Alberto Freire Pérez, coordinador del Grupo de Trabajo en Neurología de la SEMG y Rosa López Mongil, geriatra del Centro de Recuperación y Especialidades Victoria de Málaga.
Tras el éxito de la primera sesión, la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)ha celebrado la segunda edición del taller 'Quejas Subjetivas de Memoria (QSM): simplificando su manejo en Atención Primaria', un encuentro formativo en formato mixto (presencial y en streaming) orientado a
reforzar la detección precoz de alteraciones cognitivas desde la consulta del
médico de Familia.
Alberto Freire Pérez, coordinador del Grupo de Trabajo en Neurología de la SEMG recordaba que la
cognición incluye procesos como memoria, atención, lenguaje o funciones ejecutivas, señalando que “sus trastornos no son cosas de la edad”. Ha explicado que “las quejas subjetivas de la memoria son el motivo principal de consulta de las alteraciones de la cognición en Atención Primaria” y destacó el papel clave del médico de familia en su detección: “la Atención Primaria es el ámbito idóneo para llevar a cabo el
cribado del deterioro cognitivo. Cribado no es sinónimo de diagnóstico: el cribado es una sospecha fundada que debemos confirmar”.
Test cognitivos breves
Durante el taller se presentaron los
test cognitivos breves (TCB) más útiles para Atención Primaria, los cuales, según detallaba Freire, “deberán ser rápidos y sencillos,
no influenciados por el nivel de estudios ni por variables sociodemográficas, además de incluir la valoración de la funcionalidad del paciente”. El experto ha destacado, por su utilidad, el Test Mongil, una herramienta de evaluación de la funcionalidad de actividades que está disponible de forma gratuita en la web de SEMG.
En concreto, contempla
tres categorías que ayudan a detectar el deterioro cognitivo temprano y la dependencia: AAVD (Actividades Avanzadas de la Vida Diaria), AIVD (Actividades Instrumentales de la Vida Diaria) y ABVD (Actividades Básicas de la Vida Diaria).
Freire ha destacado que el de Actividades Avanzadas es “el único que explora este tipo concreto de actividades, que son las primeras que se afectan en el deterioro cognitivo, dando lugar a apatía que habitualmente se confunde con síntomas de depresión”.
Las Actividades Avanzadas de la Vida Diaria incluyen rutinas complejas que requieren iniciativa y planificación (por ejemplo,
usar el transporte público, gestionar finanzas, participar en actividades sociales, etc.) y su alteración puede ser una de las primeras señales de deterioro cognitivo, antes de que se vean afectadas las
Actividades Instrumentales (como cocinar, manejar el teléfono o hacer la compra) o las Básicas (aseo, alimentación, vestirse…).
Funcionalidad y cognición
Por su parte, Rosa López Mongil, geriatra del Centro de Recuperación y Especialidades Victoria de Málaga, ha profundizado en la
relación entre funcionalidad y cognición, afirmando que “el binomio salud cerebral y función están íntimamente relacionados en el adulto mayor”. Ha presentado una
herramienta funcional sencilla y rápida que “explora de manera reglada los hábitos de la persona, que tienen una
relación importante con las quejas de memoria” e incorpora AAVD, actividades instrumentales y básicas “vinculadas con la cognición y la demencia”. Añadió que su estructura jerárquica facilita la valoración y permite “evaluar el riesgo de más de
20 síndromes geriátricos, frecuentemente infradiagnosticados y potencialmente prevenibles”, con impacto directo en la atención médica y la carga familiar.
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