La médica de Familia compartió el premio con la Asociación galega de la Esclerosis Lateral Amiotrófica

Entrevista a la médica de Familia Rosa Rodríguez, que ha sido galardonada con la medalla Castelao
La médica de Familia Rosa Rodríguez.


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La médica Rosa Rodríguez Álvarez representa los valores más profundos de la Atención Primaria: vocación, humanidad y compromiso. Rodríguez ha sido galardonada con la medalla Castelao, uno de los mayores reconocimientos de Galicia, tras 35 años de entrega profesional en el centro de salud de Adormideras. La médica ha dejado una huella imborrable en la Atención Primaria gallega.

Antes de nada, enhorabuena por esta distinción tan merecida ¿qué sintió al recibir la medalla Castelao? ¿Cómo vivió ese momento?

Gracias por invitarme a compartir estos momentos con vosotros. El momento es impactante, hay que vivirlo, porque aquel escenario maravilloso con gente que te quiere y a la que tú quieres, que no pudo ser toda, porque claro, las limitaciones son las que hay, no se puede llevar a todo el mundo. Y ya digo, sonando la música del Antiguo Reino de Galicia, a ver, eso es impactante, pero yo soy muy consciente, sobre todo, de lo que me llevó allí, y lo que a mí me llevó allí fue el cariño, la gratitud y el respeto de mis pacientes. Y eso es la bandera que llevo, junto con representar a todos mis compañeros, tanto del equipo de Atención Primaria del Centro de Salud Adormideras, como de toda la Atención Primaria galega, y eso es lo que a mí me llevó allí. Pero claro, el momento se vive de una forma especial.

Y además es que este año tuvo una significación especial, porque compartir el premio, por ejemplo, con la Asociación galega de la Esclerosis Lateral Amiotrófica, que es para cualquier sanitario que hemos pasado y hemos tenido pacientes con ella sabemos, lo dificultoso que es, tanto para el paciente como para las familias, y el acompañarnos también fue muy importante. Entonces, tuvo una significación muy especial. La medalla es un gran honor, por supuesto que sí, se lo agradezco mucho a la Xunta de Galicia que me haya puesto allí como abanderada de la Atención Primaria. Pero yo, con el respeto, el cariño y la gratitud por los que había trabajado, ya me iba por la puerta grande, no necesitaba nada más. Pero bueno, agradezco mucho eso, el haber podido estar allí, abanderando la Atención Primaria, sí.

Es un galardón que no solo reconoce su trayectoria, sino que usted misma lo ha recibido en nombre de sus compañeros, de sus pacientes, así como de todo el personal de Atención Primaria en Galicia. ¿Qué significa esto para usted?

Significa darle visibilidad a una… Cuando hablo de Atención Primaria, no hablo solamente de médicos, hablo de personal sanitario y no sanitario, porque en un equipo es fundamental toda tarea, desde el que limpia, el que recepciona, trabajadores sociales, Enfermería, todo el mundo tiene el mismo valor y el mismo peso.

Y en Atención Primaria trabajan muchos profesionales que no son sanitarios y no solo en los centros de salud, también en los puntos de atención continuada y Primaria, somos todos. Entonces, yo me sentí la abanderada de toda la Atención Primaria gallega, sobre todo, y aparte también me sentí enormemente satisfecha por mis pacientes, porque poder decirle a mis pacientes, fijaos, vuestro cariño, vuestra gratitud, vuestro respeto, junto con el cariño de los compañeros, me trajeron hasta aquí. Para ellos también tuvo que ser una satisfacción enorme, ellos están encantados porque me hacen llegar cada día sus felicitaciones y de hecho alguna representación de mis pacientes también estaba allí, con la medalla Castelao, ¿cómo no? Tenía que llevarlos, tenía que llevarlos. Entre las personas que llevé, hubo representación de pacientes.

