesionales, sino también a las propias mujeres afganas, que han visto comprometido su acceso al sistema de salud. "Han reducido el número de médicas, parteras y enfermeras, y serán aún más escasas en los próximos años", advierte Laila. En su propia comunidad, comenta, una mujer solo puede ser tratada por otra mujer, especialmente en lo que respecta a la salud materna. "Por lo tanto, la escasez de profesionales de la salud femeninas aumenta directamente el sufrimiento de las mujeres afganas y conducirá a un aumento de las tasas de mortalidad infantil y materna", denuncia.


"La escasez de profesionales de la salud femeninas aumenta directamente el sufrimiento de las mujeres afganas y conducirá a un aumento de las tasas de mortalidad infantil y materna"



Desde la Confederación Internacional de Matronas (IMC por sus siglas en inglés) se hacen eco del impacto positivo que las parteras afganas habían tenido en la salud materna y neonatal durante los últimos veinte años. Según un informe de 2023 de la Asociación de Parteras Afganas y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el número de profesionales en Afganistán aumentó de 467 en 2002 a 6376  en 2020. También se apreció una drástica disminución de la mortalidad materna, de 1600 por 100.000 habitantes en 2002 a 638 por 100 000 en 2019.

"El futuro de las mujeres afganas es inmensamente preocupante", resume Laila, y es que con las niñas mayores de 14 años (después de sexto grado) privadas de la escuela secundaria; y la escasez significativa de profesionales femeninas en el sector de la salud, la mortalidad materna e infantil aumentará. 

"Su futuro es la nada. Creo que muchas se verán obligadas a casarse temprano para tener suficientes hijos", lamenta la médica afgana, que clama ayuda: "El apoyo de la comunidad internacional a las iniciativas es crucial para garantizar que las mujeres afganas puedan alcanzar su máximo potencial y contribuir al desarrollo de la nación". Solo queda escucharlas.
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