Expertos analizan el futuro de los informes de posicionamiento terapéutico ante "su fecha de caducidad próxima"

Nuevo sistema de evaluación de los IPTs y el papel de sus profesionales
Marta Morado, de SEHH y Eduardo López, de SEFH.


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Analizar la participación de los profesionales sanitarios en el desarrollo de los informes de posicionamiento terapéutico (IPT) puede resultar abstracto si se trata de saber cuáles son sus funciones. Sobre todo a la hora de evaluar y comparar la eficacia de medicamentos tan dispares en comparación con todos los tratamientos existentes para cada caso.

Resulta más didáctico cuando preguntamos a las sociedades científicas españolas más involucradas en su desarrollo para entender porque son tan importantes estos informes y el proceso al que están expuestos: ¿Qué papel cumplen? ¿deberían posicionarse más?

Sabemos que los IPTs analizan la evidencia científica sobre la eficacia de un nuevo medicamento. Su principal función es ayudar a la toma de decisiones sobre la financiación y el uso de nuevos fármacos en el sistema de salud, contribuyendo a un uso racional y equitativo de los medicamentos, pero, ¿hay cuestiones a mejorar?

Según los coordinadores del grupo de IPT de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC), en declaraciones a Redacción Médica, el futuro de los IPT viene condicionado por la implantación del nuevo Reglamento europeo de evaluación de tecnologías sanitarias. "Esta implantación va a ser gradual: este año se ha empezado a aplicar el Reglamento a las evaluaciones de nuevos medicamentos para cáncer y de terapia avanzada, en enero de 2028 se aplicará a los medicamentos huérfanos y a partir de enero de 2030 a todo nuevo medicamento", informan los especialistas.

El nuevo sistema de evaluación abarca tanto ámbitos clínicos (problemas de salud, tecnologías sanitarias utilizadas, eficacia clínica relativa, seguridad relativa) como no clínicos (evaluación económica, aspectos éticos, aspectos organizativos, aspectos sociales y aspectos jurídicos) de manera que la evaluación clínica se realizará de forma conjunta por la Unión Europea mientras que la evaluación de los ámbitos no clínicos se realizará a nivel nacional.

En este nuevo contexto, los profesionales de Farmacología Clínica se posicionan como los especialistas "con las competencias adecuadas para llevar a cabo tanto la evaluación de los aspectos clínicos como de los no clínicos por lo que es de esperar que su participación en el nuevo proceso de elaboración y evaluación de IPT sea muy importante", prevén.

"Las sociedades científicas mejoran los IPTs"


Desde la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) consideran que "es preciso dotar a todo el sistema de evaluación de medicamentos de una sólida estructura profesionalizada y bien preparada, alejada de voluntarismos".

Así lo comenta en una entrevista para este medio Eduardo López, del grupo GENESIS de la SEFH, encargado de estos protocolos. "Esta estructura debe ser permeable a la participación de otros expertos (clínicos, metodológicos, economistas de la salud) que enriquezcan los informes de evaluación y los hagan útiles para la toma de decisiones, del financiador primero y del profesional después", analiza.

Actualmente, los IPT son elaborados principalmente por personal de la Aemps, pero también colaboran en ocasiones miembros de algunas sociedades científicas, tal y como explica el experto. “Las sociedades científicas pueden formular alegaciones al informe presentado. Esto permite (y exige) una revisión exhaustiva, enriqueciendo los IPTs notablemente, aclarando conceptos y, por qué no decirlo, mejorándolos”, evalúa López.  

"Los IPT actuales tienen fecha de caducidad"


Para el especialista de SEFH, "tal y como están concebidos ahora, los IPT tienen una fecha de caducidad próxima. El nuevo Reglamento europeo de evaluación de tecnologías sanitarias ya en vigor y la normativa española en ciernes “van a dar un profundo vuelco al sistema actual". "Hasta tal punto van a cambiar los IPT que van a cambiar hasta de nombre", asegura.

En el borrador del RD de evaluación de tecnologías sanitarias únicamente se menciona a los IPT en el contexto histórico de la exposición de motivos, y se pasa a hablar de "informes de evaluación" y "evaluaciones clínicas". "Este es un cambio importante porque se elimina el término "posicionamiento". "Parece como si el posicionamiento generara anticuerpos. Y sin embargo, es una necesidad del profesional, porque no todos los medicamentos tienen el mismo valor", destaca el experto.

Para Marta Morado, secretaria general de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) "sería ideal que los profesionales sanitarios participáramos de una forma sistemática organizada en la elaboración de los informes sobre fármacos".

En declaraciones a este medio, Morado recalca que el nuevo reglamento en España "tiene que estar alineado con la norma europea de evaluación de tecnología sanitaria". "Esperemos que contribuya a que los profesionales médicos tengamos nuestra opinión experta, adecuada, de forma sistematizada y reglada".

"Salvo en los raros casos en los que un fármaco llega a un desierto terapéutico, la aparición de uno nuevo conlleva su comparación con lo ya disponible y su encuadramiento en los esquemas terapéuticos, y para ello no sólo se hace necesario conocer su eficacia y su seguridad sino también su eficiencia, es decir, cuánto cuesta ese beneficio adicional si es que existe", analiza la secretaria de SEHH.

Los expertos afianzan su postura desde la importancia de disponer de informes de evaluación de calidad contrastada, desde sus objetivos primordiales que siguen siendo los de promover el uso racional de los medicamentos, mejorar la eficiencia del sistema de salud, garantizar la equidad de acceso y mejorar la calidad de la atención a los pacientes.
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