Después de más de tres décadas dedicadas a la medicina en el centro de salud de Adormideras ¿cómo recuerda su recorrido profesional?

Lo de urgencias es un error que salió el primer día en el periódico y no es cierto, yo nunca trabajé como tal en el servicio de urgencias, lo que pasa que hice la especialidad aquí, en la especialidad de Medicina de Familia, la hice del 85 al 88, en lo que antes era Juan Canalejo, hoy es el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). Como cualquier médico de Familia que está haciendo su residencia, su periodo de formación, tenía que hacer las guardias y las guardias correspondían en las urgencias del Chuac. En aquel momento solo había un centro docente que era el centro de salud de Cambre, pero yo una vez que terminé la especialidad ya mi trayectoria siempre estuvo unida a la Atención Primaria, nunca trabajé como médico de urgencias como tal, sí que es verdad que estuve en Ponferrada muy poquito tiempo, y así hacíamos como refuerzos del punto de atención continuada, es decir, yo hacía mi jornada laboral de 8 a 3 y después de 3 a 10, nunca de noche. Porque eso es otra cosa que hay que incidir, una persona que hace una guardia de 24 horas al día siguiente no está en condiciones de continuar su labor asistencial, porque el cuerpo y la mente necesitan un periodo de relajación y de descanso antes de continuar, y sí que hacíamos, bueno no siempre, pero a lo mejor 3 o 4 guardias al mes como de apoyo, como de refuerzo al punto de atención continuada.

Me vine pronto para Carballiño en 1988, donde tuve la enorme satisfacción de inaugurar el centro de salud de Carballiño como centro de salud, porque hasta aquel momento era un ambulatorio tradicional, pero en aquel momento se comenzaban a abrir lo que hoy conocemos como equipos de Atención Primaria, centros de salud. En Carballiño además estuve un año y pico, un año y pico maravilloso, porque me habían nombrado responsable además del centro, fue como me sentí como un poco la responsable de comenzar a funcionar aquello como un equipo de Atención Primaria. Eran épocas en las que la administración, por entonces InSalud, les interesaba potenciar eso, entonces todo lo que pedías te lo daban. Aquello fue maravilloso, estuve con otros compañeros médicos de Familia, con otros compañeros de la medicina tradicional, que antes se llamaban médicos que no habían hecho el MIR pero que estaban ejerciendo, que fueron unos compañeros maravillosos que se subieron al carro, con un equipo estupendo de todo tipo. Carballiño lo recuerdo con verdadero cariño, pero luego tuve la suerte de aprobar la oposición pronto, era joven, estaba soltera, tenía ganas de una ciudad más grande y con más atractivos sociales. A Coruña donde había hecho la especialidad que me gustaba mucho la ciudad, tiró de mí, pero tuve mis dudas de no quedarme en la zona de Ourense también cuando pasó eso, entonces ya me vine para aquí, cogí la plaza en Adormideras y nunca más me moví, porque tuve un equipo maravilloso, siempre, de los que, porque ya en 35 años por mi vida ya han pasado muchas compañeras maravillosas que hoy ya no están, pero es que siempre fue un equipo muy cohesionado, los que íbamos entrando, los que venían y hasta hoy que tenemos un equipo también maravilloso con la responsable médica y de enfermería, que son personas fabulosas, que siempre están a tu lado, que siempre cuentan contigo para todo. Nunca tuve necesidad de cambiar porque me sentía muy bien donde estaba, claro, pero hay personas que no tienen esa suerte y que necesitan un cambio que hay que respetar, pero yo tuve muchas suertes y los pacientes maravillosos, los pacientes como si los hubieras cogido a dedo, vamos.

Muchos pacientes y compañeros de hecho le rindieron un homenaje el día de su jubilación. ¿Qué momentos guarda con más cariño de esos años?

