La validación de las herramientas digitales es una cuenta pendiente pero estas se pueden certificar de forma natural

Si las 'apps' tienen evidencia científica "hay que incluirlas en las guías"
De pie: Clara Cano y Alfredo Montero. Sentados: Conxita Tarruella, Emilio Monte y Manuel Murillo.


20 abr. 2018 14:40H
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POR M. DOMÍNGUEZ / C. ALCALÁ
La omnipresencia del entorno digital en el debate sanitario hace pensar en un profesional con una elevada competencia digital y un sistema que ha absorbido todas sus posibilidades. Sin embargo, esto dista de formar parte de la realidad, según se ha puesto de manifiesto durante el IV Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000 y auspiciado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).


Hay gente que está empeñada en que esto se convierta en una realidad, como Alfredo Montero, farmacéutico del Nuestra Señora de la Candelaria, en Tenerife, que es uno de los impulsores de la inciativa 'Stop errores de medicación', que denuncia los parecidos en envases entre medicamentos distintos que pueden llevar a confusiones a los pacientes.

"Europa recomienda una formación específica en este ámbito, y cuanto antes, mejor", señala, advirtiendo un paso lógico: "Si las recomendaciones digitales tienen evidencia científica, hay que incluirlas en las guías".

El problema es validar o certificar las herramientas digitales. Emilio Monte, farmacéutico de La Fe de Valencia, destaca la dificultad de medir el impacto real. "Lo que le llega al paciente de verdad y se puede aprovechar es difícil de medir, pero en estos años el feedback ha sido bueno".

El uso de las herramientas digitales en la Farmacia Hospitalaria.

Sin embargo, Clara Cano, Head of Digital Transformation de Novartis Farmacéutica, considera que "entre todos los usuarios hemos certificado algunas apps", tratándose de una "certificación natural". Es decir, si los usuarios la utilizan es porque aporta un beneficio.

Cano destaca que las competencias digitales se deben adquirir a través de un líder digital natural más que con cursos y talleres, porque éste es el que va a motivar al resto del equipo de las organizaciones. El "salto de fe" de las personas que apuestan y se apasionan con ello va a ser determinante para la introducción de las competencias digitales en el entorno.

Una de las principales dudas que generan las herramientas digitales son la de la fiabilidad de los contenidos. Por eso, Emilio Monte apuesta por crear contenidos propios, y Clara Cano apunta que también hay que saber posicionarlos en la web.

Desde el otro lado del teléfono, en el punto de vista del paciente, Conxita Tarruella, presidenta de Esclerosis Múltiple España, destaca el papel que juegan las asociaciones para orientar a las personas. "Es un instrumento muy válido para dar a conocer, que haya información". Además, "es una fuente importante para la captación de recursos de investigación".

Pero hay una brecha: "Los pacientes no saben, o no saben acceder a los contenidos". Asociaciones y profesionales (prescribir webs y apps, algo de que lo se habla mucho en la actualidad) juegan ese papel importante ya que, como señala Alfredo Montero, "el 90 por ciento de los futuros empleos van a necesitar un mínimo de competencias digitales, pero hay un 40 por ciento de analfabetos digitales en Europa".



Aspecto de la sala durante la tertulia sobre competencias digitales del farmacéutico de hospital.


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