La vicedecana de la Facultad HM de Ciencias de la Salud de la UCJC reflexiona sobre los perfiles actuales de estudiantes

 Alicia de la Cuerda, de la Facultad HM, sobre el grado de Medicina.
Alicia de la Cuerda, vicedecana de la Facultad HM de Ciencias de la Salud de la UCJC.


21 nov. 2023 7:00H
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Son los que mejores notas sacaron en su promoción del instituto, estudiaron intensamente durante seis años y luego cuando llega el momento de enfrentarse a la realidad de la práctica clínica no están motivados o no gestionan bien las adversidades. Muchos médicos no salen de la facultad preparados para afrontar algunas situaciones de frustración y estrés que sufren, tanto durante la formación como cuando entran al mercado laboral. Sobre este tema y otros relacionados se ha hablado en la jornada 'Proceso de Admisión en Medicina: ¿Algo más que las calificaciones?', organizada por la Facultad HM de Ciencias de la Salud de la Universidad Camilo José Cela (UCJC).

Alicia de la Cuerda, vicedecana de la Facultad HM de Ciencias de la Salud de la UCJC y moderadora de una de las mesas, ha explicado que los estudiantes actuales de Medicina son "muy exigentes consigo mismos", ya que vienen de tener expedientes académicos muy buenos y apenas se han encontrado dificultades en sus estudios. "Cuando empiezan una carrera como Medicina, lo normal es que haya baches en el camino y muchos tienden a venirse abajo", explica de la Cuerda para Redacción Médica. "A lo largo de sus estudios viven unas situaciones de estrés que, en muchas ocasiones, les generan problemas de salud mental serios", añade.

Por lo tanto, según indica la vicedecana, muchas veces los docentes se encuentran con estudiantes con baja tolerancia a la frustración a quienes les cuesta aceptar cuando algo les sale mal y reponerse. Es necesario trabajar en estos aspectos, puesto que pueden tener consecuencias cuando se traslada a la vida profesional que van a desarrollar: "Pueden pasar muchas cosas: un tratamiento mal puesto, un paciente que no va bien… Tienen que ir adquiriendo estas habilidades porque es responsabilidad de la profesión que van a ejercer".

En España, la profesión médica está regulada y hay que cumplir con una serie de contenidos y queda "poco tiempo para trabajar otras cosas". Sin embargo, en ese pequeño margen, todas las universidades intentan introducir asignaturas relacionadas con la humanización y la empatía, entre otros. "Pero no estamos en el nivel que deberíamos estar. La gestión del estrés del estudiante yo creo que no se está trabajando y ahora mismo es un aspecto clave", sostiene la experta. De hecho, hay estudios que han detectado que los alumnos entran con unos niveles de empatía muy altos y a lo largo de la carrera, en vez de mejorar, van decreciendo.

Por otro lado, la formación de Medicina se ha sabido adaptar a los tiempos y también ha introducido contenidos y asignaturas relacionadas con las nuevas metodologías de trabajo como la digitalización e inteligencia artificial. Tal y como indica De la Cuerda, hay "mucho ganado" porque estos alumnos son nativos digitales y la dificultad es "inversa". "Es más para el profesorado que deberá adaptarse a ese cambio que para los propios alumnos porque ellos se hacen muy fácilmente a la tecnología", asegura.

Motivación y contacto con el paciente


Uno de los principales retos que tienen ahora mismo los docentes es la motivación de los futuros médicos. "Vienen con mucha ilusión, es el sueño de su vida y según van pasando los años van perdiendo el amor por la profesión. Esto es preocupante", comenta. Esto afectará también con la relación que tengan con el paciente, así la vicedecana lamenta que hay "muy poca" integración con la persona a la que se atiende y "tanta tecnología ha hecho que se olvide un poco la humanización, la empatía, la ética y los valores con el paciente".

"Es necesario que el médico consiga una visualización global del paciente: que se comunique con él, que empatice, que le entienda y le escuche. Ese es el médico que de verdad se vincula con su paciente", remarca, al tiempo que añade que habría que hacer más pruebas antes de entrar en la facultad para estos estudiantes concretos. En estos examenes se podrían valorar aspectos como la capacidad de razonamiento del individuo, pero también herramientas relacionadas con la humanización.

Además, estas nuevas generaciones tienen diferencias respecto a sus predecesoras, por ejemplo, defienden más la conciliación. "Los profesionales sanitarios anteriores no veían más allá de la Medicina. Para los actuales es un aspecto más de su vida que tienen que conciliar con el resto, sin que ocupe ninguna posición predominante. De esto podemos aprender de ellos, en cierta medida tienen razón, aunque también hay que entender que la Medicina no es una profesión cualquiera", señala De la Cuerda.
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