Todo, a ver, claro, los 35 años van haciendo que tú vivas muchas situaciones y muchos acontecimientos con tus pacientes y ellos contigo, porque no solamente es que yo haya vivido con ellos, ellos también vivieron mis malos momentos, que yo en 35 años también los he tenido y siempre me he sentido muy apoyada por ellos. Entonces, recuerdo todo con cariño, pero sí que es verdad que fíjate, he visto cómo personas pequeñitas que correteaban por mi consulta, luego se hicieron médicos de Familia, se formaron en nuestro centro y decían que habían venido allí porque les había gustado cómo éramos nosotros como profesionales y eso también te llena de orgullo. Es decir, que atendí y atendí a generaciones y generaciones, desde abuelos, padres, luego los nietos y ya te digo hasta gente que, pacientes míos, que el propio residente que yo tenía fue paciente mío.

Y usted ha vivido también en primera persona la evolución de la Atención Primaria en Galicia. ¿Cómo la ve hoy? ¿Qué desafíos siguen pendientes?

No me gusta volver atrás, sobre todo en lo que pudo ser y no fue, pero hubo algo que la administración no supo ver o si lo supo ver no lo supo gestionar, que fue el relevo generacional. Estamos ahora en una época de unos años que nos estamos jubilando muchísima gente porque todos somos de una determinada edad. Eso no es un problema que se haya visto ahora, eso tendría que estar previsto, entonces yo creo que el desafío fundamental es que esto no pueda volver a pasar. Lo pasado ya no tiene vuelta atrás, pero esto no puede volver a pasar. Otra cosa que recuerdo y que no es buena, que cuando yo finalicé medicina, había paro médico, eso también es un fracaso, es decir, lo que no puede ser es que dentro de unos años haya muchos médicos y que haya médicos en el paro que vayan a hacer el trabajo de otros que se van de vacaciones.

Eso es un gran fracaso de la administración. La administración lo que tiene que hacer es adecuar las plantillas a las necesidades, entonces yo creo que eso es un desafío fundamental, tienen que ver lo que se necesita y lo que hay que formar y ni de más ni de menos. Pero ahora nos quedan unos años duros, porque ahora mismo la Atención Primaria está a falta de profesionales y falta de tiempo con agendas sobrecargadas. Una cosa lleva a otra, claro, nos están dando demasiadas responsabilidades con demasiadas cosas, muchas veces diciéndonos que hay que descargar al hospital porque el hospital está muy sobrecargado.

Oiga, nadie piensa en los sobrecargados que estamos nosotros, entonces tú vives como si fueras un médico de segunda por estar fuera del hospital. Hay un ‘hospitalocentrismo’ muy grande, las gerencias únicas yo la verdad no sé si fueron para nosotros buenas o si no fueron tan buenas porque yo creo que nosotros, médicos de Primaria, yo creo que no solamente hablo en mi persona, yo creo que hablo en nombre de muchos compañeros míos que tienen ese sentimiento, yo creo que nos sentimos un poco de segunda con respecto a otras especialidades. Hasta los propios compañeros entre ellos, cuando están haciendo la especialidad, yo creo que lo sienten porque ahora somos muchos médicos de Familia en formación. Yo cuando hice la formación aquí era una época maravillosa porque no había casi residentes de especialidades, entonces hacíamos todo, casi las plantas dependían de nosotros, pero ahora hay tanto médico de Familia y hay tanto residente de otra especialidad que parece que claro que cuando estás está tanta gente que la formación parece que en ese aspecto pues sobre todo en el hospital se queda más coja, pero bueno mejoraron muchas cosas. Por ejemplo, ahora los médicos de Familia van mucho, hay muchos centros docentes, cuando yo hice la especialidad solo había un centro docente, ahora hay muchos centros docentes y están mucho más tiempo en Atención Primaria, el hospital es muy importante porque se adquieren muchas habilidades y muchos conocimientos también para la Medicina de Familia, pero el estar en la primera plana de lo que tienen que ver es fundamental.

