Robert Kennedy Jr., secretario de Salud de los Estados Unidos.
Desde que en enero se anunciara la segunda retirada de EEUU de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), las consecuencias para la
Salud Pública del país han derivado en una serie de encomiendas hacia lo que puede suponer cada una de las medidas tomadas por la Administración Trump en el contexto internacional.
La última ha sido suscitada por los cambios en el
Comité Asesor de Prácticas de Inmunización (ACIP). Y es que, a principios de junio,
Robert Kennedy Jr., secretario de Salud de los Estados Unidos, despidió a la mayoría de sus miembros y los sustituyó por ocho personas sin experiencia, conocidos por su
postura antivacunas.
Esto ha provocado una lógica preocupación entre expertos de Salud Pública de diferentes países que se han mostrado muy críticos por esta actuación "que
puede poner en peligro el uso futuro de las vacunas en Estados Unidos". Para contextualizarlo en nuestro país,
Redacción Médica ha consultado con fuentes de la industria farmacéutica en el sector de la vacunación.
"Las consecuencias, son primero,
a nivel local, porque ese es el primer impacto". Si bien es cierto que hay un movimiento antivacunas que no para de crecer y que
en España es mínimo, con coberturas de "más del 95% en niños", comparan estas fuentes.
En EEUU es un relato amparado por las ideas de sus mandatarios, por lo que, según el análisis del sector "a medio-largo plazo va a haber un repunte de entrada de virus que está en el foco de la
vacuna triplevírica (sarampión, rubeola y paperas)".
En este sentido, al ser enfermedades donde se da un alto contagio, va a empezar a haber brotes "
capaces de poner en peligro la vida de los niños". "Cuando tienes un fuego es muy difícil delimitar el perímetro”, analizan los expertos. “Esto igual se puede extender a otras vacunas".
Por ejemplo, el sarampión es muy sensible a cuando hay bajadas en las coberturas de vacunación. "Para mantener el sarampión a raya es necesario tener coberturas, por ejemplo, como en España, del 95% o más", aseguran estas fuentes. "
Cuantos más niños susceptibles hay porque no se han vacunado, más casos habrá y alguno de ellos puede ser mortal", advierten.
No a la investigación del ARN mensajero
Los expertos consideran que la
pérdida de confianza en las vacunas y en la vacunación de EEUU se da bajo un contexto "falso" de querer aumentar la seguridad de la población. "Al suprimir a los miembros de ACIP, que son los que saben y son los que emiten las recomendaciones, también inciden en un fuerte impacto financiero".
Además, se ha conocido que varios de los nuevos miembros del comité están en contra de la investigación de nuevas vacunas que usan la
tecnología de ARN mensajero, que medio mundo está investigando como una línea prometedora para una mejorada respuesta inmune. "Ya han parado investigaciones que tenían en marcha", informan.
Desde el prisma universal de que todo lo que toca EEUU cambia irremediablemente, al revés supone un efecto parecido. "Que, de repente un país que
invertía como el que mas en campañas de vacunación a nivel mundial deje de hacer donaciones, tiene unas consecuencias muy serias", reconocen desde la industria.
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