Y luego yo también creo que hay una cosa muy importante y el reto es que hay que dar a conocer la Medicina de Familia mucho antes, ya en las universidades y potenciarla y que las prácticas ya sean desde antes, porque los estudiantes, el primer contacto que tienen con la Medicina de Familia es cuando llegan al centro de salud y es curioso como en ese momento te dicen qué bien, cómo me gusta lo que hacéis. Pero luego claro llega el día a día que tenemos 40 pacientes, entonces eso les desanima un poco, pero en general cuando vienen a los centros de salud les gusta, pero tienen poco conocimiento de la Medicina de Familia en general en las universidades.

Entonces yo creo que son los retos, dar a conocer y potenciar ya la Medicina de Familia desde los primeros cursos de la facultad, ver el relevo generacional, formar a los médicos que se necesiten y las especialidades que se necesiten. Pero claro, ahora nos quedan unos años duros porque los médicos que comiencen ahora les quedan 11 años por delante para llegar a ejercer y los que empiezan la especialidad, los médicos de Familia, cuatro años, es decir que durante unos años vamos a tener una época difícil. Así que cojan el testigo entre todos, que lo cojamos todos, que todos somos responsables de la situación.

Menciona especialmente a su compañera, la enfermera Gena Díez. ¿Qué papel juega el trabajo en equipo en Atención Primaria?

Fundamental, pero no solo en la enfermería, fundamental. Yo con Gena que llevo tantos años, somos el equipo que llevamos un cupo, llevamos 30, es que solamente con mirarlos yo creo que ya nos entendíamos. Es una persona súper colaboradora y con los pacientes maravillosa, los pacientes la adoran y yo también, claro, entonces, pero eso con ella hay una unión especial, efectivamente, pero con todo el equipo, el equipo es fundamental, pero como decía antes, desde el que limpia, al personal de administración, que es fundamental, si el personal de administración recepciona y reparte bien, es muchísimo más fácil el trabajo.

La enfermería en general, los trabajadores sociales, matronas, los farmacéuticos, nosotros tenemos farmacéuticos, durante muchos años no lo tuvimos, pero tenemos farmacéuticos en Atención Primaria que reparten su trabajo con otros equipos, y a mí me parece una figura clave. Cuánto nos han ayudado también los farmacéuticos en conciliar la medicación, en descubrir efectos secundarios, en darnos un toque de atención cuando era necesario. El equipo es fundamental.

¿Qué otros mensajes le gustaría dejar a los médicos jóvenes que hoy inician su camino en la Atención Primaria?

Que no se desanimen, porque yo, a pesar de todos los logros que todo el mundo me reconoce a nivel personal, que digo que no son míos, me pueden ver como una abanderada de la Medicina de Familia, yo también tuve mis momentos de bajón, como todo el mundo. Que no se desanimen, que si de verdad es su vocación y es lo que quieren, detrás de un día malo viene otro mejor, y que la Medicina de Familia es maravillosa, y para mí la continuidad fue muy importante. Pero comprendo que haya gente también que cuando pasan unos años necesita un cambio, y eso tampoco es malo, pero sí que es verdad que la continuidad en Atención Primaria está dando unos resultados maravillosos, mejor que muchísimos tratamientos, es decir, el tener un mismo médico de familia solo 15 años, fíjate, disminuye la mortalidad un 25 por ciento, los ingresos hospitalarios un 28 por ciento y las visitas a urgencias un 30 por ciento, porque conoces tanto al paciente y a su entorno que a veces te adelantas a las circunstancias.

Somos médicos especialmente bien formados, si tenemos algo bueno en España es el sistema MIR que nos forma estupendamente y que, para ser médico de Familia, como parece que algunas veces han intentado decir, parece que no, pues acabas y ya puedes ir a tratar a un centro de salud, no, nadie quiere que lo opere un cirujano que no esté formado, pues que nadie quiere que le trate su tensión arterial, su colesterol o su diabetes una persona que no esté bien formada. Es decir, que el médico de Familia es un profesional tremendamente formado, entregado y comprometido, y eso es lo que tiene que quedarse con ellos. Que los momentos buenos van a superar con creces los momentos malos, seguro.

¿Y qué mensaje también dejaría a sus pacientes y a sus compañeros del centro de salud, que seguro que la siguen recordando con mucho cariño?

No es un adiós, eso es un hasta siempre, ellos están en mi corazón, y yo sé que en el de ellos, y los pacientes estarán enormemente satisfechos por estos reconocimientos que están viendo, porque realmente ellos, su respeto, su gratitud y su cariño, fueron los que me llevaron allí. El día de los aplausos a la salida del centro de salud, que eso sí que fue un shock emocional, porque con eso sí que no contaba, es decir, tuvo una repercusión mediática tremenda, y a partir de ahí, probablemente se desencadenó todo, hasta después la llegada de la medalla, y todo lo demás. Para mí el centro de salud Adormideras es mi casa, me ha pasado mucho más tiempo allí que en mi casa, y con ellos son mi Familia, y más tiempo con ellos que con mi Familia, es decir, que ellos ya van a estar para siempre en mi corazón, y aunque no vaya por allí, me los sigo encontrando en la calle, y me siguen consultando cosas en la calle. Estoy liberada de la labor asistencial, pero si los puedo ayudar en alguna vez como orientadora o lo que sea, y seguiré yendo allí, a las sesiones clínicas, y a ver a mis compañeros, cómo no, es que es mi casa. 35 años dan para mucho.

Asistió recientemente a nuestro 31º Congreso Nacional en Las Palmas de Gran Canaria, de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, y creo que en ediciones anteriores también ha participado tanto como ponente como moderadora. ¿Qué le pareció la experiencia?

Me pareció un congreso multitudinario. Cuando un congreso multitudinario significa que está, por lo menos, bien recibido, y me pareció también que es un congreso que está teniendo mucho tirón entre los médicos de Familia jóvenes, y de hecho, yo me pasé gran parte del congreso con los posters, porque mis residentes de A Coruña llevaban un montón de posters, y entonces había que escucharlos a todos. Al estar ahora jubilada, a los talleres de habilidades, que otras veces iba más a ellos, ahora ya se quedaron en un segundo plano. Ahora ya casi estoy más interesada en ponencias. Asistí, por ejemplo, a la ponencia que hubo sobre cómo potenciar la Medicina de Familia desde la universidad y me pareció muy interesante, con la visión de médicos residentes que había, médicos profesores, etcétera. En cuanto a los talleres de habilidades, compañeros que estaban conmigo, que han asistido, hablaron estupendamente bien de ellos. Es decir, que el Congreso está teniendo mucho tirón en general, y sobre todo con los médicos jóvenes, me sorprendió la cantidad de médicos jóvenes que había, de médicos residentes.

Le agradecemos, doctora Rosa Rodríguez, su entrega, su humanidad, su ejemplo, y nosotros con esta entrevista lo que queríamos hacerle también es un homenaje y mostrarle nuestra admiración hacia su labor, y como usted dice, no sólo la suya, sino la de tantos médicos de Familia que durante tantos años dedican su vida entera a sus pacientes y a la profesión.

Muchísimas gracias por todo. Gracias a vosotros por haberme invitado y efectivamente yo tuve la suerte de que ese reconocimiento se hizo público, que no todo el mundo lo tiene, pero yo estoy segura de que mi labor es muy similar a la de cualquier otro compañero en cualquier otro lugar de España, pero bueno, a veces las cosas se visibilizan a través de una persona y en este caso me tocó a mí. Estoy enormemente agradecida a todo el mundo por las muestras de cariño, y a la Xunta por haberme elegido como abanderada de esa situación. Por defender la Medicina de Familia y la Atención Primaria estoy dispuesta a ir a donde haga falta.
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